"Somos el país con más recesiones en los últimos 40 años"

–¿Cómo se logra empalmar la agenda estructural de largo plazo con las demandas de corto plazo que están implícitas en el pronunciamiento electoral? La gente no se bancó más el ajuste.

–En estos tres meses la agenda electoral marca la cancha. Y está claro que ninguno de los dos grandes candidatos puede poner sobre la mesa reformas de fondo que necesita hacer esta economía y por ende también esta sociedad.

Ahora,si con la llegada de un nuevo gobierno se sigue pateando para adelante lo estructural, cada vez nos costará mucho más salir del estancamiento y la decadencia, que lleva una década y muchos más años de deterioro relativo.

De nuevo, los incentivos de campaña atentan contra lo que necesita la economía de largo plazo. Pero el nuevo gobierno tendrá que implementar un programa económico que deberá tener una doble agenda.

Por un lado, atender lo coyuntural, que es ponerle un piso a la recesión y estabilizar el frente financiero, porque hasta fin de año van a suceder muchas cosas en términos de reservas, tipo de cambio, tasa de interés, inflación, Leliqs. Osea, el frente monetario-financiero va a marcar la agenda de corto plazo, con una economía que está transitando piso, incluso cayendo levemente.

En simultáneo se debe ir pensando en la agenda de largo plazo que pueda destrabar al sector productivo, para que realmente se pueda empezar a producir más bienes y servicios y a crear empleos de calidad. Recién entonces se podrá dar el acompañamiento del lado de un mayor consumo, mayor inversión,mayor importación.

–Hay una agenda social también de corto plazo, que es la pobreza. Todo parece señalar que esta vez vamos a sobrepasar tal vez largamente el 35 por ciento, según estimaciones privadas. ¿De qué manera debiera priorizarse la asignación de los recursos públicos disponibles para enfrentar esa coyuntura?

–La prioridad tiene es el gasto de seguridad social y previsional. De alguna manera es lo que ha priorizado el gobierno de Cambiemos en estos años de crisis.

Argentina tiene un manto de pobreza estructural, producto de décadas de deterioro macroeconómico. Estamos entre las economías que más años recesivos han tenido en las últimas cuatro décadas después de Libia y de otros 180 países. Ese mal funcionamiento de la economía en cada una de las grandes crisis, cada vez sube el piso de pobreza estructural, que hoy está en la zona del 30 por ciento.

Después está el manto de pobreza coyuntural, que son todas las personas y hogares que entran dentro de los límites de la pobreza porque se acelera la inflación o aumenta el desempleo.

A esa pobreza coyuntural claramente hay que atacarla desde el lado de la política fiscal. La prioridad del gasto público, y yo entiendo que así lo está haciendo el gobierno, es atender todas esas necesidades que vienen por el deterioro de la situación macroeconómica en estos dos últimos años.

Eso explica porqué la pobreza salta de 30 a 35 por ciento. Porque hay una gran franja de la sociedad que está muy en el límite y ni bien se acelera la inflación o se deterioran los indicadores de actividad y empleo, hay mucha gente que automáticamente pasa del otro lado de la línea de pobreza. Entonces lo más probable es que en toda esta transición veamos, lamentablemente, una pobreza que supere el 35 por ciento. Por la devaluación y la agudización de la recesión, sobre todo en el segundo semestre.

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