Católicos y judíos, unidos en la Pascua y el Pesaj

"Me siento invitado a la reflexión, a hacer memoria de nuestras raíces y renovar la esperanza tras el silencio que nos impuso la pandemia el año pasado, a la renovación de la esperanza", expresó el padre.

"El pueblo de Israel renació de la esclavitud y se convirtió en un pueblo elegido que tanto ha regalado a la humanidad y el pueblo cristiano abrió su corazón a una posibilidad mas allá de la muerte", reflexionó.

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Por su parte, el rabino explicó la importancia de esta fiesta para el pueblo judío: "Es la fiesta del nacimiento del pueblo, hace 3.300 años".

"La escena más conocida por las películas es la de Moisés abriendo el mar y escapando de la opresión, pero en el texto bíblico hay algo que cambia el sentido absoluto de esta parte", indicó.

"Pensamos en ese momento y pensamos en la gente pidiendo auxilio y Moisés abriendo las aguas tipo Harry Potter, pero en realidad , según el texto, Dios le dice ''pone a la gente a caminar y después poné el bastón en el agua''", contó.

Ese pequeño gesto cambia todo: primero está el paso firme, ese Pesaj, que aún sin garantías, puede hacer que se abran algunas aguas

"Ese pequeño gesto cambia todo: entonces tiene que estar primero ese paso firme, ese Pesaj, que aun sin garantías, como nosotros en esta pandemia, y puede hacer que se abran algunas aguas", expresó.

En el segundo año consecutivo en el que esta fiesta religiosa es atravesada por la pandemia, instó a "volver a apostar a esos pasos juntos".

Celebraciones con protocolos

Los líderes espirituales contaron cómo son las medidas sanitarias en la celebración de la Pascua y el Pesaj.

"En la misa crismal con los párrocos y 110 sacerdotes, el arzobispo insistió en cuidar los protocolos, porque la presencia en el templo tiene que ser del 50% y lo que se hace si se pasa esa cantidad es celebrar desde afuera al aire libre o con transmisión simultánea en las redes", explicó en padre Pedro.

Veo una resignificación del pan y del vino y me parece hermoso, unir las dos fiestas: que partamos el pan con quien necesita y compartamos la alegría del vino

También aconsejó participar a través de gestos individuales de oración y reflexión para "no romper el cuidado mutuo". 

Por otro lado, el rabino Polakoff destacó que la pascua judía desde siempre fue una celebración en familia. 

"Pesaj siempre es en los hogares, los templos no están colmados sino los hogares por eso reforzamos lo de familias burbujas", indicó.

"La cena de Pesaj, que es muy guionada, con preguntas y canciones, tiene dos partes importantes: al principio, donde se abre la puerta y se parte el matzo, ese pan chato, y se dice que todos los que tengan necesidad de compartir entren. Y al final, se levanta un vino simbólico de Elías y también se abre la puerta", destacó.

"Veo esta apertura de puertas como la resignificación del pan y del vino y me parece un momento hermoso, simbólico, de unir las dos fiestas: que partamos el pan con quien necesita y compartamos la alegría del vino", sostuvo el rabino.

Y deseó "que el año que viene sea sin límites ni distanciamiento, todos festejando juntos".

Según el padre Torres, "la alabanza es una invitación a la alegría y al compromiso". "Es el amor de Dios que llega al extremo de la entrega de Jesús, para que cuidemos la vida sabiendo que abre a la eternidad", dijo.

"El sentido después de la Pascua es celebrar la vida después de la muerte y comprometernos como hijos y hermanos de dios", agregó.

"El virus evidenció que todo lo que hacemos está hiperconectado y tiene incidencia en el cosmos y no es frase cliché sino real: lo que pasó con un animalito en China terminó incidiendo en todo el mundo", reflexionó el rabino.

Y advirtió que "hay que tomar conciencia de que nuestras acciones están inexorablemente conectadas".

E invitó a reforzar "los valores en conjunto: solidaridad y valor del prójimo".

Entrevista de Guillermo Hemmerling.