–El pacto democrático de 1983 pareció enterrar de algún modo nuestro pasado faccioso. Pero ha vuelto reforzado, aunque sin violencia, en lo que se popularizó como “la grieta” ¿Se va a necesitar otro consenso democrático para revertirla?
–Yo no diría que necesitemos otro pacto democrático porque la democracia afortunadamente se está manteniendo. Lo cual habla de que a pesar de nuestras divisiones y nuestras tradiciones facciosas logramos institucionalizar por el momento estas diferencias.
Sí diría que para el próximo Gobierno, gane quien gane, aunque lo más probable es que gane Alberto Fernández, lo que sí vamos a necesitar es algún tipo de pactos y consensos para poder sacar la economía adelante.
Alberto Fernández habla hace rato de un pacto social. Hay que ver hasta qué punto ese pacto social es sostenible en el tiempo. En 1973 Perón intentó un pacto social, que en ese momento no funcionó. En cambio si uno se va a las medidas o al plan de estabilización que hizo Perón en 1952, que también implicaba cierto pacto social, ahí sí funcionó.
Entonces, habría que ver si están dadas las condiciones para que este acuerdo del que habla Alberto se pueda llevar adelante.
Yo no sé si llamaría a esto pacto democrático, porque no creo que haya ningún actor de la sociedad o político que hoy esté impugnando la democracia abiertamente. No se está impugnando la democracia como régimen, lo que se está impugnando son diferentes proyectos políticos para esa democracia.
–Vale la aclaración, pero los ejemplos de acuerdos económicos y sociales que mencionabas son sectoriales y no políticos, que tal vez sea lo que permita fijar reglas de juego más o menos estables, ¿no?
–Si, sin duda. El año que viene no se va a necesitar solamente de las corporaciones para este pacto social, sino de los partidos políticos. Porque seguramente muchas de las reformas que se deberían realizar tendrían que pasar por el Congreso.
Necesariamente deberá haber un diálogo partidario. Habrá que ver hasta qué punto los partidos políticos que estarán en la oposición van a apoyar ese consenso.
Obviamente eso va a demostrar si tenemos algunas continuidades de las cuales agarrarnos o no. Pero también hay que ver cómo serán esas reformas que se van a proponer. Por el momento no lo tenemos muy en claro.
–En coyunturas críticas como éstas hace falta una autoridad de crisis,con capacidad para dialogar y concertar (cito otra vez a Botana) ¿Cómo ves en ese sentido las cualidades y las respectivas experiencias en el poder que han tenido los dos candidatos más votados?
–Teniendo en cuenta que debería haber algún tipo de plan de estabilización para poder resolver la crisis económica, creo que quien tiene mayores márgenes de maniobra para realizar ese plan es Alberto Fernández. Básicamente, porque sería un gobierno peronista. Y ese tipo de ajustes han sido más fácilmente aplicados por gobiernos peronistas, que han conseguido el apoyo de ciertos factores sociales que gobiernos no peronistas no han podido lograr.
Entonces, en términos de gobernabilidad o de capacidad para aplicar ciertas medidas, que seguramente serán antipáticas para varios sectores de la sociedad, me parece que el peronismo tiene mayor margen de maniobra e históricamente esos han sido los planes de ajuste que han podido aplicarse.
Yo no sé cómo haría Macri,si ganara la elección o en un posible ballotage, para lograr los apoyos necesarios a fin de ejecutar el tipo de ajuste que se necesita. Se requeriría el apoyo de sindicatos, movimientos sociales y diferentes grupos de la sociedad.
También hay que ver hasta qué punto Fernández está dispuesto a tomar esas medidas que, repito, seguramente pueden ser antipáticas para sectores de su coalición. Y hasta qué punto su propia coalición lo acompañaría si él decide seguir adelante con ese tipo de propuestas.
–El problema es que ciertas demandas del electorado e incluso su propia oferta rozan una visión populista de la realidad. Y el populismo sin recursos es muy difícil de practicar.
–Por eso, va a haber una restricción presupuestaria tan alta que no creo que se puedan hacer todas las cosas que cierto grupo de la coalición a la que pertenece Alberto esperan que él haga.
No sé si él, pero sí hay sectores dentro de la coalición que tienen una expectativa demasiado alta de lo que se puede llegar a hacer con un cambio de Gobierno. No sé si hay la suficiente conciencia en estos grupos delas limitaciones que en realidad va a tener el Gobierno que venga.
