En medio de una guerra que no cesa en Europa del este, el gobierno del presidente Biden se debate entre el precario equilibrio de atender a este conflicto internacional sin parangón de una manera contundente, ser el verdadero líder mundial y al mismo tiempo resolver los temas de agenda doméstica que son prioritarios para los norteamericanos.
Los porcentajes de aprobación de Biden han subido lentamente después de su discurso del Estado de la Nación la semana pasada y los analistas se preguntan si es el famoso “come back” (el retorno), de un presidente que había perdido popularidad incluso dentro de sus propios votantes del partido demócrata.
Lo cierto es que en este contexto el secretario de estado Antony Blinken y la propia vicepresidenta Kamala Harris están en Polonia intentando encontrar vías diplomáticas y legales para poner fin a la guerra, apoyar a los soldados norteamericanos que están en la región y mantener reuniones claves para accionar soluciones inmediatas.
Los expertos legales de la Casa Blanca han identificado tres cosas que los Estados Unidos pueden hacer para controlar el conflicto que no impliquen entrar en territorio ucraniano o declarar el espacio aéreo de la zona como área de NO fly (no vuelos), algo que la administración Biden ya dijo claramente que no pueden y no van a hacer.
Freno a importaciones petroleras
La primera acción concreta que puede ahogar a Putin es un freno en las importaciones de petróleo: aunque el porcentaje de importación a Estados Unidos es mínimo esta decisión es más política que económica. El presidente está recibiendo muchas presiones de ambos partidos para tener mano dura con el sector de energía Ruso aunque la administración sabe que cualquier sanción en este territorio puede tener consecuencias devastadoras para el mercado global del petróleo.
El senador republicano por el estado de Florida Marco Rubio dijo por ejemplo que “no tiene sentido continuar comprando petróleo a Rusia que usa esos fondos para financiar esta guerra y la campaña terrorista que están llevando a cabo” y esta opinión también la comparten altas figuras del partido demócrata como la propia Nancy Pelosi.
Lo cierto es que Biden tiene en sus manos una decisión muy delicada y sus voceros ya han dicho que el presidente no va a tomar ninguna determinación sin apoyo de sus aliados europeos en este debate que definitivamente va a impactar de lleno en el bolsillo de los norteamericanos.
Crímenes de guerra
La segunda moción de los expertos sobre lo que Estados Unidos puede hacer para frenar el conflicto es declarar que la forma de trato y amenazas a los civiles en Ucrania constituye un crimen de guerra.
La embajadora de Estados Unidos frente a Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield dijo que estaban trabajando con los aliados para recabar datos y verificar si las acciones rusas constituyen crímenes de guerra” aunque el propio Biden evitó usar este rótulo para definir lo que los rusos están llevando a cabo en Ucrania.
Son crímenes de guerra todas aquellas violaciones graves del derecho internacional humanitario aplicable a la guerra internacional (más propiamente denominada conflicto armado internacional y la Corte Penal Internacional (CPI) juzga individuos por genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.
La corte tiene competencia respecto de los siguientes crímenes: a) El crimen de genocidio; b) Los crímenes de lesa humanidad; c) Los crímenes de guerra; d) El crimen de agresión.
Envíos de jets de guerra
El sábado el presidente ucraniano Zelensky pidió nuevamente a Estados Unidos que activaran maneras de ayudar mucho más contundentes ya que el cierre del espacio aéreo sobre Ucrania ha sido rechazado en innumerables ocasiones (si esto se hace puede provocar una guerra directa entre Estados Unidos y Rusia).
Para conseguir apoyo mayor Zelensky sugirió que Estados Unidos facilitara el traslado de aviones Jets de la era soviética que están en Polonia hacia Ucrania con sus pilotos propiamente entrenados.
Esta propuesta está en discusión entre Estados Unidos y oficiales polacos para enviar aviones de guerra a la zona del conflicto, algo a lo que Biden nunca se opuso pero que claramente dijo que el hecho de mandar o no estos refuerzos es una decisión soberana de cada uno de los países.
Mientras tanto se toman estas decisiones Estados Unidos expulsó ayer a los 12 diplomáticos rusos acusados de espionaje y de involucrarse en actividades delictivas que partieron en un vuelo a Moscú el domingo por la tarde en una clara muestra de parte del gobierno de Biden de apoyo al gobierno ucraniano.
