Cuando el “Checho” Batista decretaba el segundo de Argentinos Juniors para el 2 a 1 definitivo ante Vélez, ni se imaginaba que entraría a la historia no sólo por ese gol ni el título posterior del “Bicho” en el Nacional 1985, también porque ése fue el último certamen de ese tipo. El 4 de setiembre se cumplieron 35 años de la última edición y otros 35 años del segundo campeonato doméstico obtenido por un gran Argentinos.
Los torneos Nacional fueron creados por Valentín Suárez, entonces presidente de AFA, en 1967, cuya pretensión era incluir mayor cantidad de equipos del interior en una Primera División (llamada Torneo Metropolitano) que –hasta entonces- era exclusiva de clubes porteños y bonaerenses más dos rosarinos y dos santafesinos, todos directamente afiliados al organismo. La constante fue la irregularidad organizacional porque a lo largo de 19 ediciones, hubo once cambios en la forma de disputa y 16 variaciones en la cantidad o la proveniencia de los equipos clasificados.
A grandes rasgos, lo jugaban los equipos de Primera y una cantidad variable de combinados del interior, provenientes tanto de las distintas ligas como del Torneo Regional. Habitualmente entregaba plazas para Copa Libertadores de la temporada siguiente, clasificando siempre el campeón y ocasionalmente el subcampeón. El formato de 1985 fue complejo y rebuscado, con 32 participantes, los 19 de Primera y 13 provenientes tanto del Regional como de las ligas del interior. Y así revivió aquello Emilio Nicolás Commisso, baluarte de ese equipazo: “Fue un torneo atípico, divididos por zonas y el campeón salía de una final entre el vencedor de la zona de ganadores y el de la zona de perdedores”.
Emilio "Nene" Commiso, referente de ese Argentinos Juniors.
Boca, Estudiantes, River, Vélez e Independiente jugaron todas las ediciones. Del interior clasificaron 60 equipos, San Martín de Tucumán con 16 y Belgrano con 10 fueron los que más veces lo disputaron y 24 lo hicieron sólo una vez. “Lo más importante para nosotros en ese año era volver a salir campeones y revalidar lo hecho el año anterior, en el Metropolitano ‘84”, contó Commisso.
En ese Nacional 85, empezó a salir de memoria la formación más emblemática de la historia del “Bicho”, aquella que empezó a adquirir el rodaje que la llevaría a la cima luego: Vidallé; Villalba, Pavoni, Olguín y Domenech; Commisso, Batista y Videla; Castro, Pasculli primero y Borghi después, y Ereros. ¡Equipazo!
La gloriosa campaña de Argentinos tuvo su origen durante la disputa del Nacional 83, con un equipo vistoso y muy buenas individualidades, eliminando a Boca en octavos de final y a River en cuartos para terminar cayendo ante un extraordinario Independiente. Sin embargo, la muerte del entonces técnico Angel Amadeo Labruna afectó notoriamente el rendimiento de un equipo que decayó y terminó octavo el Metro 83. Según Commisso, “Labruna tenía esa gran condición de saber elegir, siempre pensando en el arco rival”.
Al año siguiente, tras perder en cuartos de final del Nacional ante Talleres, Argentinos Juniors se adjudicó el Metropolitano 1984 con Roberto Marcos Saporiti en la dirección técnica. “Con la muerte de Labruna se frustra todo eso que se tenía como idea, y la elección de Saporiti fue la ideal”, narró Commisso.
El plantel campeón de 1984. Arriba: Olguín, Domenech, Pavoni, Vidalle, Villalba y Batista. Abajo: “Pepe” Castro, Videla, Pasculli, Comisso y Ereros. Foto: El Gráfico.
Y llegó José Antonio “Piojo” Yudica como nuevo entrenador, exitoso por donde se lo mire. Título en Quilmes en 1978, el ascenso con San Lorenzo cuatro años más tarde y un estilo que continuaba la línea de Labruna y Saporiti. Aunque los inicios fueron complicados. “Con el ‘Piojo’ sufrimos otros cambios, tuvimos algunas contras con respecto a lo que él quería imponer y trajo un par de conceptos que nos chocaron. La gran virtud fue saber entendernos y comprender una filosofía que nos iba a hacer mucho más fuertes”, admitió Commisso.
Argentinos tuvo un demoledor comienzo en el grupo con un 8 a 0 sobre Central Norte de Salta y se lo adjudicó invicto con 16 goles en 6 partidos, ganando y empatando, por ejemplo, a Belgrano con un 4-2 en Córdoba y un 1-1 en Buenos Aires.
En la ronda de ganadores, el “Bicho” se midió con San Lorenzo con el que empató 2-2 primero y superó 1 a 0 en la revancha. En la siguiente instancia, a partido único, enfrentó en el Chateau Carreras a San Martín de Tucumán, con victoria de 2 a 0.
El Ferro de Griguol lo esperaba en semifinales, curiosamente el último rival que le había ganado, es decir que Argentinos llegaba a ese compromiso con un invicto de 16 partidos. Y lo sacó de competencia con un lapidario 3 a 0, cotejo éste que marcó el último de Pasculli. Commisso recordó que “Griguol siempre nos complicaba, era un técnico que sabía jugar con el error del rival. Ese triunfo nos dio un impulso muy grande”.
Batista fue el héroe inesperado en la final.
Así pudimos llegar a Vélez” dice Commisso. Y qué manera de haber partidazos con Vélez. La final de la ronda de ganadores enfrentaba a los mejores equipos, el de Yudica caracterizado por su fútbol ofensivo y equilibrado; y el de Basile con una defensa áspera y sólida. La ida fue en la Bombonera porque recordamos que Argentinos no tenía cancha, lo cual hizo todo mucho más meritorio. El desquite en Villa Luro y en ambos casos hubo un 2 a 0 para cada lado. Entonces se debió ir a los penales, donde se destacó el arquero “Quique” Vidallé para el 4 a 2. Así el “Bicho” ganaba la ronda de “ganadores” y tenía que esperar al vencedor de la ronda de perdedores porque así lo indicaban los vericuetos del reglamento. Y casualmente fue… Vélez. “Habían formado un equipo muy sólido. Nosotros los sufríamos porque jugaban muy bien”, admitió el "Nene".
La definición sería el 28 de agosto, más de 40 días después de la final de la ronda de ganadores. La cancha fue la de River y de ganar, Argentinos era campeón. De perder, tenía derecho a un partido más, en el mismo escenario. Dramáticos 120 minutos para un empate en uno y la definición por penales. Argentinos era campeón imponiéndose, pero si lo hacía el “Fortín” había que jugar un cotejo más. Y ganó Vélez.
La final final, la que valía, después de tantos partidos entre sí, la cuenta Commisso: “Recuerdo todo de ese partido, por la emoción. Íbamos ganando, nos empatan, erramos un penal en un momento clave y nunca nos caímos. El ejemplo está en que el gol lo hace Batista, que tendría que haber estado defendiendo pero se fue hasta el área rival. Fue inolvidable”.
El "Bicho" conquistó la Copa Libertadores de ese mismo año.
¡Qué épocas aquellas! ¡Qué equipos! ¡Qué jugadores!
Hace 35 años se jugó el último torneo Nacional. Hace 35 años, el último campeón de ese certamen fue un Argentinos Juniors inolvidable, el mejor de su historia, consagrando esos ideales deportivos con el gusto, la sapiencia, la experiencia y el gen de Angel Amadeo Labruna, el gran artífice de aquello. Y la verdad, qué bueno haber sido contemporáneo para sentirlo y verlo, aún siendo adolescente porque de esas cosas uno nunca se olvida.
