No debe haber cordobés desprevenido al que le pregunten lo siguiente y no sepa responder: ¿Cuál fue la fecha negra del fútbol mediterráneo? La memoria empezará a buscar y se detendrá en el 25 de mayo 1990, año en el que Instituto primero y Racing después, dejaron de pertenecer al círculo privilegiado del fútbol argentino.
A nivel general en ese año se jugó el último torneo largo que ganó River, además de la aparición de los Apertura (ganado en el 90 por Newell’s) y Clausura, de los goles de “Totó” Mahía en Belgrano y del Mundial de Italia.
Instituto, que atravesaba una caída deportiva increíble desde la bomba a Zacarías, se fue al Nacional B varias fechas antes, pero Racing debió jugar un partido desempate, que perdería de manera lapidaria frente a Chaco For Ever. El mismo Racing venía de disputar esa misma instancia en 1988, cuando venció por penales a Unión de Santa Fe en la cancha de Boca, tras la definición de Raúl de la Cruz Chaparro.
Chaparrito, aquel formoseño chiquitito que la rompió en Belgrano y que en 1981 salió goleador en la Gloria: “Jugué en Belgrano, Racing de Córdoba. Con Instituto salí goleador y no me pudo alcanzar Maradona”.
Vale la pena seguir haciendo memoria. Por entonces y como sucede hoy, no existía la promoción pero sí los promedios. Chaco For Ever había logrado el ascenso en la temporada anterior tras remontar el campeonato y quedarse con la punta y el título en la última fecha del Nacional B, frente a Lanús.
La Academia comenzó el torneo con la conducción técnica de Rodolfo Motta, quien había reemplazado en la temporada 1988/89 a Oscar “Cacho” Cadars. Pero después de 9 derrotas en 16 fechas y de algunas desaveniencias con su ayudante Abel Ernesto Herrera (ex lateral de Estudiantes de La Plata), dio un paso al costado. El ex jugador, Marcelino Galoppo las desprolijidades se inician esa temporada con la discusión entre Motta y Herrera.
El ex defensor, Cristian Alberto Fabbián repasa esos momentos. Y en la faz personal recuerda un imborrable gol para él.
“A 30 años de jugar con Racing, veníamos de levantar un campeonato difícil, le ganamos a Boca. Y por los resultados nos tocó jugar la final con Chaco en la cancha de Boca”, relató Fabián.
Veníamos de una buena temporada y por los resultados terminamos jugando ese final
Herrera se quedó, Motta entendió aquello como una traición y curiosamente, meses más tarde, se fue a dirigir a Chaco For Ever.
Faltando diez fechas, Herrera se desprende de algunos históricos como Lucio Del Mul y Pascual Noriega, termina jugando con muchos jóvenes del club y la salvación parecía una quimera. En la penúltima fecha, los chaqueños empataron ante Boca y Racing goleó a Newell’s en Rosario 4 a 2. Como dividían distinto, ésta era la situación para jornada de cierre: Chaco ganando, zafaba. Igualando pero imponiéndose Racing, había desempate. Para la Academia ganar era una obligación… como rezar.
El 20 de mayo de 1990, Daniel Ergo anotó el tanto con el que Racing superaría a Boca y Luis Américo Scatolaro, el ex Belgrano y artillero de For Ever adelantaría a su equipo frente a Argentinos Juniors. Como en Nueva Italia el partido finalizó antes, se palpaba el descenso pero a los 47 minutos del complemento, Antonio Vidal González empata para el “Bicho”, resultado que obligó a un desempate. Precisamente Ergo, recuerda cómo fue esa tediosa espera por conocer el futuro deportivo.
“Lo más lindo fue el último partido en Primera que ganamos 1-0. Nos pusimos contentos con el gol que hizo Argentinos Juniors porque íbamos a jugar el repechaje en la cancha de Boca, estábamos descendidos”, rememoró Ergo.
La final era en Buenos Aires, donde For Ever ganó apenas ante Español… Es decir, una ciudad inhóspita para los de Resistencia.
El 25 de mayo de 1990, otra vez en la Bombonera como en el ’88, Racing buscaba dar la talla.
Y salía con Marcelo Misetich; Américo Ozán, Daniel Sosa, Cristian Fabbián y Maldonado; Arsenio Ramón Benítez, Daniel Ergo y José Barrella; Pablo Dialeva, Luis Amuchástegui y Daniel Ibarra.
Algo pasó porque todo salió mal, Ergo lo explica desde las ausencias, la falta de experiencia y la picardía del técnico rival, que era el de ellos cuando se inició este proceso.
En ese sentido, relató: “Fue un partido para olvidar porque fuimos muy desarmados, con lesionados. Vinimos con muchos pibes que pusieron el pecho”.
Vinimos con muchos pibes que pusieron el pecho
Herrera, quien nunca más dirigió a ningún equipo, había borrado a varios pero muchos fueron a acompañar a sus compañeros y otros lo hicieron a la distancia. El ex delantero, Aníbal Mugione trata de entender lo sucedido desde el cambio de entrenador y las decisiones que se tomaron.
“10 o 15 fechas antes estábamos re cómodos con el promedio. Motta se va Chaco For Ever y Herrera no lo acompaña. Este muchacho hace muchos recambios inesperados, sacó jugadores históricos y empezamos a perder puntos”, apuntó.
Y aunque el “Huevito” no quiere echar culpas personales, sostiene que Racing se fue en picada desde la ida de Motta.
Con el pecado de no nombrar al plantel completo, esa temporada también estuvieron Julio Ceballos, Aníbal Muggione, Marcelo Quiñones, Rubén Tanucci, Miguel Barrios, César Zavala, Marcelino Galoppo y Osvaldo Márquez más Del Mul y Noriega, quienes salieron del equipo diez fechas antes. Y por supuesto, la sensible baja del artillero académico, el colombiano Jorge Enrique Cruz Cruz.
El central Fabbián sostiene que la historia de los clubes se hace con gloria, pero también con drama: “Fue un trago amargo en lo deportivo. Pero la historia está hecha por grandes logros y algunas tristezas. No olvido la cantidad de gente que nos acompañó”
Sin embargo no hubo equivalencias. Ortolá abrió el marcador en el primer tiempo que terminaría 1 a 0, pero en el segundo tiempo hubo cuatro goles más tres en los pies de Scatolaro. Chaco se quedaba en Primera, Racing empezaba a deslizarse por un tobogán en el que 30 años después, aún se encuentra.
Marcelino Galoppo expresa a la perfección el sentir del hincha de Racing, de ver a su club mal, sin rumbo, sin proyectos, como hoy.
“Es una lástima, para la gente que salió de las inferiores. No fue culpa de los jugadores, si no de no encontrar una dirigencia sólida para proyectar. Hoy sigue de la misma manera, habiendo subido al Argentino y luego retrocendiendo”, concluyó.
