Federer es el tenis
A los 41 años, el astro suizo anunció su retiro. Rompió todos los récords y ganó más de cien títulos en su extraordinaria carrera. Su humildad superó la prueba de todos los halagos.
15/09/2022 | 12:12Redacción Cadena 3

Dice el diccionario que el tenis es un deporte que se practica con raquetas y una pequeña pelota. El objetivo es impactar la pelota para que pase por encima de la red que divide la cancha a la mitad, intentando que el rival no consiga devolverla.
Como el lenguaje es vivo, dinámico y cambiante, me atrevo a desafiar a la Real Academia y actualizar la definición, o al menos sugerirle un sinónimo.
La definición de tenis lo comprende en todos sus términos y viceversa: Roger Federer ES EL TENIS.
Federer es la excelencia, lo más cercano a la perfección. Es quien representa a la esencia del tenis.
Cada golpe tiene el recorrido exacto. El contacto de la pelota con las cuerdas de sus raquetas suenan siempre afinadas y melódicas. Su drive y su revés ilustran los mejores manuales que se hayan escrito sobre el tema.
Su saque es inapelable y la geometría de su juego parece diseñada por un arquitecto.
Tiene un GPS de la cancha incorporado a su mente para encontrar el espacio para colocar la bola en el lugar donde su rival seguramente no llegará.
/Inicio Código Embebido/
/Fin Código Embebido/
Su conducta es ejemplar, su humildad superó la prueba de todos los halagos y adulaciones. Es un ejemplo de vigencia. Es el mejor tenista de éste y de todos los tiempos.
Lo motiva la pasión, lo sostiene el esfuerzo, lo distingue el talento. Ganó todo y su gen competitivo lo empuja a ir por más.
Nunca buscó dejar de ser el mejor, siempre intentó seguir creciendo. Nunca se quedó con lo que tenía.
Cuando llegaron algunos problemas físicos muchos lo dieron por terminado, pero su voluntad, su esfuerzo, su mentalidad lo volvió a su sitial del “Rey del Tenis”
Roger Federer le devolvió la blancura a este juego.
Sus duelos contra otra leyenda vigente como Rafael Nadal le dieron el contrapunto para hacerlo aún más grande.
Roger Federer es al tenis lo que Mohamed Alí al boxeo, lo que Diego o Messi al fútbol, lo que Michael Jordan al básquetbol, lo que Michel Phelps a la natación.
Federer no corre, flota, se desliza. No le pega a la pelota, le ordena en qué lugar del fleje picar. No gana torneos, los colecciona.
Cuando levanta trofeos llora como un chico, lo que consigue jugando como un grande.
Su arte es universal. Es un mago que cambió la varita por una raqueta.
Dicen que los talentosos hacen fácil lo que para el resto de los mortales suele ser difícil. Los genios, como Federer, hacen fácil lo que para el resto de los mortales es sencillamente imposible.
Es una leyenda del deporte contemporáneo digna de ser disfrutada en sus últimas funciones.
En su vida privada es un papá dedicado que cambia pañales.
Incansable abonado a las hazañas y a los récord, le está jugando un mano a mano al único invicto que el mundo ha conocido, el paso del tiempo: los años.
Ha agotado todos los adjetivos y se ha convertido en un sustantivo propio.
Señores de la Real Academia, permítanme la licencia de actualizar su definición. Es que son sinónimos. La definición de tenis lo comprende en todos sus términos y viceversa.
Roger Federer es el tenis.