El pádel en Argentina: un deporte accesible que transforma vidas y comunidades
Argentina vive un renacer de esta disciplina. Pasó del olvido a convertirse en un fenómeno social, deportivo y económico que arrastra multitudes y vuelve a poner al país en la cima mundial.
04/04/2025 | 15:02Redacción Cadena 3
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Audio. El pádel en Argentina: un fenómeno social y deportivo en constante crecimiento
La Argentina Posible
El pádel en Argentina ha vivido una historia digna de una novela: surgió con fuerza a finales de los años 80, se convirtió en furor durante los 90 y, tras una caída estrepitosa que lo dejó al borde de la desaparición, hoy renace con un auge que lo vuelve a poner en la cima. Y no solo a nivel nacional: es una verdadera revolución global.
Lo que comenzó como una actividad para pasar el rato, una opción recreativa para el ciudadano de a pie, hoy se ha transformado en un fenómeno social, económico y deportivo de alcance mundial. “Es un milagro”, sintetiza Esteban Biasi, presidente de la Federación de Pádel de Córdoba. “Es el único deporte que se reinventó y volvió con una fuerza que no estaba en los planes de nadie”.
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Biasi explica que la pandemia, paradójicamente, fue el punto de quiebre. Con la mayoría de los deportes grupales suspendidos, el pádel —por su formato de juego reducido y facilidad de organización— fue una de las primeras disciplinas habilitadas. “A partir de 2020 el crecimiento fue vertiginoso. Hoy superamos al tenis en cantidad de alquiler de canchas y la expansión no se detiene”, señala.
Argentina, cuna y motor del pádel en los años dorados, volvió a posicionarse a la vanguardia: es bicampeona mundial en la categoría masculina y mantiene una estructura federativa sólida que permite el desarrollo desde las bases. “Tenemos torneos federados en todo el país y lo más lindo es que un jugador amateur puede representar a su provincia o incluso al país, algo impensado en otros deportes”, cuenta Biasi.
Pero no solo se juega para competir. La explosión del pádel también se da en el plano social. “Hay quienes lo toman como una excusa para moverse, salir del sedentarismo y compartir con amigos. Y eso también está muy bien”, agrega. El deporte, accesible y flexible, permite el regreso a la actividad incluso después de lesiones, embarazos o pausas largas.
Uno de los grandes cambios que permitió este resurgimiento fue la mejora en las superficies. En los 90, las canchas de cemento eran causa frecuente de lesiones, lo que llevó a muchos a abandonar la práctica. “El verdadero culpable no era el piso, sino que el pádel era tan accesible que mucha gente lo jugaba sin preparación física previa”, reflexiona Biasi. Hoy, con pisos de césped sintético sobre alfombra, los impactos son más suaves y el riesgo disminuyó considerablemente.
Alejandro Lasaigues, leyenda viva del pádel argentino y múltiple campeón mundial, coincide. “La gran diferencia fue la alfombra. Volver del encierro y encontrarse con canchas modernas, de vidrio, con juego más lento y menos lesivo, hizo que la gente se volviera a enamorar del deporte”, explica. Lasaigues fue uno de los íconos del boom original, junto a Robby Gattiker, y hoy lidera proyectos en Argentina y Estados Unidos. “Es global —dice—. En Suecia hay más de mil clubes, en Holanda más de 700. Y en Argentina, lo mismo: complejos de primer nivel, entradas agotadas para torneos internacionales en horas. Es una locura”.
El renacimiento del pádel también sedujo a los inversores. Terrenos que antes albergaban canchas hoy dan lugar a clubes modernos y funcionales. “Antes era un garage cerrado; hoy son estructuras de vidrio que iluminan la noche, visibles desde la ruta. Y como da buen resultado económico, todos se suman”, comenta Biasi.
Argentina, otra vez protagonista mundial, es semillero de talentos. “Siempre tuvimos jugadores en el top 10. Hoy Agustín Tapia, Chingotto y otros siguen demostrando nuestra vigencia”, dice Lasaigues, orgulloso de ver crecer a las nuevas generaciones.
Detrás de la raqueta, el mate y el asado, el pádel volvió para quedarse. Y con él, una oportunidad más de hacer del deporte un camino hacia una vida más activa y saludable. Como bien resume Lasaigues: “El pádel argentino renació. Y está más fuerte que nunca”.
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