El mito del “Doctor”: las mejores anécdotas de Bilardo

Mauricio Coccolo

Carlos Salvador Bilardo construyó su propio mito: apasionado y obsesivo, el técnico campeón del mundo en México 86 también quedó en la historia por sus imperdibles anécdotas.

Las insólitas vivencias con el Doctor fueron magistralmente relatadas por sus dirigidos. Uno de los mejores, a la hora de hacer y contar las historias, fue Diego Armando Maradona.

Oscar Ruggeri fue otro de los estandartes de la Generación del 86 y con su particular estilo revivió grandes momentos con Bilardo, como aquel día que lo llevó a entrenar a una plaza.

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Pedro Troglio también tiene de las suyas. Una historia muy recordada es cuando el Narigón le hizo tirar un cactus de dos metros que tenía en la casa porque traía mala suerte.

La otra anécdota espectacular que involucra a Troglio es la del Mundial 90, cuando Bilardo lo agarró junto a Caniggia enfrascados en una noche de videojuegos en la habitación, la noche previa al debut.

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Otra historia curiosa ocurrió mientras sus dirigidos comían y Bilardo vio a uno de los jugadores tirar al suelo la cáscara de una banana. Entonces, lo llamó, le avisó que iría a comer a su casa y le pidió esa fruta de postre para dejarle una lección.

En la preparación previa al Mundial de México a Bilardo le preocupaba la aclimatación a la altura y preparó pedazos de limón en los costados de la cancha para que sus futbolistas tuvieran cuando se les secara la garganta. Además, les enseñó cómo festejar los goles para que no se cansaran.

Una noche en Tilcara, cuentan que en una fiesta de agasajo a la Selección, Bilardo se disfrazó de mujer colla y bailó con los futbolistas sin ser reconocido. Les había dado permiso hasta la 1 de la madrugada, pero como vio que todo marchaba bien los dejó dos horas más.

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Argentina llegaba al Mundial de Italia 90 con todos los laureles, tras la consagración cuatro años antes. Sin embargo, el debut fue amargo y sorpresivo, con derrota ante Camerún. Con los ojos llorosos, la frase de Bilardo fue lapidaria.

Otro momento cumbre del 90 fue el clásico contra Brasil, en octavos de final. El partido quedó en el recuerdo por el golazo de Caniggia, pero también por lo que Bilardo le dijo a los jugadores en el entretiempo y por el famoso “bidón de Branco”.

La lista, que parece interminable, incluye particulares actuaciones de Bilardo en los casamientos, una botella de espumante en plena cancha de River con la explicación de que contenía bebida sin alcohol y un sinfín de momentos únicos con sus dirigidos para cumplir con su fin último: ganar.

Carlos Salvador Bilardo, uno de los entrenadores más grandes de la historia argentina, es también un mito que trasciende a lo deportivo y se convirtió en un personaje entrañable. El “Doctor” es, y será por siempre, un gran coleccionista de anécdotas que hacen del fútbol un lugar un poco más feliz.