Lionel Messi hizo lo que se sabía en el PSG, ganó la liga local, pero no pudo hacer lo que se esperaba: quedarse con la Champions. El número total de 39 títulos impacta, pero el contexto de la última vuelta olímpica le quitó brillo a la estrella que bordó el rosarino.
De los 39 campeonatos oficiales que consiguió Messi, 35 fueron con el Barcelona, 1 en el Paris y 3 en la Selección (2 de ellos en torneos juveniles). Un detalle increíble: Leo no sabe lo que es salir 4° en una liga, de las 18 que disputó ganó 11, fue segundo en 5 y dos veces quedó 3°.
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En el listado de los futbolistas con más ganadores de toda la historia del fútbol mundial, Messi comparte el segundo lugar con Andrés Iniesta por detrás de Dani Alves que ganó 46 títulos. La gran incógnita para el futuro inmediato es si Leo podrá alcanzar al brasileño.
En un año de Mundial atípico, el próximo campeonato que puede ganar Messi es la Supercopa de Francia, que abrirá la temporada 21-22, después llegará el gran objetivo que desvela al 10 de la Selección: levantar la copa en Qatar.
Curiosamente, si Lionel Messi cumple el sueño de su vida y sale campeón del mundo con Argentina ese mismo día podría dejar los botines en el vestuario y salir caminando descalzo hacia el olimpo eterno del reconocimiento. ¿Qué más tendría por delante? Nada.
Número más, número menos, uno de los aspectos más llamativos de la última vuelta olímpica de Messi en Paris fue el contexto en el que se dio: los hinchas abandonaron el estadio para no festejar con los jugadores y fueron hostiles con la mayoría, incluyendo al diez que juega con la 30.
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Como nunca había pasado en su carrera, Messi disfruta cada vez que se pone la camiseta de su país y sufre cuando tiene que calzarse la del club. Antes era al revés. ¿Cambió Messi o cambió la evaluación que algunos hacen sobre él? ¿Se terminaron los cuestionadores seriales desde que ganó?
La gran mayoría de los argentinos no necesitaba que Lionel Messi ganara un título con la Selección para reconocerlo como lo que es: uno de los mejores de la historia. Pero siempre hubo un grupito de inconformistas que le exigían un certificado de grandeza. ¿Siguen ahí o ya no existen?
Pasaron casi 20 años desde el primer título de la carrea de Messi. Todavía era un nene, pero ya hacía ruido en un Barcelona que pintaba para grandes cosas y en el 2005 volvió a ganar la Liga después de 6 años. Era el equipo de Eto'o y Ronaldinho, pronto sería el de Messi.
Muchos argentinos todavía no lo habían descubierto cuando Pancho Ferraro lo dejó sentado en el banco en el primer partido del Mundial Sub 20 del 2005. Grondona mediante, Lionel Messi se metió en el equipo y en la historia ganando su primer título vestido de celeste y blanco.
Ya como figura emergente, pero todavía en el rol de jugador periférico, Messi levantó la Champions en el 2006. No tuvo mucha influencia en la consagración, aunque dejó para la historia algunos chispazos contra el Chelsea en octavos de final, cuando lo molieron a patadas.
Para el 2007 Messi ya era Messi, pero su explosiva aparición se topó con una temporada sin títulos y el quiebre definitivo recién se produciría con la llegada de Guardiola. Ya sin Ronaldinho, el Barcelona empezó a girar alrededor de Messi y los títulos cayeron uno atrás del otro.
El famoso Barcelona del xestete 2009 está entre los grandes equipos de todos los tiempos y Lionel Messi fue el mejor de los mejores. Además, convirtió dos goles muy recordaros: uno para ganar la Champions contra el United y otro para quedarse con el Mundial de Clubes frente a Estudiantes.
Aquellos años del Messi feliz en el Barza eran los mismos en los que sufría cada vez que cruzaba el charco y se ponía la camiseta de Argentina. Los fracasos reiterados, las frustraciones y los enojos generalizados tuvieron su punto más álgido en la Copa América del 2011.
Los caminos paralelos del Messi exitoso en Barcelona y frustrado en Argentina seguirían durante una década más. Leo volvió a ganar Champions, Mundial de clubes y 8 ligas de 11 en España, pero a su país no pudo darle más que una medalla de oro en los Juegos Olímpicos.
El último título de Messi en el Barcelona sería la Copa del Rey en 2021, casi un preámbulo de lo que vendría porque tres meses más tarde se le daría, por fin, lo que tanto había buscado: levantar un trofeo con la 10 de Argentina en la espalda y la cinta de capitán en el brazo derecho.
Sin que nadie lo advirtiera, la taba de la vida deportiva de Lionel Messi se estaba dando vuelta. Los críticos escondieron la cabeza bajo tierra y los históricos defensores agitaron las banderas con más fuerza que nunca. Messi disfrutó las mieles del éxito, fue profeta en su tierra.
La historia se invirtió, ahora Messi es feliz con su selección y sufre con su club. Además, muchos de los que antes lo cuestionaban, ahora lo entienden. Messi sigue siendo el mismo, aunque ya no sea el de antes. ¿Y los hinchas argentinos siguen siendo como antes o cambiaron?
