La belleza no entiende de diagnósticos, es belleza

Flavia Irós

"Esta joven boricua con Síndrome de Down hace historia al ser modelo de Victoria's Secret"

"Sofía Jirau es la primera persona con Síndrome de Down que aparece en una campaña de Victoria's Secret".

"Conocé a Sofi´a Jirau, la primera modelo de Victoria's Secret con Síndrome de down"

"Por dentro y por fuera no hay límites", escribió la joven puertorriqueña en redes.

"Victoria's Secret presenta a Sofía Jirau, su primera modelo con Síndrome de Down"

"La firma de lencería lanza Love Cloud Collection, una campaña que homenajea la inclusión y la diversidad con una colección pensada para todas las mujeres".

"Quién es Sofía Jirau, la primera modelo con Síndrome de Down para Victoria's Secret: tiene 25 años, es de Puerto Rico y revoluciona el mundo del modelaje"

Ningún titular escapa de rotular como un triunfo la noticia de Sofía y “su síndrome”, para luego decir que es modelo de Victoria's Secret, me corrijo: que es la “primera modelo con Síndrome de Down” en posar para la marca. 

En todas las fotos de Sofí se pone en primera plana su diagnóstico, como si este fuera el mérito para colgarle la medallita de que a pesar de su “condición” lo logró. Eso es lo que se lee entre líneas, en letra bien chiquita,  en todas las portadas.

Victoria's Secret lanzó su nueva colección de ropa interior “Love Cloud” representada por 18 mujeres reales y tiene como finalidad celebrar la vida de todas ellas sin importar su condición o raza.

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Títulos de medios ya instalados hablando de “padece” Síndrome de Down. ¿Le preguntaron si lo padece? ¿O es parte de una de sus tantas condiciones como ser humano?

Comentarios en las redes como: “Casi ni se le nota"… pero ¿y si se le notara a donde habría que esconder su verdadera esencia que la vuelve única? ¿En el baúl de la vara obsoleta de la normalidad? Son las preguntas sin tanta respuesta que me generó esta campaña.

Sofía tiene 25 años, ama el modelaje, tiene su propia marca de ropa, inició su carrera en el 2019, y en el 2020 ya estaba desfilando en la semana de la moda en Nueva York. Rodeada de una familia incondicional va segura cumpliendo sus sueños, su novio Christofer, orgulloso y compinche, muere de amor en cada aparición pública de su chica y también como gran compañero la sostiene en la pasarela de la vida.

Su presencia es un paso importante hacia una industria del modelaje más inclusiva que celebre todos los tipos de belleza.

Estrategia fría de marketing o un paso adelante para seguir apostando a la belleza femenina sin pedirle “certificados, coeficientes intelectuales o medidas físicas tiranas”.

Si en definitiva... la belleza no entiende de diagnósticos. Eso es lo que la vuelve tan bonita, intangible y subjetiva.