Pablo Moyano y Belliboni, de peronchos y troskos

Sergio Berensztein

-Se hablaba hasta hace poquito de la marcha contra nadie .La marcha de La CGT carecía de un claro objeto. Marcha contra la inflación es casi algo utópico porque, en definitiva, aún no se sabe si hay que marchar en contra del déficit fiscal y del Banco Central que lo financia

- No se sabe si hay que marchar contra los comerciantes, que son el último eslabón que en definitiva lo que hacen es reproducir altas de precios.. Era un poco ridículo pero importante, que ayer hemos visto múltiples mensajes internos que afloraron y no hubo tanta gente como la esperada.

-Y un protagonismo de la CGT que, lejos de reafirmarse, quedó condicionado. Quedó puesto en duda. En definitiva, me parece que salió el tiro por la culata. Una CGT que buscaba reafirmar su importancia en el control de la calle mostró que la calle está en otra cosa.

- Me llamo mucho la atención, el cruce entre el Belliboni y Pablo Moyano .Pablo le dice “ustedes son el Polo Obrero” y “son el único Polo Obrero sin obreros” y Belliboni le responde “vi un grupo de millonarios gordos paseando por Buenos Aires”. Me parece que los dos tienen algo de razón y tienen algo de razón porque el Polo Obrero y los sectores que se identifican con él en la Argentina ,cada vez hay menos obreros, hay menos trabajadores y representan los sectores informales a los desempleados y todo lo demás.

-En la CGT son cada vez más gordos y da un poquito de pudor, de vergüenza cuando Pablo Moyano dice “nosotros los trabajadores” cuando uno sabe que el que está hablando es una persona muy rica, muy poderosa. Un empresario que realmente no debe tener la menor idea de lo que debe ser hoy la vida de un trabajador Yo soy egresado y sobreviviente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Parecía un debate del claustro universitario.

- Es un debate absurdo en un mundo en el cual, efectivamente, hay algo que se llama robotización ,inteligencia artificial. No hay obreros hoy en el mundo y hablar de eso lo que pone de manifiesto es que estamos realmente ante un país extraviado en materia de debate público