Caixinha, primer portugués en dirigir en el fútbol argentino

Raúl Monti

En barrio Jardín deberán acostumbrarse a escuchar “fútbÓL” en lugar de “fútbol”, a gritos en un español mexicanizado, y a un nombre absolutamente ajeno a la tierra del cuarteto y el fernet: Pedro Caixinha.

Los videos y reportes que llegan a Córdoba sobre él tienen un denominador común: se lo ve como un técnico impulsivo, con fuerte carácter y más de una discusión acalorada en público. Pero, ¿quién es, en realidad, el primer portugués que dirigirá en el fútbol argentino? ¿Qué hay más allá de esa primera impresion? ¿Cuál es su historia?

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Pedro Miguel Faria Caixinha nació un 15 de noviembre de 1970 en Beja, una ciudad del interior de Portugal, ubicada en el extremo sur de ese país europeo.

Creció en las calles de esa pequeña localidad aprovechando su tranquilidad: tenía la libertad de ir caminando solo a la escuela y disfrutar de sus noches sin temores ni peligros.

Desde sus primeros años manifestó su amor por los deportes, y llegó a practicar básquet y hockey sobre patines, además del fútbol. Esa pasión, que luego se volvería su trabajo, se fue ensamblando también con los estudios, donde se enfocó en educación física y ciencias del deporte.

Ya en su adolescencia demostró un carácter especial: en sus ratos libres, se divertía enfrentándose cara a cara con toros embravecidos. Sí, así como lo escuchan. Pedro era un forcado, nombre que se les da a las personas aficionadas que, actuando en grupo, esperan al toro mientras corre y lo inmovilizan con técnicas particulares, para después soltarlo.

La “pega” de toros, como le llaman a dicha actividad en Portugal, es una tarea peligrosa y tradicional de aquel país. Caixinha amaba ser un forcado y lo disfrutaba junto a los suyos, pero tenía en claro que no era más que un hobbie. Y entonces, apareció otra vez la pelota.

Pedro cambió los toros por los guantes y empezó a edificar su carrera de arquero. Debutó bajo los tres palos con solo 18 años en la segunda división portuguesa, y construyó desde allí una respetable carrera profesional, llegando a disputar competiciones europeas como la antigua Copa UEFA.

Sin embargo, con 28 años y tras una década como profesional, se dio cuenta que lo suyo iba por otro lado. Más allá de jugar al fútbol, Caixinha nunca dejó de estudiar: descubrió en la universidad los secretos del entrenamiento y se nutrió de conceptos sobre la preparación de los partidos. Con altas calificaciones, se graduó en Ciencias del Deporte y afianzó su vocación para ser entrenador.

Inmediatamente después de colgar los guantes, asumió como DT en el equipo en el que se retiró, en divisiones inferiores. Después, pasó al Vasco Da Gama de Portugal, desde donde pegó el salto para ser auxiliar técnico de José Peseiro en el Sporting de Lisboa, uno de los clubes más grandes de su país.

Admirador del estilo de José Mourinho, en 2011 se sintió listo para iniciar su carrera en solitario y dirigió por primera vez a un equipo de la máxima categoría portuguesa. Años más tarde, armó el bolso y se fue a buscar oportunidades del otro lado del charco.

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México fue el país que lo catapultó a la fama como entrenador. En 2012, Caixinha firmó con Santos Laguna, donde mostró su mejor versión como técnico. En el noreste mexicano, el portugués armó un gran plantel y fue multicampeón: alzó la Copa de Apertura en 2014, el Torneo Clausura 2015 y la Copa de Campeones del mismo año, y llevó al equipo a jugar la Libertadores tras 10 años de ausencia.

En paralelo, y con un dominio cada vez más claro del español, ganó notoriedad por su particular forma de contestarle a la prensa. Con un estilo frontal, desfachatado y confrontativo, llamó la atención por sus polémicas apariciones públicas después de los partidos.

Asimismo, sorprendía la intensidad con la que vivía las prácticas, con gritos y gestos constantes a los jugadores, y hasta tuvo un fuerte cruce con el arquero argentino Nahuel Guzmán mientras daba una conferencia de prensa.

A pesar de su histrionismo, la otra cara de Pedro es la de un hombre de familia y de fe, que cultiva su lado espiritual y trabaja su fuerza interior apoyado en su creencia en Dios y en el amor por los suyos.

Caixinha es un trotamundos. Tras alejarse de Santos Laguna dirigió en Qatar, Escocia y Arabia Saudita, antes de tener su primera experiencia en un nuevo y desafiante destino: será el primer técnico portugués en la historia del fútbol argentino.

Polémico, calentón, obsesivo, estudioso… Pedro Caixinha, el hombre que forjó su personalidad y sangre fría forcejeando con toros, tendrá que demostrar si tiene lo necesario para tomar por las astas el futuro de Talleres.