Faltan 176 días para que empiece el Mundial de Qatar: en Argentina las cuentas invitan a la ilusión, en Italia son un golpe de realidad. Cuando llegue el 21 de noviembre los italianos volverán a sentir el dolor de no estar donde todos quieren estar, mientras los argentinos entrarán en otra dimensión.
Cuando se confirmó el partido entre los campeones continentales de Europa y Sudamérica, la ausencia de Italia en el Mundial era una posibilidad concreta, pero nadie pensaba que volvería a pasar lo del 2018, hasta que se cruzó Macedonia del Norte. Y pasó de nuevo.
La selección de Italia había vuelto a codearse con la gloria ganando la Eurocopa después de 52 años, con un invicto récord de 37 partidos, pero perdió en el peor momento y por segunda vez consecutiva quedó afuera de la Copa del Mundo.
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La historia reciente del seleccionado cuatro veces campeón mundial es increíble porque a las dos ausencias seguidas hay que sumarle dos eliminaciones consecutivas en las primeras rondas de 2010 y 2014, todo después de la consagración del 2006 en Alemania.
Lo que pintaba para ser un duelo entre dos selecciones que se habían sacado de encima la mochila de la sequía, terminará siendo el choque entre un equipo laureado pero decepcionado y otro que no paró de crecer desde que dio la vuelta olímpica en el Maracaná.
Argentina tendrá en Wembley una de las últimas grandes pruebas antes de viajar a Qatar, para el equipo de Scaloni será el primer enfrentamiento contra un seleccionado europeo después de casi tres años.
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El único partido de la Selección frente a equipos del viejo continente fue ante Alemania en el 2019, un empate 2 a 2 con goles de Alario y Ocampos, dos futbolistas que en aquel momento eran titulares y hoy se están jugando un lugar en la lista final.
La distancia entre sudamericanos y europeos es el gran tema del fútbol del Siglo XXI. Mbappé encendió la polémica diciendo que Argentina y Brasil no juegan partidos de nivel antes de llegar al Mundial, el francés cree que en esta parte del planeta la competencia no está muy avanzada.
Fabinho, jugador del Liverpool, recogió el guante y le respondió a Mbappé diciendo que no es fácil jugar en Sudamérica por las distancias, los viajes y los contextos. Además, agregó que Argentina y Brasil clasificarían cómodos si jugaran en Europa.
Es contra fáctico, no se puede saber cómo les iría a Francia, Italia, Alemania o Inglaterra si tuvieran que jugar en La Paz, Asunción o Quito, pero las últimas Eliminatorias de la Conmebol dejaron algo muy claro: brasileños y argentinos están muy por encima del resto.
Los formatos de las Eliminatorias tienen una gran diferencia: en la Conmebol el margen de error es mayor porque se juega todos contra todos a dos ruedas, mientras que en la UEFA la fase de grupos deja poco margen para los traspiés.
Un claro ejemplo del riesgo que suponen los partidos en Europa fue lo que pasó con Italia, que se quedó afuera perdiendo un solo juego. En la primera fase no le pudo ganar a Suiza, que era el rival a vencer, y después perdió el repechaje con un gol en el minuto 92.
En la Conmebol todos los seleccionados, con excepción de Brasil y Argentina, perdieron más de lo que ganaron como visitantes, Uruguay y Ecuador sacaron sus pasajes a Qatar perdiendo 6 partidos y Perú está en el repechaje con más derrotas que triunfos.
Las localías son muy fuertes en Sudamérica: Brasil metió 8 de 8 jugando en diferentes estadios, Argentina sumó 21 de los 27 puntos que disputó en el país, Ecuador solo perdió 1 partido, Uruguay apenas 2 y hasta Venezuela ganó más de local que Paraguay.
Los datos de los últimos 20 años en los Mundiales son elocuentes: Brasil en 2002 fue el último de Sudamérica que levantó la copa, además solo Argentina se metió entre los 8 finalistas representando a la Conmebol contra los 7 restantes que fueron de la UEFA.
Si estiramos los datos a los semifinalistas, Europa tuvo 15 de 20, mientras que Sudamérica avanzó 2 veces con Brasil y 1 con Argentina y Uruguay; Corea del Sur en 2002 fue el único colado. En Rusia los cuatro mejores fueron selecciones de la UEFA.
En el presente, Argentina se juega más que Italia, pero la historia también pecha: jugaron 15 partidos, con 4 triunfos argentinos, 6 italianos y 5 empates. Los últimos tres fueron para la albiceleste, todos antes del Mundial: 2-1 en 2001 y 2013 y 2-0 previo a Rusia 2018.
Si bien Argentina nunca le pudo ganar a Italia en los 5 partidos que jugaron por copas del mundo dentro de los 90 minutos, una de las últimas alegrías del pueblo argentino fue precisamente contra los tanos en 1990 de las manos de Goyco.
Para Lionel Scaloni el partido del miércoles será uno de los últimos bancos de prueba, la lista tiene pocos espacios en blanco y el equipo sale de memoria, pero el técnico necesita despejar dudas sobre el nivel contra los europeos. Argentina vs. Italia, la finalissima está servida.
