La maldición del PJ

Pablo Sirvén

La maldición del PJ tiene muchas aristas y ejemplos históricos. Por ejemplo, Antonio Cafiero en el año 88, quien, siendo un candidato presidencial fuerte, se enfrenta a elecciones internas donde Carlos Menem le arrebata la victoria. Ahora, el último presidente del PJ es Alberto Fernández, quien se encuentra rodeado de líos judiciales y escándalos.

En este contexto, surgen dos candidatos inusuales: Cristina Fernández de Kirchner y Ricardo Quintela, el gobernador de La Rioja. Ambos enfrentan problemas significativos. Cristina tiene múltiples causas judiciales y se encuentra a la espera de un fallo que podría condenarla a seis años de prisión. Si pierde, su carrera política podría terminar. Es un riesgo considerable que asume Cristina, mientras que Agustín Rossi expresa confianza en su victoria.

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Sin embargo, la historia de Cafiero resuena. En esa época, él era un gobernador fuerte de Buenos Aires, y de repente un gobernador de La Rioja, como Menem, lo supera. No se puede subestimar a Quintela, aunque no se conocen sus aspiraciones presidenciales. Si Quintela pierde, las consecuencias recaen sobre Axel Kicillof, lo que añade presión a la situación.

La tensión entre Cristina y Kicillof también se hace evidente, con Cristina criticando la falta de claridad en su apoyo. El peronismo, con líderes tan prominentes como Perón, Menem y Cristina, parece estar en una encrucijada. A pesar de su fuerte liderazgo, el partido enfrenta un futuro incierto, especialmente con Cristina compitiendo en una fecha significativa del calendario peronista.

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La situación se vuelve más intrigante. ¿Quién cuidará los votos en esta elección? El peronismo se encuentra expectante, sin saber si Cristina mantendrá su liderazgo o si surgirán nuevas figuras. Todo está en el aire, y el futuro del partido es incierto. Quintela podría no ser el hombre de la renovación que el PJ necesita, y la imagen de Cristina sigue siendo poderosa, a pesar de los desafíos.

Sin embargo, hay una trampa en este momento. La liga de gobernadores judicialistas podría jugar un papel crucial. Muchos se preguntan si Kicillof realmente se ha distanciado de otros gobernadores. La voz de otros, como el gobernador de Salta, comienza a elevarse en contra de Cristina, lo que podría ser una oportunidad para un cambio.

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La situación es complicada. Cristina, con su aparato político, parece tener una ventaja sobre Quintela, quien enfrenta problemas económicos en su provincia. La contienda entre Cristina y Quintela representa una vuelta a la política tradicional del PJ, donde los gobernadores han tenido un papel preponderante. Pero, ¿será suficiente para que surja un nuevo liderazgo?

Es un momento delicado para el peronismo, donde la renovación parece un desafío. La historia reciente muestra que los líderes fuertes dificultan la aparición de nuevas figuras. La próxima sentencia de casación para Cristina y las elecciones internas del PJ serán determinantes en esta trama política. En pocas semanas, se confirmará si la maldición del PJ continúa o si se abre un nuevo capítulo en su historia.