1. Laguna de Mar Chiquita y bañados del Río Dulce
es uno de los humedales salinos más extensos e interesantes de Sudamérica y del mundo. Se encuentra en el extremo nordeste de la provincia y se caracteriza por la cantidad y variedad de flamencos que conviven en su laguna salada. Con un ecosistema en el que abundan la flora y la fauna, Mar Chiquita es el destino por excelencia para la práctica de avistaje de aves.
Este espejo de agua salado es conocido como el "mar cordobés" y tiene una superficie que equivale a treinta veces el territorio de la Ciudad de Buenos Aires. Se puede aceder a la Laguna Mar Chiquita desde Miramar de Ansenuza.
2. Cerro Champaquí
Su cumbre alcanza los 2790 metros de altura, lo que lo convierte en el cerro más alto de la provincia. Es por eso que se lo conoce como el "techo de Córdoba".
Miles de personas experimentan el desafío de llegar a su cima que tiene varios caminos, de mayor o menor dificultad. También se utiliza para hacer rappel y 4x4.
Durante el camino es posible visualizar flora nativa, como los árboles de Tabaquillo y Maytén, además de arroyos prístinos, formaciones graníticas y extensos valles. Desde la cima, se puede observar: el Valle de Traslasierras (al oeste) y el Valle de Calamuchita (al este).
Una experiencia única para aquellos que se inician en el mundo del montañismo y también para los que desean hacerl y vivirlo al menos una vez en la vida.
3. Quebrada del Condorito
Es un Parque Nacional y es el hogar por excelencia del cóndor andino. Sobre la quebrada que da nombre al parque, estas enormes aves instalan sus nidos y sus refugios particulares. Los mejores lugares para observarlos son el Balcón Norte y el Balcón Sur.
Dentro del parque se pueden realizar varios paseos de ecoturismo. Entre ellos, el más realizado es el avistaje de aves. Además de animales exclusivos de la zona, como el lagarto de Achala o una raza característica de zorro colorado, a lo largo de sus 37.344 hectáreas se podrá apreciar una biodiversidad abrumadora y fascinante.
El acceso está en las Altas Cumbres y tiene varias zonas para acampar y hacer trekking.
4. Cerro Colorado
De paisajes en colores rojizos y ocres, es uno de los yacimientos pictográficos más grandes de América del Sur. Además, fue declarado como reserva natural y cultural por la conservación de su flora y su fauna.
Aquí se encuentra su Reserva Natural y Cultural, que conforma uno de los centros pictóricos de arte rupestre más destacados del país.
El primer imán que tiene esta localidad son sus cientos de aleros, con más de 35000 representaciones de los pueblos sanavirón y comechingón de hasta 2000 años de antigüedad. El paso por esta reserva, que comprende cerca de 3000 hectáreas y fue declarada Monumento Histórico Nacional, y solo se puede visitar con un un guía habilitado.
5. Cuevas de Ongamira
Ongamira está situado al norte del Valle de Punilla, a 115 kilómetros de Córdoba. Su marco natural invita a la aventura y es un sitio ideal para conocer sobre los pueblos originarios de Córdoba.
La cuevas de Ongamira son formaciones rocosas de hace más de 130 millones de años. Fueron habitadas por la comunidad de indios comechingones y están ubicadas a 1.500 metros sobre el nivel del mar.
La erosión del viento y del agua dieron forma a grandes paredones y aleros naturales que los aborígenes aprovecharon para subsistir. Hoy es muy visitado por turistas curiosos, pero también por arqueólogos para hacer investigaciones.
El valle Ongamira conforma un paisaje poco común y sumamente atractivo. Al recorrer la región, se puede observar el contraste de la roca arenisca roja con el verde paisaje serrano.
6. Cerro Uritorco
Está ubicado en Capilla del Monte y su misticismo atrae a miles de turistas, que llegan a estas tierras esperando avistar algún ovni o vivir alguna experiencia paranormal.
Es el cerro más alto de las sierras chicas, con 1980 m de altura. Su ascenso se realiza en medio de una generosa y variada vegetación, entre vertientes y lagunillas.
Algunos turistas acceden por el desafío de alcanzar la cumbre, y otros por los misterios que lo rodean. De cualquier forma, el Uritorco es un cerro emblemático de la provincia.
7. La Cueva de los Pajaritos
Se encuentra dentro del Complejo Turístico Reserva Ecológica Mallín, a 8 kilómetros de Tanti. Se trata de un lugar donde grandes piedras moldeadas por la erosión dan origen a figuras únicas.
Un recorrido permite conocer el parque y disfrutar de su fauna, flora, el arroyo con sus cascadas, espejos de agua y atractivas formaciones rocosas. “La cabeza del indio”, “El tanque”, “El mono”, “El perro”, “Mirador del Lago San Roque”, “La Lluvia del Amor” y el “Bosque de los duendes”, son algunas de las identificaciones que recibieron estas formaciones.
Hace mucho tiempo un movimiento sísmico produjo una fractura en una gran placa rocosa que abrió una brecha. La Cueva de los pajaritos, no es más que el desmoronamiento de pequeñas y grandes rocas sobre la profunda grieta. Entre los escondrijos hay una abertura de suficiente tamaño como para que cualquier persona pueda ingresar a un mirador desde donde es posible observar a las aves autóctonas como como los vencejos o chirrios.
