La segunda medalla llegó desde el agua: "Hay plata"

Jorge Parodi

La segunda medalla llegó desde el agua con Mateo Majdalani y Eugenia Bosco, en vela: "Hay plata".

Se hizo esperar, pero llegó. Por más que se diga lo contrario, en el deporte argentino hay plata, en forma de medalla y con un pedazo de la Torre de Eiffel original.

La segunda presea para la delegación de nuestro país en París 2024 llegó desde las aguas azules del Mediterráneo, desde la Marina de Marsella, al sur de Francia.

En vela, categoría Multicasco mixto o Nacra 17, Mateo Madjalanani y Eugenia Bosco, lograron subirse al podio, después de 12 regatas extenuantes y una Medal Race que se hizo esperar, luego de suspenderse ayer por falta de viento.

Mateo Majdalani, 29 años, se inició en el Náutico de San Isidro a los 8 años, mientras que Eugenia Bosco, de 28 años es de San Pedro y se formó en su lugar en el mundo lindero con el Río Paraná.

Ambos se consagraron en la misma categoría en la que Santiago Lange y Cecilia Carranza lograron el oro olímpico en Río de Janeiro 2016.

En cien años de participación olímpica de la delegación argentina, desde París 1924, la vela, es después del boxeo, la disciplina que mayor cantidad de medallas le dio a nuestro deporte.

El yatching acaba de sumar su undécima medalla, de las cuales hay una de oro, cinco de plata y cinco de bronce.

Hay nombres emblemáticos como el del correntino Carlos Camau Espindola, ganador de 4 medallas y 2 veces abanderado de la delegación olímpica o el de Javier Conte, actual entrenador de los medallistas de París 2024.

Pero nada es casualidad, hace ocho años que esta dupla trabaja planificadamente para este objetivo con determinación, esfuerzo, talento, pasión e ideas claras.

Ambos fueron creciendo como equipo, se radicaron en España para tener mayor roce internacional a menor costo y contacto con las competencias, los entrenadores y los rivales.

Majdalani y Bosco fueron campeones Panamericanos en Santiago de Chile el año pasado y salieron cuartos en el último mundial.

Pese a su juventud, Mateo Majdalani fue entrenador de Lange y Carranza cuando ganaron el oro en Río de Janeiro. Mateo y Eugenia aprendieron de ellos y junto a ellos a vivir por y para un objetivo, al que llegaron, siendo los más regulares en las 12 regatas, con una mínima posibilidad de oro en la Medal Race ante la dupla Italiana Tati y Banti, campeones olímpicos en Tokio.

Por detrás y muy cerca, a sólo 6 puntos, venían Gran Bretaña y Nueva Zelanda.

La descalificación de la dupla británica por pasarse en la largada, simplificó una regata complicada.

Mateo y Eugenia se olvidaron del oro y de Italia. Se dedicaron a que Nueva Zelanda no los superara para conservar la medalla de plata y eso fue lo que sucedió.

En esta disciplina es necesario, además de músculos, buen entendimiento en la dupla, conocimientos de meteorología y de estrategia.

Mateo Madjalani y Eugenia Bosco, estuvieron con la vela encendida durante toda la competencia.

Miles de personas se apostaron en la costa para seguir la competencia soportando un sol sofocante y ayudados por pantallas gigantes y música altisonante en una plaza de rocas blancas y aguas azules.

Viejo es el viento, pero hoy, volvió a soplar, después de tomarse un descanso ayer, que obligó a postergar la prueba.

La medalla para la Argentina fue lo que el viento NO se llevo. Con Madjalani y Bosco se emocionaron y nos emocionaron apenas tocaron la costa fundidos en un abrazo.

Hoy sí, que en el deporte argentino hay plata. Se hizo esperar, pero llegó. Ellos y su deporte lo hicieron otra vez.

Lograron una medalla que al igual que el cantante catalán Joan Manuel Serrat , nació en el Mediterráneo.

Mateo Madjalani y Eugenia Bosco pusieron el poco viento que había a su favor. La vela hizo el resto, otra vez.