Un policía mató a otro de una trompada en un boliche

Juan Federico

La violencia urbana acaba de escribir otro capítulo fatal en la ciudad de Córdoba. David Suárez (60), un agente retirado de la Policía de Córdoba, murió este miércoles en la Clínica Caraffa donde estaba internado desde la madrugada del sábado, tras ser golpeado en un boliche.

Acusado de homicidio preterintencional, permanece detenido otro policía retirado, Alejandro Chiavero (49), según apuntaron las fuentes consultadas por Cadena 3. 

Si bien existe un marcado hermetismo oficial sobre este episodio que investiga el fiscal Rubén Caro, a través de los informantes se pudo establecer que todo ocurrió en la madrugada del sábado último en el interior del boliche La Bodeguita del Kike el Cubano, ubicada en La Rioja al 400, Centro de la ciudad de Córdoba.

Fue en medio del baile cuando dos parejas se rozaron. Dio la casualidad de que los varones de ambos matrimonios eran policías retirados, ya que no habían llegado juntos ni eran amigos. "No sabemos si estaban alcoholizados o qué, pero uno se enojó porque decía que el otro le había pegado un codazo a propósito. Y ahí nomás se pusieron a pelear", apuntó un investigador.

Hasta que una trompada arrojó a Suárez al suelo. La caída lo encontró ya sin respuestas, por lo que sufrió un grave traumatismo de cráneo. Un servicio de emergencias lo asistió y lo trasladó a la clínica Caraffa donde quedó internado en estado reservado. Fue entonces que se detectó que en la cintura llevaba un revólver calibre 38 que jamás extrajo en medio de la disputa.

En la mañana de este miércoles se confirmó su fallecimiento.

A todo esto, la fiscalía ya había avanzado en la detención de Chiavero, apuntado por algunos testigos como la persona que habría golpeado a Suárez. Ahora, al conocerse el deceso, se agravó la imputación a homicidio preterintencional.

Esta calificación penal supone una figura intermedia entre el homicidio simple (de ocho a 25 años de prisión) y el culposo (de seis meses a cinco años de prisión). El homicidio preterintencional supone que el atacante quiso causar un daño, pero no la muerte y propone una escala punitiva de entre tres y seis años de cárcel.

Se trata del tercer crimen ocurrido en los últimos días en la provincia en medio de lo que se supone es un espacio para la diversión. 

El domingo de la semana pasada, Alejandro Oroná (21) murió en un tiroteo con el policía Mario Rosa (27) en medio de una fiesta ilegal que se desarrollaba en barrio Parque Las Rosas, de la ciudad de Córdoba. A Oroná lo señalaban por haber robado, supuestamente, celulares a los asistentes al evento que de desarrollaba en un descampado acondicionado de manera especial para esa noche.

En aquel tiroteo, Rosa recibió dos balazos que obligaron a intervenirlo de urgencia. Este lunes, recibió el alta en el Hospital de Urgencias.

Y el domingo último, Juan Jorge Garro (23) fue asesinado en barrio Obrero, de la ciudad de Río Cuarto, también en medio de un festejo en un domicilio por un cumpleaños de 16. Al parecer, tras una discusión con otro muchacho, este último extrajo un revólver y le disparó por la espada cuando Garro intentaba escapar en una moto. 

Fabián Lucero (29), sospechado de ser el autor del disparo, fue atrapado ayer en esa misma ciudad.

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