La moto roja y negra disminuye la velocidad. El que va al volante viste jean y una campera azul francia y azul oscura. Lleva un caso negro. El de atrás, jean gris, buzo negro y casco blanco, pistola en la mano derecha. Se baja y dispara con seguridad. Uno, dos, tres... 10 balazos. Todos en la misma dirección: el frente de la vivienda ubicada en Miguel de Unamuno al 2000 esquina Luis Braile, barrio Maipú 2.
Ocurrió el miércoles a la noche, minutos después de las 22. A esa hora, adentro de la casa se celebraba de manera íntima un cumpleaños, se veía por televisión el partido de Talleres y Vélez y no se dejaba de mencionar al gran ausente, el dueño de casa.
Desde el pasado 23 de marzo, Darío Cáceres ve pasar la vida desde una celda de la cárcel de Bouwer. Acusado de haber sido una pieza importante de un millonario tráfico de drogas desbaratado en febrero pasado en la ciudad de Córdoba, el líder de la barra brava de Talleres, "La Fiel", continúa moviendo los tentáculos de la tribuna, aún estando preso.
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Cáceres no es un nombre nuevo para Córdoba. Su figura, alzando una plaqueta en medio de la Unicameral, en 2013, ya quedó inmortalizada en la historia política de Córdoba. Aquella vez, de manera insólita los legisladores peronistas reconocieron a los barras.
Tiempo después, a Cáceres le prohibieron el ingreso a los partidos de Talleres, luego de diferentes cruces con el presidente Andrés Fassi. Pero eso tampoco impidió que cediera su poder interno.
Es que "La Fiel" representa mucho más que el supuesto "aguante del tablón".
“En la cancha, somos el Estado dentro del Estado. Manejamos 14 barrios y 1.000 hinchas. Y los políticos son unos hipócritas: hablan que los barras ésto o aquello, y después nos llaman siempre", dijo en aquel 2013 quien era entonces la mano derecha de Cáceres, Carlos Pacheco, cuando "La Fiel" fue invitada a exponer en el Congreso de la Nación para contar cuál era la "fórmula" que tenía para acabar con la violencia en las canchas.
Desde entonces, "La Fiel" no dejó de salir en las noticias policiales. Pacheco y otros secuaces fueron acusados por un homicidio en un balneario, hubo aprietes a jugadores en La Boutique, uno de sus líderes históricos, Walter "el Toro" Aguilera fue sometido a una brutal golpiza por parte de otros presos cuando estuvo detenido, agresión filmada que motivó otra brutal respuesta (17 personas encapuchadas se grabaron con armas largas) y, finalmente, en febrero pasado se acusó a parte de la cúpula del millonario contrabando de marihuana.
La barra presenta estrechos vínculos con diferentes sindicatos estatales, sobre todo con el poderoso Surrbac, y nunca dejó de ostentar sus contactos a nivel político (varios de sus miembros figuran como empleados públicos). Hoy, es un concejal oficialista, Diego Casado, el que oficia como abogado defensor de Cáceres.
En el medio, sus líderes se enemistaron y se enfrentaron en diversas oportunidades. Es que detrás de "La Fiel" asoma un botín millonario. Sólo un ejemplo: en la causa por narcotráfico que tiene a Cáceres preso, se sostiene que en dos meses, los investigados reunieron más de 40 millones de pesos, dinero que convirtieron en dólares para poder comprar 1.650 kilos de marihuana, siempre según se sospecha hasta ahora.
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Todo este contexto se analiza ahora, a nivel policial y judicial, para intentar entender qué hay detrás del ataque a balazos contra la vivienda de Cáceres.
En ese punto, un dato no menor indica que "Toro" Aguilera, quien supo ser mano derecha de Cáceres, hoy asoma como un rival interno. Tras ser filmado en medio de una golpiza en una cárcel de Córdoba, en 2020, Aguilera ya no es visto de la misma manera por sus pares. Cuando lo liberaron volvió a la tribuna, pero no a un lugar central del paravalanchas. Él leyó rápido que lo habían relegado y comenzó a exigir su anterior puesto.
Cuando Cáceres quedó detenido, creyó que había llegado su momento. Pero el líder dispuso desde la cárcel que un barra conocido como "el Paisa" quedara en su lugar.
Aguilera se sintió traicionado y desde entonces ya no se junta con "La Fiel". Incluso, se sospecha que viajó a Buenos Aires, la semana pasada, por su cuenta.
"El Toro", con aceitados contactos en el Surrbac, maneja a un grupo interno de barrio Urquiza, importante para "La Fiel". Durante toda la noche del miércoles, este núcleo se movió de manera llamativa por los alrededores del Kempes.
También han comenzado a pedir protagonismo interno los hermanos Pacheco, desterrados de "La Fiel" desde que cayeron presos por el crimen en el balneario. Cuando fueron liberados e intentaron regresar a la tribuna, "La Fiel" les negó el ingreso. Se fueron a otra tribuna y terminaron con una causa penal por robos en las adyacencias del estadio.
Ahora, de nuevo intentan ganar la tribunal, por lo que en todos los partidos que Talleres juega de local hay operativos especiales para intentar evitar que ingresen, ya que tienen vado el acceso al estadio.
A todo esto, la causa narco por la que Cáceres está preso tampoco se descarta como el móvil detrás del ataque a balazos.
Un dato que tampoco pasa inadvertido es la hora del ataque: en ese momento, Talleres se jugaba el partido más importante de su historia en el Kempes, por lo que no era difícil de suponer que la "guardia" que Cáceres suele tener en su casa (tapiada y con cámaras de seguridad) iba a estar resentida. Además del mensaje implícito de balear la casa en el mismo momento en el que juega el club que mueve el ritmo de "La Fiel".
