La transformación de Estudiantes

Gabriel Rodríguez

“Mis equipos son organizados, agresivos y competitivos, con convicción de pelear arriba”, sostuvo Ricardo Zielinski en su primera conferencia como técnico de Estudiantes de La Plata, como para seguir ampliando el conocimiento de quienes no lo conocían. Y no es una frase más, porque cumple con creces, ahora en el Pincha, antes en Atlético Tucumán y antes en Belgrano.

Hasta hace no mucho tiempo, Estudiantes era un triste equipo que llegó a 700 minutos sin hacer un gol en un 2020 donde sumó 13 puntos de 54 posibles, cosechando un pobrísimo 24% de efectividad. La foto fue que en la Copa Maradona, los platenses y el San Lorenzo de Soso compartían grupo, haciendo una campaña desastrosa. Dos años después, es increíble lo que mejoró Estudiantes y lo que empeoró el Azulgrana, explicada en la diferencia de gestión, de un Verón que está día a día y de un Tinelli que desapareció cual “Chau, chau, chau…”.

Pero llegó el Ruso y… campañón en la Copa de la Liga 2021, buen papel en el Torneo de la Liga 2021, metió al equipo en Libertadores y ahora está puntero… Para aplaudir un año en donde ganó 12 partidos, empató 4, perdió sólo dos y marcó 39 goles, con un promedio de más de tres goles por partido, sí justo él, supuestamente un técnico defensivo dirigiendo al equipo más goleador del certamen.

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A Estudiantes se le nota en el juego, en la actitud, en el convencimiento y en las estadísticas, evolucionando de forma repentina a una estructura en donde había escombros. La principal razón de todo eso tiene nombre: Ricardo Zielinski.

Este Pincharrata defiende y ataca bien, aunque el problema es que por ahora no puede hacerlo casi al mismo tiempo. Hay momentos en que se muestra como defensivamente rocoso y firme, y otras en las que como ahora disfruta de un ataque poderoso. Es que tiene 14 goles en contra, recibiendo más de un gol por partido pero claro, hace más de los que recibe.

Cuando el Ruso llegó, en Estudiantes sobraban chicos de la casa y lo primero que pidió fue experiencia. Entonces a Andújar se sumaron Rogel, Noguera, “Corcho” Rodríguez, Más y también sobresalen los Godoy, Zuqui y ni hablar de un cuarteto súper ofensivo: Del Prete, Díaz, Boselli y Zapiola. O sea, futbolistas cuya vocación es atacar.

A eso le agregó una impronta muy característica: sin sacrificio no hay forma de mejorar. Zielinski se acopló a la vieja escuela futbolística de Estudiantes de La Plata, aquella de Zubeldía y que siguió Bilardo. La pelota parada y el contragolpe son una marca registrada. De todos los goles que marcó diez fueron de pelota parada y agende esto: de acuerdo a la estadística en lo que va de 2022, Estudiantes es el equipo de más goles por esa vía en el mundo. Además hay doce marcados de contragolpe, sin contar la cantidad de tantos marcados de cabeza por centros elaborados en el medio de una jugada. ¿Más recursos? Los saques laterales al punto penal son un arma mortal. Porque eso es lo que sucede: elabora demasiado los centros al área, la pelota parada y el juego directo, es decir, no es una apuesta, es una convicción.

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Con una mano en el corazón. ¿Usted vio alguna vez un equipo del Ruso jugar lindo? Seguramente no. Ahora, Estudiantes juega bien y esa es otra cosa. Es frontal, no es brilloso y también son gustos porque jugar bien es lindo pero es probable que la eficacia de hacer un gol en tres pases guste más que hacerlo en 30 toques.

Que juega mal, algo distinto, que mete goles feos, pelota parada, pelotazo y demás. Como fuere, Estudiantes sigue ganando, en silencio, bajo las críticas. Gana con una idea que molesta a los líricos… Muchachos, ganar y ganar, no hay mucha historia.

Más que un misterio, Zielinski que tiene cara de parco, ni se inmuta, no grita los goles, no es eufórico, tampoco se enoja, tiene 62 años, no usa chupines, tampoco la camisa adentro del pantalón, no habla difícil y no vende humo con el fútbol que le gusta a la gente, es un homenaje a la sencillez. A fuerza de trabajo construye equipos sólidos e incómodos para los rivales y su plan puede resumirse en una sola palabra: trabajo.