Fuertes y polémicas declaraciones del Papa Francisco

Federico Albarenque

El Papa Francisco ha vuelto a ser el centro de atención con sus declaraciones durante el acto por el décimo aniversario de su primer encuentro con los movimientos populares en el Vaticano. En un evento que reunió a figuras como Juan Grabois, el pontífice no escatimó en críticas hacia la indiferencia y la represión que se vive en su país natal, Argentina.

El Papa hizo referencia a un video que le hicieron llegar sobre la represión de una manifestación reciente relacionada con la movilidad jubilatoria. En sus palabras, describió cómo obreros y ciudadanos que reclamaban por sus derechos fueron rechazados por la Policía, utilizando la excusa de que no tenían derecho a protestar. "Se gasta la pimienta de primera calidad", dijo, en una clara crítica a la falta de justicia y a la represión que sufren aquellos que se atreven a alzar la voz.

Además, el Papa señaló que la actitud de desprecio hacia los más vulnerables es una de las grandes tentaciones de nuestro tiempo. "El silencio de la indiferencia habilita el rugido del odio", afirmó, advirtiendo sobre cómo esta indiferencia puede llevar a la violencia y a la división social.

Es particularmente interesante que el Papa haya tocado temas relacionados con la justicia en Argentina, mencionando a Alicia Peressutti, una exfuncionaria que fue detenida por denunciar irregularidades. Este tipo de comentarios son inusuales para un líder religioso, lo que hace que sus palabras sean aún más impactantes. Sin embargo, su silencio sobre ciertos temas, como la situación de los 40.000 comedores que mencionó Grabois, plantea preguntas sobre la selectividad de su enfoque.

El Papa también se refirió al colonialismo material e ideológico en Argentina, mencionando cómo la explotación del litio afecta a muchas personas. Esta crítica directa a la realidad socioeconómica de su país es un cambio notable en su discurso, especialmente considerando su tendencia a mantener un perfil bajo durante gobiernos anteriores.

Sin embargo, hay aspectos que no se pueden pasar por alto. A pesar de sus fuertes palabras sobre la represión y la indiferencia, el Papa ha guardado silencio sobre otros temas críticos, como la corrupción que afecta a los más pobres y la represión en Venezuela. Su enfoque parece ser selectivo, lo que genera dudas sobre la profundidad de su compromiso con la justicia social.