Es un hecho indiscutible que en la última década el valor de los fichajes en el fútbol europeo ascendió a niveles estratosféricos. Las cifras de los traspasos se inflaron a tal punto que el mercado de los deportistas de élite se transformó en una burbuja económica alejada de la realidad. Hasta la fecha, nueve futbolistas han sido transferidos por sumas superiores a los cien millones de euros, y un uruguayo está cerca de sumarse al club.
José María Giménez lleva siete temporadas en el Atlético de Madrid y su cláusula de rescisión es de 120 millones de euros. El dato sobresaliente lo aporta su posición en la cancha: jamás un defensor fue vendido por una suma tan alta. Su salida del “Colchonero”, posibilidad que tomó fuerza en las últimas semanas, podría convertirlo en el defensor más caro de la historia. Sería un logro inesperado para alguien que estuvo a punto de abandonar el fútbol, precisamente, por no tener dinero.
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“Josema” tenía 17 años cuando decidió que la vida de deportista no era para él. Proveniente de una familia muy humilde, pasaba tres horas al día arriba de un colectivo para ir y volver de los entrenamientos, estaba agotado y sentía que su esfuerzo no valía la pena. Además, su hermana había quedado embarazada con 14 años y él sentía que tenía que darle una mano a la familia en esa difícil situación. Le comunicó a su entrenador en las inferiores de Danubio que no iba a continuar. Por suerte para él, el técnico le explicó que iba por el buen camino y que si aguantaba un poco más, iba a obtener lo que quería.
Aunque Giménez no estaba tan seguro, tenía todo para triunfar. Ubicado en la zaga central, puesto con un fuerte peso simbólico en Uruguay, se destacaba por tener una personalidad poco habitual en jugadores de su edad. Debutó en la primera del Danubio con 17 años, y los rivales se preocuparon al notar que los insultos y golpes que le propinaban para asustarlo, lo hacían jugar mejor. Su rendimiento lo convirtió en una de las revelaciones del torneo uruguayo, pero su estadía allí duró muy poco tiempo.
No habían pasado ni seis meses de su debut cuando su representante le avisó que tenía que viajar a España para firmar contrato con el Atlético de Madrid. El “Cholo” Simeone, siempre atento a los jugadores con proyección a futuro, lo pidió para su incipiente proyecto en España y decidió llevarlo de a poco. Aunque jugó apenas dos partidos en su primera temporada, fueron suficientes para colgarse la medalla de campeón de liga en el 2014.
Donde no importó su juventud fue en la selección de su país. El "Maestro" Tabárez consideró que Giménez era demasiado bueno para la sub 20 y lo llevó con 19 años a la copa de Brasil 2014. "Josema" fue titular en tres de los cuatro partidos que disputó Uruguay y vivió la experiencia mundialista con la emoción propia de alguien que estaba cumpliendo un sueño, pero seguía siendo un chico.
En la "Celeste" formó una dupla de lujo con el experimentado Diego Godín, quien también jugaba en el Atlético, y aprendió mucho jugando a su lado. El “Faraón”, diez años mayor que él, lo ayudó a enfrentar con temple los duelos más complicados. Con el correr de los partidos, Giménez le sumó a su juego la inconfundible "garra charrúa" y se hizo referente de su selección dentro y fuera de la cancha.
Simeone aprovechó al máximo todo lo que había aprendido el defensor con la camiseta de su país y el vínculo que había desarrollado con su compañero de zaga. El "Atleti" conquistó la Europa League y la Supercopa en el 2018, entre otros factores, gracias a la solidez y la química de su dupla central 100 por ciento uruguaya, Godín y Giménez.
El romance entre "Josema" y los hinchas de su país se selló en el Mundial de Rusia, en el duelo contra Francia por cuartos de final. Cuando el encuentro se terminaba y la eliminación de los uruguayos era inevitable, el zaguero se puso a llorar dentro del campo de juego, sin dejar de marcar a sus rivales. Ese compromiso con su selección le valió el cariño unánime de sus compatriotas, que ya lo ven como el líder del equipo en los próximos años.
Casi desde su aparición, el defensor estuvo en la mira de los grandes del continente. A pesar de que sonó en el Real Madrid y Chelsea, entre otros clubes, siempre eligió quedarse en el Atlético, institución que lo recibió cuando era un adolescente y le permitió llegar a lo más alto de Europa. Aún así, la pandemia agravó la situación financiera del “Colchonero” y se rumoreó que el uruguayo podría despedirse de España en este mercado de pases.
El Manchester City de Guardiola ofreció 89 millones de euros por sus servicios y desde el “Atleti” respondieron que solo se irá si se abona la totalidad de su cláusula. Hasta entonces, los hinchas tienen sensaciones encontradas ante la posibilidad de un traspaso que llevaría un gran alivio a las cuentas del club, pero implicaría despedirse de un verdadero referente. José María Giménez es un veterano de 25 años, que podría convertirse en el defensor más valioso de todos los tiempos.
