Daniel Willington, ídolo de Talleres y Vélez: "No hubo hambre, pero sí escasez"
El exdelantero repasó en Cadena 3 su vida familiar, cómo era el fútbol en tiempos pasados y cómo lo observa ahora; su amor por el tango y su visión respecto a quién es el mejor jugador del mundo.
11/01/2024 | 19:30Redacción Cadena 3
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Audio. Daniel Willington, ídolo de Talleres y Vélez: "No hubo hambre, pero sí escasez"
Informados al regreso
Daniel Willington es uno de los grandes ídolos de la historia de Vélez y Talleres, destacado en la década de 1960 y 1970. Se desempeñó como volante ofensivo o delantero con un gran talento y autor de goles inolvidables.
Nació el 1 de septiembre de 1942, pero paradójicamente se lo conoce como "El Cordobés" debido a su pronto traslado a esta ciudad a la temprana edad de cuatro años. En diálogo con Cadena 3, Daniel afirmó que durante su niñez no padeció hambre, pero que sí hubo periodos de escasez.
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El exdelantero participó del ciclo de conversaciones de verano con Sergio Suppo e hizo un repaso de su vida familiar, cómo era el fútbol en tiempos pasados y cómo lo observa ahora, su amor por el tango y su visión respecto a quién es el mejor jugador del mundo.
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A continuación, las principales frases de la entrevista
Su vida y familia
• La vida de mis hermanos y la mía fue muy diferente. Mi papá jugaba al fútbol en Santa Fe en un club de barrio y trabajaba.
• Éramos cuatro hermanos y todos sufríamos asma. Córdoba era el lugar para curarse del asma, entonces nos trasladamos desde Santa Fe. Mi viejo era el número 5, el tipo tenía mucha fuerza y por eso le decían "El Toro".
• Vivíamos los seis integrantes de la familia en una pensión frente al ferrocarril en Córdoba. No había ni para comer. Luego nos trasladamos a otra casa en barrio Jardín. No hubo hambre, pero sí hubo escasez.
• De chico, caminaba mal y me llevaron al hospital. Me había agarrado poliomielitis a los ocho años, entonces me dejaron internado en ese momento. Menos mal que a mi papá se le ocurrió llevarme porque se me habían achicado los tendones. Me operaron y estuve seis meses internado. En ese tiempo hice la comunión y aprendí a leer y a escribir.
• En ese tiempo, mi papá se rompió los ligamentos y no cobraba porque no podía trabajar.
• A medida que pasa el tiempo, me regalaron una pelota. Había muchos chicos que jugaban y yo era mediocre. Me quedaba pateando un rato para ir mejorando, me quedaba con los arqueros y yo pateaba.
• En algunos casos, jugaba con los compañeros de mi papá.
• Creo que hay muchos jugadores que son muy buenos que en mis tiempos no jugaban.
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El fútbol de la década de 1960
• En ese entonces no había tarjeta amarilla, te metían una tarjeta amarilla y te lastimaban.
• El jugador de fútbol piensa que te puede intimar con una patada para que tengas miedo. Si eso pasa, no jugás más al fútbol. Al rato venía otro jugador y te pegaba. Era diferente jugar según el club.
• Roberto Perfumo era el único jugador que no me pegaba. Sabía que, si me pegaba, yo iba a volver.
• Yo no pegaba patadas, pegaba codazos.
• No salí nunca a comer con jugadores de mi equipo, siempre salía con gente de otros equipos.
• Amalfitani fue como mi padre. Le confié a él que me iba a portar bien, pero no tanto.
• Un señor bajito, Amalfitani, me dio plata para ir a divertirme, pero lejos del club. Era fuerte el cariño que me agarró.
• Tuve muchos compañeros, me acuerdo de todos y hablo de todo. Si fui el jugador que fui, es porque tuve jugadores que me ayudaron.
• No sé si soy una persona famosa, pero querido seguro que sí. Me saludan en la calle y yo saludo.
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Su amor por el tango
• Cuando iba a los bailes, venían grandes orquestas de tango y conocí a Roberto Goyeneche, Aníbal Troilo, que eran amigos míos y venían de Buenos Aires. Esas orquestas venían pocas veces al año.
• El único día que salía era el lunes y volvía el martes y miércoles. Hasta el jueves tenía el día libre.
• Con mis amigos me convertí en un cantor de tango. Me tienen que rogar para que cante, después me tienen que dar un vino para callarme.
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El mejor jugador del mundo, según Willington
• No elijo a los jugadores todos juntos, depende de la época. En mi tiempo, era Pelé. Luego, fue Maradona. Y ahora, Lionel Messi. Cada uno tenía sus condiciones: vos veías a Pelé en el aire y era una gacela; lo ves al Diego con la pelota y te dominaba. Lo ves a Messi y te deja en el camino.
• Lo que hacía Maradona era dominar la pelota; Messi lleva la pelota y tiene una gran velocidad de cambio. Los tiempos son odiosos, pero cada uno ha marcado lo suyo.
• Brasil llenó el mundo del fútbol, creo que Argentina es un poco menos en comparación a la cantidad de futbolistas destacados. Cada equipo brasileño tiene su jugador destacado.
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Entrevista de Sergio Suppo.