A la altura de su propia historia

Jorge Parodi

En París 2024, Las Leonas lograron la medalla de bronce. Lo consiguieron con coraje, con el corazón, con jerarquía, con garra, sufriendo hasta el final. A la altura de su rica historia.

Las Leonas se levantaron del duro golpe que les propinó Países Bajos en las semifinales, y lograron subirse al podio tras vencer a Bélgica por penales australianos, después de un partido tremendo, que igualaron 2 a 2 en el tiempo reglamentario.

De ida y vuelta, de menor a mayor, perdiendo en el inicio por la conversión de Puvrez, dando vuelta la historia con goles de Albertario y Gorzelany, padeciendo el gol del empate de Razir, a poco de haberse puesto en ventaja. Con protestas y video-reef (el VAR del hockey), todo esto ocurrió en el primer tiempo.

En los dos cuartos finales Argentina estuvo más cerca de la victoria, pero no pudo.

Después la lotería de los penales australianos y "La China" Cosentino para vestirse de héroe, una vez más.

El 3 a 1 en la definición por shoot-out, fue un acto de justicia penal. Zoe Díaz, Lara Casas y Sofía Cairo, no fallaron y el tercer puesto se hizo realidad.

Una medalla que vale y pesa, un premio al trabajo bien hecho. Por eso el festejo a pura lágrima, abrazos, cánticos y emoción.

Las Leonas son una marca registrada en el deporte argentino. Son una garantía de entrega y pasión.

Desde que nacieron en Sydney 2000 bajo la conducción de Sergio "Cachito" Vigil y jugadoras como Luciana Aymar, Soledad García y Vanina Onetto, entre otras, más allá de la medalla de plata, impusieron un legado.

Miles y miles de chicas tomaron el palo y le dieron impulso al hockey, con clubes que crecieron y acompañaron el proceso en todo el país.

Dos campeonatos del mundo ganados (en Perth y en Rosario) y cinco medallas olímpicas, 2 de plata y tres de bronce certificaron el crecimiento y el camino a seguir.

Hoy se subieron al podio por sexta vez, de los últimos siete Juegos Olímpicos.

Las Leonas fueron al hockey lo que Vilas al tenis, por el efecto multiplicador de sus hazañas.

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En cuanto a resultados y rendimientos, Países Bajos fue la piedra en el zapato de Las Leonas. En la última década el equipo naranja fue el mejor inobjetablemente. Países Bajos es el actual campeón del mundo, campeón olímpico y en un rato jugará la final femenina frente a China. En varones le ganó ayer a Alemania y obtuvo el oro en París 2024.

Ante esa realidad, corresponde valorar el bronce de nuestro equipo.

Argentina viene de un trabajo de muchos años, sus jugadoras a pedido del técnico se quedaron en el país para afianzar la preparación.

Cristina Cosentino, la arquera, fue figura en cuartos ante Alemania impidiendo que le convirtieran en los cuatro penales australianos de la definición y repitió hoy, neutralizando tres ejecuciones.

Agustina Gorzelany fue la goleadora implacable en cada córner corto.

La salteña Valentina Raposo con sólo 21 años se consolidó como figura en la defensa.

Julieta Jankunas apareció cada vez que el equipo la necesitó y convirtió goles claves.

Zoe Díaz, con 18 años, es la gran aparición del hockey argentino de los últimos tiempos, una delantera temible.

Argentina tuvo experiencia y juventud. 

Chocó, una vez más, ante el mejor equipo del mundo en semifinales y no pudo.

En 48 horas, pese al duro golpe, rearmó la guardia y puso las cosas en su lugar, frente a Bélgica.

Con coraje, con determinación, con garra, volvió a subirse al podio. Tal como lo marca su propia historia.

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