La impotente venganza de Putin

Marcos Calligaris

El presidente ruso sufrió un vergonzoso revés en el campo de batalla el sábado, cuando una potente explosión sacudió el simbólico puente de Crimea sobre el estrecho de Kerch el día después de su cumpleaños, socavando aún más su vacilante campaña militar.

Este lunes, Rusia tomó represalias lanzando, por primera vez en meses, una andanada de misiles contra el centro de Kiev y otras importantes ciudades.

Los proyectiles impactaron durante la hora pico de la mañana cerca de varios objetivos civiles, entre ellos un popular parque, un concurrido cruce y la Universidad Nacional Tarás Shevchenko de Kiev. Las autoridades ucranianas confirmaron que al menos ocho personas murieron en la capital ucraniana, pero el número podría escalar en las próximas horas.

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El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, pidió a los ciudadanos que busquen refugio: "Están intentando destruirnos y borrarnos de la faz de la tierra. Por favor, no abandonen los refugios. Cuídense ustedes y a sus seres queridos. Resistamos y seamos fuertes", señaló.

Consultado por Cadena 3, el analista ucraniano Oleksii Otkydach señaló que el ataque de Putin tuvo dos objetivos. "Por un lado, golpear el sistema eléctrico de Ucrania de tal manera que todo el país quedara a oscuras, algo en lo que evidentemente falló".

El segundo objetivo, de acuerdo con el analista, fue "psicológico", ya que por primera vez Rusia "golpeó de forma brutal el centro de Kiev", por lo que todos los medios se vieron obligados a hablar de lo que es capaz Moscú.

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No obstante, el analista sostiene que afortunadamente los ataques no pudieron hacer blanco en ningún centro de toma de decisiones.

Por qué es importante lo que sucedió en Kerch

El puente de Kerch, de 18 kilómetros de extensión y en el cual Putin realizó una multimillonaria inversión tras la anexión de Crimea, era el único que conectaba a Rusia con la península de Crimea y servía como una ruta crucial de transporte de suministros para las fuerzas rusas de primera línea, tal como lo describe Foreign Policy.

Los graves daños podrían poner en peligro el esfuerzo bélico de Putin, aunque para el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) la detonación podría tener más bien un impacto logístico. "La explosión no interrumpirá de forma permanente las líneas de comunicación terrestre rusas a Crimea, pero sus consecuencias probablemente aumentarán la fricción en la logística rusa durante algún tiempo", sostuvo el organismo.

Lo que parece quedar claro es que la explosión supuso un humillante revés simbólico y estratégico para Putin.

El líder ruso ya viene siendo sometido a una creciente presión a medida que las fuerzas ucranianas retoman rápidamente el territorio ocupado, al mismo tiempo que cientos de miles de hombres en edad militar se apresuran a abandonar Rusia.

Por ese motivo, de acuerdo con Foreing Police, Putin no tardó en culpar a Kiev, declarando que no había "ninguna duda" de que se trataba de un acto de terrorismo perpetrado por las fuerzas ucranianas. Kiev, por su parte, no asumió la responsabilidad del ataque al puente, aunque funcionarios de ese país se alegraron públicamente de la explosión.

Otkydach no duda en definir el ataque de Rusia como "una venganza miserable de un emperador de Rusia miserable", como represalia por la destrucción del puente de Crimea. Tampoco tiene dudas en afirmar que el ánimo de los ucranianos permanece inalterable. 

En línea con Zelensky, quien aseguró que Ucrania no se siente intimidada por los bombardeos rusos.