"Lo de ahorrar en pesos bolivianos se hizo costumbre hace tiempo", contó un periodista de La Quiaca

Ante la fuerte crisis e inestabilidad financiera que enfrenta la economía argentina, muchos ciudadanos apuestan a ahorrar en monedas más estables siendo el dólar la vedette de los mercados internacionales.

No obstante, en el norte del país está creciendo una nueva tendencia que se ha robado la atención de los expertos: apostar al peso boliviano, una moneda con mayor estabilidad que el peso argentino, y menos restricciones para su adquisición que el dólar.

“Esto de ahorrar en boliviano en La Quiaca, colindante a Villa Sol en Bolivia, se hizo costumbre hace ya tiempo, cuando se fue Macri con la devaluación y es ahí cuando la sociedad empieza a comprar moneda boliviana, para atesorarlo reemplazando al dólar, que es más difícil de conseguir”, contó Rubén Ángelo, periodista de La Quiaca, a Rodrigo Ipolitti en Informados al Regreso por Cadena 3 Rosario.

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Es que el peso boliviano se ha mantenido estable en los últimos años y hoy está en una proporción de 7 a 1 con el dólar, mucho más favorable que la argentina.

“Agarran mil pesos argentinos, que hasta la semana pasada valían 33 bolivianos, y esta semana te dan apenas 23 o 24. Aun así la gente sigue comprando bolivianos”, relató.

La Quiaca tiene una población aproximada de 20 mil personas y según contó el periodista jujeño, “todos los días va gente a comprar” y cruza a Villa Sol, donde con cerca del doble de población tienen unas cien casas de cambio.

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“El peso boliviano nunca se ha devaluado. Por ese motivo, vienen a recorrer Argentina, cambian a pesos y se llevan todo. Con Bolivia tenemos 600 kilómetros extensos de frontera, la gente de La Quiaca e incluso gente de Salta, pasan por el río y se evitan el trámite de migraciones. Es corto. Apenas cruzas el río, ya tenés una casa de cambio”, relató Ángelo.

“Un maestro en Bolivia está cobrando alrededor de 3 mil bolivianos, algo así como 100 o 120 mil pesos. Pasa todo lo contrario a años anteriores, íbamos hasta Potosí a comprar insumos informáticos, ahora es al revés, vienen a comprar lavarropas y de todo. A nosotros nos conviene, especialmente a los comercios”, cerró.