El Camino de Brochero es una gran idea, aunque todavía hay mucho para hacer. El contexto natural e histórico tiene un valor enorme. Diría que es perfecto.
El Camino del Peregrino está bien resuelto en términos de señalización. Es imposible perderse o equivocar el trayecto.
La consolidación del proyecto seguramente hará que mejoren las ofertas gastronómicas y de servicios.
En ese sentido, el Camino de Santiago de Compostela es un referente para encontrar similitudes y ofrecer soluciones parecidas.
Ambos caminos están enmarcados por la inmensidad de las montañas.
Los paisajes imponentes y la fuerza de la naturaleza emocionan cuando se fusionan con la fe y la reflexión.
El Parque Temático Brochero Santo, en Villa Cura Brochero, es la excelente culminación del trayecto, con servicios de calidad, buena infraestructura y un diseño que permite encontrarse a pleno con la personalidad del cura gaucho.
El Camino de Brochero es una realidad incipiente con un enorme potencial turístico y cultural por desarrollar.
A lo largo de los 240 kilómetros de extensión del trayecto hay numerosas estaciones para visitar: en Villa Santa Rosa, en Córdoba y en Villa Cura Brochero.
La promoción turística del enorme abanico de atractivos posibilitará el desarrollo de cada uno de ellos y la generación de decenas de puestos laborales directos e indirectos.
Desde pequeños kioscos hasta alojamientos premium para peregrinos de todo el mundo.
La difusión de la obra del cura gaucho es esencial para que la idea cobre fuerza en Córdoba y trascienda fronteras provinciales y nacionales.
También en ese sentido el Camino de Santiago es un referente para replicar en las serranías cordobesas. Salvando las distancias entre una potencia europea como España y una Argentina siempre en crisis, el Camino de Brochero tiene a su favor que la obra del cura gaucho está vigente y es palpable.
La seguridad de los peregrinos es una de las cuestiones más delicadas para atender.
Quienes recorren el Camino de Santiago de Compostela pueden hacerlo absolutamente despreocupados.
Pueden peregrinar con sus pertenencias, billeteras, teléfonos celulares, etcétera, sin ningún riesgo.
Hoy el Camino de Brochero todavía no es centro de preocupación en materia de seguridad porque el flujo de visitantes es menor.
Pero la seguridad de los peregrinos debe estar dentro de la planificación a futuro, para que la experiencia no sea empañada por hechos delictivos que siempre se lamentan.
El Camino de Santiago de Compostela convoca anualmente a más de 400 mil personas.
Si ese es el objetivo, hay que hacer que la experiencia cordobesa sea totalmente segura y centrada en la espiritualidad.
Aunque he viajado por gran parte del mundo, en ningún otro lugar experimenté tanta paz espiritual como en el peregrinar por las Altas Cumbres.
Recorrí el Camino del Peregrino, el último tramo del Camino de Brochero, en agosto, con una primavera que comenzaba a asomarse en las alturas serranas.
Las moles de piedra, el cielo limpio, los cóndores en vuelo y el tímido verde de la pastura serrana fueron el contexto ideal para vivir una experiencia de fuerte búsqueda interior.
Los puentes colgantes, los arroyos de agua helada, las vertientes entre las piedras y el aire absolutamente oxigenante desbordan los sentidos durante el peregrinaje silencioso.
El caminar entre las sierras no es exigente desde lo físico. Es más, es mejor hacerlo pausadamente, compenetrándose con el entorno.
Es apto para cualquier edad.
Y tengas la edad que tengas, te aseguro que quedarás maravillado con la visión desde las alturas de todo el valle de Traslasierra.
En cada paso que di por el Camino del Peregrino, no podía dejar de pensar en la experiencia de hacer ese recorrido a lomo de mula, Imaginando al cura hace más de 150 años.
Disfrutar de paisajes casi no alterados por la mano del hombre siempre me subyuga. Mirar para los cuatro costados y encontrar las mismas imágenes que vio el cura, con amaneceres y atardeceres que conmueven todos los sentidos.
La Pampa de Achala es única. Es la esponja que contiene las aguas que luego nutren los ríos que caen hacia Calamuchita y Traslasierra.
Mientras subía y bajaba por esos caminos, ayer senderos, podía imaginarlo a Brochero yendo a Córdoba para pedir mejoras para su gente y volviendo a su pago con las promesas oficiales.
Podía verlo soñando, soñando en grande.
Era un tipo con personalidad, no lo embaucaban fácilmente. José Gabriel era duro como las rocas de las Altas Cumbres.
