Cura Brochero, una localidad que no pierde su esencia

Cuando un destino se "vuelve a vestir" y no pierde sus cualidades de pueblo, logra eso necesario para crecer y agradar cada vez más a los que lo visitan. Nueva gastronomía, iluminación, una moderna oficina de Informes Turísticos, la explanada de la plaza y el Parque Temático del Santo Brochero fueron algunas de las sorpresas que me encontré en la “nueva” Cura Brochero.

Recuerdo de niño íbamos a vacacionar a Traslasierra y nos alojábamos en una “casilla rodante” en Nono, muy cerca del balneario Los Remansos. De noche, el destino obligado era Brochero y a comer algo en la zona de la iglesia. El recuerdo me invadió y se hizo nuevamente realidad en mi visita a la nueva plaza Centenario, esa magia sigue intacta.

Ahora probé los mariscos de Olinto, pizzas en Pintó Bar, alfajores de los mejores en Elmira Castro y tuve la suerte de comprobar que no se perdió la vida alrededor de la plaza. Eso tan auténtico y necesario de los pueblos del interior de Córdoba.  

La tonada y amabilidad de su gente, el escenario donde los artistas locales tienen su espacio. Cura Brochero conserva su patrimonio histórico, la Casa de Ejercicios, el Santuario, la iglesia y la vieja casa donde murió el Cura Gaucho. A su vez, vi hoteles, nuevos bares y restaurantes de moderno estilo decorativo y hasta un espectáculo de “mapping” proyectado en la fachada de su templo mayor.

Un destino familiar con ríos de aguas mansas, con artesanías en su feria y con un abanico de oferta gastronómica que da para comentar y recomendar. Cura Brochero conserva su vida en torno a la plaza, como un corazón que late y convoca. Cuida su tradición a pueblo con magia, pero ahora una magia renovada y moderna en equilibrio a su patrimonio.

Juan Pablo Viola

Destino religioso

A orillas del río Panaholma, Villa Cura Brochero se reconoce entre sus paisajes serranos y el orgullo de haber sido testigo de la obra cristiana del Cura Gaucho, el Santo José Gabriel Brochero, quien vivió en este lugar y llevó su misión evangelizadora a todo el Valle de Traslasierra.

Entre estampitas, relicarios e imágenes del Cura, el circuito de la fe y de la historia está delimitado por una serie de rincones que recuerdan la entrega de Brochero.

La plaza Centenario luce un monumento de bronce en su honor, que es todo un ícono local; en frente, la iglesia Nuestra Señora del Tránsito y el museo Brocheriano, resguardan las reliquias del cura y, este último, con 16 salas de exposición permite también la visita a la capilla de la Casa de Ejercicios Espirituales y al Oratorio. Se suma la casa que habitó, que posee objetos de su pertenencia.

El alfajor cordobés

Son seis generaciones de dedicación artesanal, en familia y con las manos en la masa. Elmira Castro, una fábrica sencilla y minuciosa en la exquisita elaboración. Tradicional con fuerza en su marca y sin perder la esencia de pueblo, del regionalismo o el acento de esta parte de Córdoba. Está en Villa Cura Brochero y cada mañana abre su corazón a un producto netamente regional.

La característica primordial de los típicos alfajores cordobeses son el glaseado vidriado, los rellenos con frutas o dulce de leche y las tapas de vainilla.

 La masa no debe tener mayor protagonismo ya que el sabor está en el relleno. Precisamente estas son las características del alfajor de Elmira Castro y que comanda Rita Soria, orgullosa de la fábrica cargada de historia desde 1900.

Tips de Viajero

-Imperdible la tarde/noche en los bares de la plaza central. Hay gran variedad de gastronomía y por ahí pasa la vida del pueblo.

-Las visitas religiosas pueden ser un combo de mañana, visitando la Iglesia, el Museo Casa de Ejercicios y la casa donde pasó sus últimos días Brochero.

-No te pierdas un recorrido por la Feria de Artesanos a la noche en la plaza.

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