El hincha que llevó a Diego en andas: “Era una pluma”

En diálogo con La Central Deportiva (Cadena 3 Santa Fe 101.7) el hincha santafesino que quedó inmortalizado en decenas de fotos evocó cómo se inició una travesía que arrancó como un arrebato de oficina y terminó con el Diez arriba suyo.

“Dije que si pasábamos a la final, me iba a México y mis compañeros me cargaban conque no iba a ir. Me levanté y me fui a averiguar por los pasajes”, explicó. El viaje lo pagó en tres cuotas y tuvo que “amenazar” a su padre para que firme la garantía: “Si no lo hacés, firmo yo haciéndome pasar por vos”.

Ya en el Distrito Federal, Cejas, con 29 años por entonces, se encontró con un grupo de amigos. “Éramos siete y teníamos cinco entradas” detalló casi como una introducción que justifica la acción posterior: “Le dimos “lana” (dinero) a los de la puerta de entrada y pasamos como tiro, como si tuviéramos la mejor de las entradas”. 

Se ubicaron detrás del arco donde el “Tata” Brown convirtió el primer gol argentino, mezclado entre medio de todos los hinchas alemanes. Entre los tickets y la coima, gastaron 17 dólares.

La idea original nunca fue infiltrarse en la cancha. Un foso sin agua, alambres de púa y policías no lo invitaban a intentarlo. Pero con la locura desatada tras el pitazo final, junto con un amigo, y con otro estado atlético, se coló por uno de los córners de la cancha. 

“En realidad, queríamos hacer una ronda alrededor de Maradona”, confiesa el empleado de Lotería de Santa Fe. Pero el plan cambia cuando Diego observa que Pedro Pablo Pasculli era llevado en andas. Ahí aparecen los hombros de Roberto Cejas en acción, para cargar al mejor futbolista del mundo. “Era una pluma”, describe.

Cuando el Diez notó que ya casi no quedaban jugadores dentro del campo de juego, le ordenó a Cejas que lo lleve en dirección al vestuario. “En el camino le pedí de todo: botines, medias, calzoncillo. Quería cualquier cosa. Pero Diego ya tenía todo prometido para su madre”, relató. 

De todos modos no se fue con las manos vacías. “Me lo crucé a (Oscar) Garré, venía hecho pelota caminando y le dije “dame el pantalón aunque sea” y me lo dio. Sin embargo, el souvenir ya no está en su poder, porque ladrones de lo ajeno aprovecharon los años que Cejas pasó en EE.UU. para ingresar a la casa de su mamá de Santa Fe y llevarse el short con el número 13 que estaba guardado ahí.

Como si llevarlo en andas no bastara, en Brasil 2014 volvió a cruzarse con Maradona. Esta vez, a pedido del astro que quería conocer a ese hincha. Fue en el programa “De Zurda” que Diego hacía durante ese Mundial. 

Una sorpresa de la producción para el conductor y una obvia emoción para un simple santafesino de oficina, que una mañana de 1986, en un impulso fogoneado por las burlas de sus compañeros, quedó en la historia. Si en México, Dios puso su mano, Roberto puso sus hombros.

Entrevista de "La Central Deportiva" / Textos: Matías Arrieta