Alberto ya lanzó la campaña por su reelección

Sergio Berensztein

Es interesante esta coordinación de figuras importantes del oficialismo, instalando ya la candidatura del presidente. Primero para evitar lo que usualmente llamamos el efecto pato rengo; un presidente sin reelección es un presidente débil. Toda la idea de que hay aquí no 2 , sino potencialmente 6 años de mandato le agrega un potencial valor, a una candidatura que, por supuesto, luce muy desgastada no solamente por la derrota electoral, sino por el desprestigio que venía sufriendo el presidente antes de la derrota del domingo.

Pero más allá de eso, es interesante también la autocrítica del presidente por la falta de internas, no solamente porque los resultados dedazo, sino porque él replicó el dedazo de la selección de Victoria Tolosa Paz y de Leandro Santoro en la provincia y en la ciudad, respectivamente.

Es cierto que los dedos de Cristina, la digitación de Cristina de las candidaturas es el tema que más preocupa a los intendentes, a muchos gobernadores que no quieren aceptar más, que se le metan en su distrito. Así que el presidente también hace una cesión ahí de autoridad, tratando de conquistar aquí a la red más tradicional del peronismo.

Lo que vimos ayer fue el peronismo de los sindicatos, de los movimientos sociales y los sectores más vinculados a Cristina llegando poco mal y tarde. En su momento los Montoneros abandonaron la plaza. No los favorece el famoso discurso “esos estúpidos, imberbes”. Esta vez en vez de irse, llegaron tarde. Lo importante para enfatizar aquí es que el voluntarismo, la sobre exageración que expresa el presidente en este relanzamiento no solamente negando la derrota, sino suponiendo que la economía está en movimiento, que se está recuperando. Hay una cantidad ahí de falsas verdades con las cuales el presidente elaboró un discurso que en el fondo es lo más preocupante.