Terremoto en la política norteamericana

Sergio Berensztein

La política norteamericana es un escenario que, nos guste o no, tiene repercusiones a nivel mundial. En particular, quiero hablar del reciente terremoto político que ha sacudido Estados Unidos.

Este terremoto se originó en el último debate entre Biden y Trump. La actitud desorientada del presidente Biden fue el epicentro de esta agitación política. Como hoy es 4 de julio, Día de la Independencia estadounidense, parece apropiado revisar qué está ocurriendo a raíz de este debate.

Lo que hemos presenciado en televisión es un presidente Biden con un preocupante deterioro cognitivo. Esto no es nuevo; ya había evidencias previas pero se hizo más patente durante el debate frente a Trump; un evento muy temprano para la tradición norteamericana.

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Este comportamiento ha generado infinidad de especulaciones y movimientos políticos. En primer lugar, se ha puesto en duda la continuidad de su candidatura y esto dispara especulaciones sobre quién podría reemplazarlo. En segundo lugar, esto opacó una actuación también deficiente por parte del expresidente Trump.

Aunque Trump evitó entrar en provocaciones y perder los estribos (uno de sus riesgos conocidos), tampoco supo aprovechar la oportunidad para ganar el apoyo de sectores electorales que lo rechazan -en particular las mujeres-.

Tercer punto: si Biden declina su candidatura, la convención demócrata que se celebrará en la ciudad de Chicago tendrá que elegir una nueva fórmula. Algunos especulan con la actual vicepresidenta, Kamala Harris; otros mencionan a Gretchen Whitmer, gobernadora del estado de Michigan.

Por otro lado, hay otro terremoto más pequeño pero importante: la Corte Suprema determinó que los presidentes en gestión tienen una inmunidad muy significativa. Esto es relevante en el contexto del juicio por lo ocurrido el 6 de enero de 2021, recordemos el ataque al Capitolio y la actitud controversial del entonces presidente Trump.

Finalmente, quiero hacer referencia a Kamala Harris. Si llegara a ocupar el lugar de Biden sería doblemente notable: sería la primera mujer presidenta y además tiene un origen medio hindú y medio jamaiquino. Sin embargo, como ocurre con todos los vicepresidentes, su gestión ha sido opacada por la presidencia de Biden.

El escenario político norteamericano continúa así lleno de incertidumbres y cambios.