“¿El más grande sigue siendo River Plate, el campeón más poderoso de la historia?” O “Señores yo soy de Boca desde la cuna, que vamos a salir campeones no quedan dudas…”. Este es un debate eterno en el fútbol argentino al hablarse muchísimo del orden de los equipos “grandes”.
La objetividad se suele perder entre colores y bufandas. ¿Qué títulos valen y cuáles no? ¿Todos los campeonatos deben contarse por igual? De la enorme cantidad de festejos que ostentan Boca y River, ¿cuál es la verdadera jerarquía de las 69 vueltas olímpicas de Boca? Si hubiera que ponerle puntaje a los 67 títulos de River, ¿cuál tendría más y cuál menos?
El año 1931 es la clave que desequilibra para un lado u otro la balanza. Hasta esa fecha, el fútbol no era profesional en Argentina, lo que conlleva una serie de dudas sobre la “validez” de los títulos y campeonatos organizados antes del reseñado año.
Si dejamos fuera cualquier torneo conquistado antes de 1931, River vencería por seis: 62 a 55. Pero si se incluyen la totalidad de los mismos, el resultado es al revés: 69 a 67 para Boca. ¿Conclusión? Estas cosas suelen juzgarse bajo el lema del “cristal con el que se lo mire”.
Hace algunas semanas tratamos de poner en contexto al sexto grande del país, que existe, que no, que Huracán, que Vélez, que Central, que Estudiantes… y no nos vamos a poner de acuerdo. No hay dudas de que los cinco grandes están ahí, la discusión pasaría en la colocación de Independiente, Racing y San Lorenzo. Sin embargo, a la hora de ordenar a River y a Boca, nos pasaría lo mismo.
La Libertadores del 2018, el último gran logro "Millonario".
El periodista, profesor e investigador Alejandro Fabbri no anda con medias tintas a la hora de calificar al más grande y coloca otro disparador: ¿están obligados a ganar la Libertadores? No tanto por el contexto actual sino por la historia. En 60 ediciones, uno más otro sólo ganaron 10.
“Me da lo mismo quien es más grande, los considero iguales. En la historia del fútbol argentino River ha hecho más por su juego, Boca en finales del siglo XX hizo mucho, pero ninguno está obligado a ganar la Copa”, opinó Fabbri.
Unos dicen que los otros son “bosteros” porque huelen como juegan y éstos se autodenominan “la mitad más uno”. Del otro lado sostienen que aquellos son “gallinas” por el pavor que los invade en las instancias decisivas. Pero resulta que la final más importante de todas, jugada en diciembre de 2018 en Madrid, la ganó River que sin embargo se fue a la “B”. Desde el sur bonaerense, el periodista y relator Adrián Di Blasi lo grafica de esa manera: “Es muy difícil establecer quién es más grande porque depende de los parámetros, River ganó la final más importante de la historia entre los dos pero también se fue al descenso. Por convocatoria queda claro que sumados, le sacan una diferencia sideral al resto”.
A los hinchas de River no se les borrará la herida del descenso. Ninguna herida desaparece ni aún ante la cirugía más perfecta de todas. Pero ganarle una final a Boca, podría representar la idea de que ya no vale la pena mirar hacia atrás. Y así lo manifiesta desde el Oeste del país, el periodista Omar Romero del Diario Uno de Mendoza: “Son los dos equipos más importantes de la Argentina, pero la diferencia es que Boca nunca descendió. La mancha del descenso no se borra fácilmente”.
El "Xeneize" tiene ventaja en el plano internacional y ganó todo a principios de siglo.
Di Blasi, relator de FMQ de Quilmes y narrador de la campaña del “Cervecero” desde 1991, no tiene dudas: si juegan la Copa Libertadores, la exigencia es mayor, la exigencia es ganar. “Boca y River tienen la obligación de ser protagonistas como mínimo. Es cierto que la actual coyuntura del fútbol argentino no los va a ayudar, pero tienen una posibilidad económica que ningún equipo tiene, lo que trae obligaciones” planteó.
Donde Boca saca ventajas y equilibra el plano local de River es en la parcela internacional, con 18 conquistas entre ellas 6 Libertadores frente a 12 del Millonario con 4 Libertadores, y ahí no hay sitio para las interpretaciones. En el Sur de Argentina, Fabricio Abatte, jefe de Deportes de La Mañana de Neuquén va por ese lado y advierte que esta vez en esta edición de la copa, van de punto: “Me parece que aunque tengan el cartel de candidato, esta vez hay que eximirlos de responsabilidades por las dificultades que enfrentaron en el camino previo”.
