El Rey de Copas es el apodo que Independiente se ganó dentro del fútbol argentino y continental, gracias a la época gloriosa en la que acumuló siete Libertadores y dos Intercontinentales. Por eso, el mítico estadio de Avellaneda lleva el nombre del trofeo más importante en el continente americano. Pero eso cambia. Y hoy. Al actual “Libertadores de América” se le sumará el del máximo ídolo, el mismo que levantó la mayoría de esos trofeos: Ricardo Enrique Bochini.
De esa manera, el “Bocha”, de 67 años, gozará del homenaje en vida que solicitó el mismísimo Diego Maradona en su última visita a la cancha del Rojo, cuando era director técnico de Gimnasia. Claro que tiene aire de tintes políticos, porque las elecciones son el próximo 19 de este mes, pero es un guiño de la dirigencia al hincha del “Diablo”, que venía reclamando hace rato esa resolución.
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Decir Independiente es decir Bochini y decir Bochini es decir Independiente. El 22 de junio de 1972, el Rojo perdió ante River 1-0 en el Monumental, en un partido donde a los 29 minutos del segundo tiempo y con 18 años, debutó un tal Bochini. Ese día comenzó el idilio más largo y glorioso entre el “Bocha” con Independiente, teniendo su primer encuentro con el gol y como no podía ser de otra manera ante el eterno rival, Racing, en el Nacional 1972.
Su gambeta cortita, ese quiebre de cintura para dejar en el camino a cualquiera, el estar bien ubicado con la decisión tomada antes que le llegue la pelota, deslumbraron al fútbol argentino. El primer título lo obtuvo en 1973 con la Libertadores, pero el 28 de noviembre del mismo año, el mundo conocería el talento del “10” del Rojo en el Olímpico de Roma ante Juventus.
En la temporada 1988/89, de la mano de Jorge Solari, lograría el último título. Tras 19 años de carrera, en el mismo club, el 5 de mayo de 1991 una lesión provocada por Pablo Erbín en un empate en uno contra Estudiantes, lo retiró de la actividad con 13 campeonatos: cuatro Libertadores (1973, 74, 75 y 84), tres Interamericanas (73, 74 y 76), dos Intercontinentales (73 y 84) y cuatro torneos locales (Nacionales 77 y 78; Primera División 83 y 88/89)
Es el jugador de Independiente con más títulos en su historia, el de más presencias con 714 partidos, 108 goles y más de 200 asistencias, una de ellas a Burruchaga para la obtención de la Libertadores 1984 ante Gremio. Tantas asistencias sirvieron para sacar goleador a casi todos los delanteros que jugaron con él: Ruiz Moreno, Outes, Astegiano, Bertoni, Morete, Percudani, Franco Navarro, Reggiardo, Alfaro Moreno y Alzamendi entre otros.
Claudio Marangoni, integrante de aquel equipazo que ganó la Libertadores y la Intercontinental 84, cuenta que el “10” fue un valiente y que jamás le dio un pase… Claro, porque a diferencia de los futbolistas de ahora, Bochini encaraba para adelante.
El 25 de enero de 1978 dice que vivió uno de sus días más felices, no sólo por su cumpleaños, sino por el recuerdo en la misma fecha de aquella épica final del Nacional 77 ante Talleres en la Boutique.
Bochini ya tuvo la posibilidad de que su nombre reemplace a la ex calle Cordero, que da a la platea norte, el único sector que conservó la vieja edificación de la llamada “Doble Visera de Cemento” y hasta un sector de plateas honran con el nombre del “Bocha”, pero eso no bastaba.
El nombre actual se eligió a través de una encuesta realizada en 2006. En aquel momento, los nombres de distintas glorias de Independiente aparecían como firmes candidatos, incluyendo el del Maestro. Sin embargo el ganador fue “Libertadores de América” aunque la veracidad del resultado siempre estuvo en duda y fue el propio Bochini quien acusó al entonces presidente Julio Comparada de haber manipulado la elección. Para Bochini aquella votación no fue transparente y pidió que se realice una nueva consulta, “y si pierdo, ya está”, espetó.
Hace unos meses, la reparación histórica comenzó a tomar forma. En octubre pasado, las cabeceras norte y sur pasaron a llamarse Miguel Angel Sanroro y Ricardo Elbio Pavoni, en homenaje al mejor arquero de su historia y al defensor extranjero con más partidos en el club. Así, las cuatro tribunas pasaban a tener la denominación de cuatro enormes glorias de la institución, ya que una se sigue llamando Bochini y la otra Arsenio Erico, el delantero paraguayo máximo goleador del fútbol argentino. Y todas esas tribunas miradas desde la zona de camarines por José Omar Pastoriza, nombre de los vestuarios.
A las 17 es la gran cita, un rato antes del clásico ante San Lorenzo y en medio de un clima deportivo e institucional que no es bueno pero la magia del “Bocha” es capaz de eclipsar todo eso. El “senior” del Rojo y del Ciclón se verán las caras un rato en la noche donde la estrella estelar tiene que ser el crack nacido en Zárate.
Los más nostálgicos esperan que a partir de hoy se instalen los fantasmas de la “Doble Visera”, la mística, el paladar “negro”, copas, campeonatos, actitud, personalidad y ese cantito que nunca se fue… “Sólo le pido a Dios, que Bochini juegue para siempre…”.
Si decir Bochini es decir Independiente, decir Independiente es decir Bochini, también Bochini es sinónimo de Libertadores.
¿Cómo se llamará el estadio a partir de hoy? “Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini”. Un poco largo para unos, justo para muchos. Los homenajes se hacen en vida, y éste hombre no sólo que ganó todo, dio mucho y ha sido el único futbolista que nunca se fue.
