La historia de Maradona con el Nápoli parece de romance, con sus alegrías y tristezas, con polémicas y escándalos. Fue un amor a primera vista. Comenzó ese 5 de julio de 1984, el día de su masiva presentación, cuando arribó procedente del Barcelona y, vestido de sudadera y tenis, fue aclamado por 70 mil personas en el San Paolo.
Cuando Diego tocó la cancha, con una multitud de fotógrafos siguiéndolo, levantó sus brazos para saludar y escuchó un coro de bienvenida. Ese día, los napolitanos ya estaban rendidos a sus pies, sin siquiera haber jugado y fue sólo su presentación, la anticipación de la alegría que desataría a su paso por Nápoles.
Desconocía que llegaba a un club cuyo objetivo era no descender. Fue discontinuo y ese primer Nápoli terminó en la octava posición del Calcio.
Hubo un razonamiento dirigencial y un pedido también del “10”: para pelear cosas había que reforzarse. Aún sin la Ley Bosman, sólo se permitían dos extranjeros por equipo pero el conjunto sureño se quedó solo con Diego.
Para que al 10 de mayo de 1987, hace 33 años, Napoli consiguiera el primer Scudetto de su historia tuvo que haber una base y un técnico, que dicho sea de paso no tenía una gran relación con el plantel: Octavio Bianchi. Aquel Napoli no salía de Garella (tiene un récord nada despreciable al ser campeón con Hellas Verona y Napoli); Bruscolotti, Ferrario, Renica y Ferrara; Bagni, De Nápoli y Francesco Romano; Maradona, Giordano y Carnevale.
Maradona, que esa temporada jugó 29 de los 30 partidos y anotó 10 goles, supo decir que Bianchi fue uno de los peores técnicos que tuvo y se recuerda un encontronazo verbal que terminó con un pedido de sanción del Napoli al comité disciplinario de la Liga de clubes italianos. Así y todo con Bianchi en el banco de suplentes, Maradona consiguió sus éxitos en el Napoli.
Maradona venía de ser campeón del mundo en México y el debut en la 86/87, se dio ante Brescia el 14 de septiembre, con un 1 a 0 producto de un golazo de Diego en una jugada muy parecida al segundo tanto frente a Bélgica
La presentación de local sería con un 1-1 ante Udinese y un gol desde 25 metros de De Napoli.
En la 4° jornada, Bagni de chilena marcó el camino del 3-1 sobre Torino, dejando atrás el paso en falso de la eliminación de la Copa UEFA ante el Toulousse del “Beto” Márcico desde los penales.
Sesenta mil personas, entre ellos 15 mil napolitanos vieron ganar al equipo por primera vez después de 10 años, en el Olímpico frente a la Roma de Eriksson con un gol de Diego.
Posteriormente recibió al Inter de Trapattoni y Passarella, al que no pudo vencer por una magnífica actuación de Walter Zenga.
El partido se daba luego, en Turin, ante Juventus. El norte y el sur cara a cara. Era 9 de noviembre de 1986. Napoli que no había perdido, remonta el juego tras ir cayendo con tanto de Laudrup y con el 3 a 1 su favor confirma que va en serio. Cotejo ése que marcaría dos cosas: por primera vez desde 1975 el club quedaba en solitario líder de la Serie A y volvería a ganar en Turin luego de hacerlo por última vez en 1957.
Esa temporada marca a Diego no sólo con el Scudetto, también con el nacimiento de Diego Junior; su primera hija con Claudia Villafañe más los constantes viajes a Argentina; y las lesiones. Es decir, desde lo futbolístico no estuvo como en el Mundial pero fue igual de determinante para conseguir los objetivos porque no sólo ganó el Calcio, también la Copa Italia.
Napoli finaliza 1986 como líder, campeón de Invierno, con dos puntos de ventaja sobre Inter luego de un 3-0 frente a Ascoli.
La primera derrota se da en enero de 1987, por la fecha 14, tras un 1-3 ante la Fiorentina de Ramón Díaz que abre el partido. Napoli no perdía desde el 23 de marzo anterior frente a Udinese. Y Maradona hace unas declaraciones enigmáticas sobre que dentro del campo de juego no sólo estaban jugando ante los de Florencia.
Diego sólo se ausenta en el 3-0 ante Avellino pero en la 24°, el 29 de marzo, está presente para ganarle otra vez a la Juve, en esta ocasión por 2-1 en el San Paolo con tantos de Renica y Romano, mientras que Aldo Serena había empatado transitoriamente. Y el título estaba cerca.
De los últimos cuatro compromisos en Napoles, tres marcaron récord de recaudación en el Calcio.
Lucas Sepiurka es un DJ y periodista argentino. Con 23 años quiso entender el significado de Maradona en Nápoles. Entonces en mayo pasado viajó al sur de Italia y terminó realizando un documental de 28 minutos llamado “El capitán de Nápoles”, para intentar explicar a jóvenes de su generación qué fenómeno junta a Maradona con Nápoles.
El joven, emocionado, contó: "Gracias a todo lo que generó él, el Argentino está ahí y se siente como en casa. Yo salía con la camiseta y me gritaba '¡vamos Diego! ¡Vamos Argentina!'".
"Lo que más me sorprendió fue cómo un tipo fue capaz de cambiar la historia de una ciudad y un equipo para siempre. Es increíble que 30 años después vas ahí y se respira aire maradoniano. Decís 'che...éste sigue acá'", concluyó.
En la fecha 29, penúltima jornada, Carnevale marcó el gol del 1 a 0 ante Fiorentina, que empata por intermedio de un juvenil Roberto Baggio, pero Carnevale marcó nada menos que el gol que le valió el título.
El Pibe de Oro culminó así la conquista de Italia, en menos de un año después del mundial con Argentina, le regalaba a los napolitanos una felicidad colectiva, quizá la más grande que jamás se haya generado a partir del fútbol. Napoli campeón. Una conquista que esperó 60 años y se plasmó a las 5.47 de la tarde del domingo 10 de mayo de 1987. Desde ahí, la comparación con San Genaro por la idolatría es inevitable.
Y en el camerino la música era una sola: “Oh, mamma, mamma, mamma / oh mamma, mamma, mamma/ ¿sai perché mi bate el corazón?/ Ho visto Maradona/ Ho visto Maradona/ eh, mamma, innamorato son”.
Informe de Gabriel Rodríguez.