En el Este del país, Matías Bocalón, periodista de Radio 2 y Canal Telesat de Corrientes, compara los momentos, aquel del Boca de mediados de los 90 y entrado el 2000, al River ganador de este tiempo, con diferencias. Y sostiene que por grandeza, jerarquía e historia están obligados a llegar lejos en la Libertadores: “Considero que los equipos argentinos siempre están obligados, deben por lo menos jugar la final”.
A fuerza de títulos, Gallardo cambió la historia del "Millo".
Nos vamos al Norte y Daniel Echazú, editor de Deportes de El Tribuno de Jujuy, relativiza los pergaminos de uno y otro al sostener que es complicado dar en la tecla sobre cuál es el “1” y el “2”, aunque entiende que no deberían contentarse con sólo participar en esta edición de la copa, dice que hay que ganarla para descomprimir un año negativo: “Yo creo que están obligadísimos porque necesitan pegar un salto en un año muy malo. Ganar la Libertadores sería un bálsamo para los hinchas”.
Los hinchas se convirtieron en una forma orgullosa de identidad y desde ambos lados coinciden en reconocer que el amor por los colores es un sentimiento que no puede parar. Porque se vive como simpatizante en todo momento. Los colores ocupan un lugar central en el modo de socializar, de reconocerse, entre amigos, en el trabajo y en la misma familia. Que un papá fanático de uno de los dos tenga un hijo simpatizante de la contra es lo peor que podría llegar a sucederle. En términos futboleros, claro.
Los hinchas de Boca no se olvidan del descenso de River.
¿Quién es mejor? ¿Por qué? ¿El paladar negro de River es más que el overol histórico de Boca? ¿Acaso el hincha no festejó las entradas de Giunta y los patadones de Hrabina como las pinceladas de Alonso o el juego fino de Francéscoli? Abraham Rufail, periodista de Radio Impacto acusa recibo con ello: “¿A quién no le gusta un equipo que tenga jugadores de garra, y a quien no le gusta un equipo con jugadores de gambeta elegante?”.
Además el “Turco”, con pasado en Radio Universidad, LV2, Canal 8 y el área de prensa de Belgrano, no considera fracaso el hecho de que no puedan ganar la Copa Libertadores: “Todos compiten para ganar y estos son los equipos más grandes del país, pero de ningún modo se puede considerar fracaso cuando juegan la copa y no la ganan”.
Gustavo Farías, periodista e investigador, con muchos años en La Voz del Interior y actual colaborador en la Agencia Córdoba Deportes visualiza un “empate” técnico en cuanto a la grandeza de cada uno: “Si hablamos de más grande sería River, simplemente porque tiene cuatro años más. En los logros están más o menos equilibrados”.
Y como buen historiador deportivo, no cree que deban contentarse con solamente llegar a la final de la copa, como le pasó en 1966 a River cuando pasó a ser llamado “gallina” o como le sucedió a Boca en Madrid, en 2018: “Por representar al fútbol argentino, tienen la obligación de ganar”.
En los últimos años, Boca se adueñó del fúbol a nivel local.
Es un tema complicado. Hay debates de historiadores, periodistas, dirigentes, estudiosos e hinchas. La cuestión de los títulos entre River y Boca, genera al menos polémica. ¿Por qué? Porque la historia es muy larga y los procesos de verificación de campeonatos oficiales no es tan fácil. Hace muchos años que el Millonario dice que tiene más y merece mayor reconocimiento. Y lo mismo pasa del otro lado.
Uno de los tantos jugadores que pasó por Boca y River, José Luis Villarreal tiene una mirada que contempla las virtudes de los dos en popularidad aunque marca sus distancias al confesarse hincha de Belgrano. En cuanto a la obligación de ganar la Libertadores, “Villita” cree que ambos la tienen pero el más urgido es Boca que hace 13 años no logra coronarse, además –por supuesto- de tomarse revancha: “En estas últimas temporadas se armó apuntando a la Copa Libertadores, y están un poquito más en deuda que el River de Gallardo”.
Es que para el hincha de Boca no hay forma de borrar el dolor o la humillación. Sólo una instancia igual lo podría superar. Y quizás ni eso alcance, teniendo en cuenta que ahora las finales son a partido único en terrenos alejados y con mucha menos identificación de lo que fue la finalísima de Madrid.
¿Y al final, quién es el más grande? La diferencia principal radica en el quiebre que tuvo el fútbol argentino: el antes y después de 1931, en el que todo pasó a ser profesional. Por algún motivo, a partir de 1970 los medios dejaron de contabilizar los torneos ganados en la época amateur, que siempre tuvieron carácter de oficial. Sin aquellos títulos previos a 1931, habría una gran distancia de River sobre Boca. Aunque es cierto que ahora se cuenta todo, porque no existen razones fundadas para argumentar en contra de que la historia se muestre completa.
