Kicillof es Hood Robin

Sergio Berensztein

 Muchas veces en nombre de la igualdad o de los derechos en la política uno ve intentos de generar mecanismos distributivos que tienen un impacto exactamente contrario al buscado. Sobre todo cuando los países arrastran estos desórdenes fiscales tan profundos como los que tiene la Argentina que dejó de financiar el gasto público con recursos genuinos. Lo hacen como una misión humanitaria, con deuda o con una combinación de ambas cosas que también obviamente ha generado enormes distorsiones que a menudo también pagan los más pobres.

Lejos de favorecer a los sectores más humildes, estas políticas terminan favoreciendo a los sectores que ya están mejor, a la clase media y media alta.Esto es lo que pasa con los subsidios para los viajes de egresados.

Como sabemos, en la provincia de Buenos Aires y también en el resto del país, los sectores más humildes, los más pobres, no terminan la secundaria. Venimos al margen de esto, obviamente, con un desastre generado por la pandemia y por las restricciones tan rigurosas que implementó el gobierno, con más de un millón de chicos que abandonaron el sistema educativo. Pero no solamente aquí. Esto implicó subsidios a los más ricos, sino que mirando el país en su conjunto, esto no paga el resto de la Argentina porque solamente los egresados bonaerenses se van a ir de vacaciones subsidiadas.

Es decir, aquí estamos frente a otra muestra del centralismo extremo que una vez más no contempla los derechos y los intereses del resto del país.Es la provincia de Buenos Aires la que se beneficia en este caso con una decisión discrecional. Recordemos que es una provincia que está muy subsidiada por el resto del país y que en buena parte de sus subsidios se pagan con inflación. Se pagan con emisión monetaria que terminan pagando todos, incluyendo los propios bonaerenses, con lo cual estamos ante una situación totalmente irracional. Por eso yo puse Hood Robin porque Robin Hood robaba a los ricos para dar a los pobres y aquí se le está robando a los pobres .

Cuando uno analiza el sistema educativo en su conjunto estamos ante una situación realmente muy preocupante porque es un sistema que recibe muchos recursos. En Argentina se acerca a los niveles recomendados por organizaciones como la Unesco casi 1 por ciento del Producto Bruto Interno, sin embargo, la calidad del sistema educativo es mala y ha empeorado en los últimos años.