Admiten que hay agotamiento en terapias, pero niegan colapso

El director del Hospital Fernández de la Ciudad de Buenos Aires, Ignacio José Previgliano, admitió que hay agotamiento en los profesionales de los nosocomios a causa del coronavirus, pero negó que se esté a las puertas de un colapso, como lo aseguró la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva en una dura carta dirigida a la población del país.

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Entrevistado por Cadena 3, Previgliano, quien está formado como terapista, dijo este miércoles que el personal de salud de cuidados intensivos está “fatigado” a esta altura de la lucha contra la pandemia.

“Esta especialidad es muy linda, pero está mal paga. Se trata de un recurso humano escaso. Los médicos se ven forzados a tener más de un trabajo por las bajas remuneraciones. Entonces, van del hospital público a la clínica privada y vuelven”, afirmó.

“Hace seis meses que ven a pacientes graves, que están mucho tiempo internados. Por ley, debe haber un intensivista cada siete camas. Pero nosotros nos hemos dado cuenta de que estos pacientes requieren de un intensivista cada cuatro camas. El personal esta fatigado. Esa una realidad muy dura, pero cierta”, agregó.

De todos modos, señaló que en los últimos días se ha registrado “un descenso en la cantidad de casos” en la Capital Federal y remarcó que “el sistema no está colapsado”.

En ese marco, hizo un tiro por elevación a la desgarradora carta que difundió el martes la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), en la que se hablaba de que los trabajadores de la salud están “perdiendo la batalla” contra la Covid-19.

No me gustan las metáforas bélicas. No estamos perdiendo nada. La tasa mortalidad es menor que en Europa y Estados Unidos. Estamos en un nivel muy bueno. Me parece mal ser tan catastrófico.

“El virus no es un enemigo que hay que aniquilar. Es una enfermedad y los pacientes son personas que requieren de la mejor atención médica”, añadió.

Finalmente, al ser consultado sobre la vacuna, contestó: “Soy optimista. Pero hay que decir que desarrollar una vacuna lleva cinco años. Hay que esperar los efectos de la vacunación. Las vacunas son fantásticas cuando son seguras. En los ensayos clínicos, se advierte que el laboratorio no se responsabiliza por los efectos a futuro, porque los desconoce”.

Entrevista de “Informados, al regreso”.