El consumo de carne, en piso histórico: "No está cara, bajó el poder de compra"

El consumo de carne en Argentina experimenta una caída significativa, alcanzando niveles que podrían ser los más bajos en los últimos 110 años. Según un informe, desde principios de año, la merma se sitúa en un 12% en comparación con el año anterior.

En una carnicería de la zona norte de la ciudad, Marcela, encargada del local, confirmó la tendencia al móvil de Cadena 3 Rosario: "Es bastante notorio la baja en el consumo".

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Marcela detalla que los clientes han cambiado sus hábitos de compra: "Los primeros días de la semana, la gente va consumiendo muy poquito. Tratan de hacer un guisito o una milanesita, y lo que es asado lo dejan para el fin de semana". Además, los consumidores buscan cortes más económicos, lo que ha llevado a la carnicería a implementar promociones y a ofrecer cortes en porciones más pequeñas. 

La encargada de la carnicería señala que "antes era todo costillares enteros, ahora los hacemos por mitad y hasta a veces los cortamos en tres trozos".

Esta estrategia busca facilitar el acceso a la carne en un contexto económico complicado. "La gente va comprando lo que va consumiendo en el día o hasta incluso el fin de semana, pero no hace una gran compra", agrega.

Respecto a las razones detrás de esta baja en el consumo, Marcela opina que "la carne es más sustanciosa, pero la gente tiene que estar tantas horas en el trabajo, entonces compra algo hecho o deja preparado algo chiquito".

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A pesar de la caída, los fines de semana se mantiene un flujo regular de ventas, especialmente en ocasiones especiales. En cuanto a los precios, Marcela menciona que "no es que esté cara la carne, es que uno tiene menos poder adquisitivo".

La situación económica afecta directamente el consumo, ya que muchas personas han perdido sus trabajos o han visto reducidas sus horas laborales. "El argentino está muy acostumbrado a la carne, pero ya no lo puede mantener toda la semana como lo hacía antes", concluye.

La baja en el consumo de carne no solo afecta a las carnicerías, sino que plantea interrogantes sobre la dieta nutricional de los argentinos, quienes históricamente han tenido un alto consumo de este alimento.

Informe de Agostina Meneghetti.