Ya se ha perdido el 11% de los días de clases

Federico Albarenque

Hoy me gustaría compartir con ustedes un dato confiable que ha salido a la luz recientemente: ya se han perdido el 11% de los días de clases. Esto es especialmente preocupante teniendo en cuenta que estamos apenas comenzando un año que se perfila como complicado en términos salariales y de paritarias.

Este dato proviene de la Coalición por la Educación, que realizó un relevamiento en cada una de las provincias, comparando los días planificados para clases al 30 de abril con los días efectivamente dictados. El resultado es alarmante: hubo provincias donde la situación es angustiante y uno no puede evitar preguntarse cuál será el impacto a largo plazo para nuestros niños.

Por ejemplo, Misiones tenía previsto al 30 de abril 43 días de clases, pero solo tuvo 28 efectivos debido a 15 días de paro. En Neuquén, la situación fue incluso peor, con 15 días de paro sobre 38 planificados. Y en Buenos Aires hubo 11 días sin clases.

Por otro lado, hay algunas provincias que hasta el momento han logrado mantener su compromiso educativo intacto: Formosa, Mendoza, San Luis y Santa Cruz lograron dictar todos los días planificados hasta el 30 de abril. En Córdoba también estuvimos cerca del cumplimiento total con solo cuatro días menos.

Pero lo más preocupante es que estos datos son solo hasta finales de abril. Con las tensiones salariales aún sin resolver en varias provincias como Misiones o Neuquén, podemos esperar más interrupciones en los próximos meses.

Además, hay que tener en cuenta el impacto de las vacaciones y los feriados. Junio, por ejemplo, tiene una semana con solo dos días hábiles, y luego llega julio con 15 días de receso. Los niños pierden la costumbre y el hábito de asistir a la escuela, lo que puede dificultar aún más su aprendizaje.

En resumen, estamos ante una situación alarmante. Nuestros niños están perdiendo valiosos días de educación a un ritmo preocupante. Es fundamental que se tomen medidas para resolver estas tensiones salariales y garantizar que nuestros niños puedan recibir la educación que merecen.