El planeta fútbol se paraliza este sábado por 90 minutos. O un poquito más. La hora, las 16 de nuestro país. El epicentro, París. Los protagonistas, Liverpool y Real Madrid. La gran final de la Champions League, el torneo de clubes más importante de Europa, tendrá frente a frente a dos gigantes del continente, que llegan al duelo decisivo después de recorrer un largo camino que demuestra que son los mejores.
El Liverpool de Jürgen Klopp sufrió unos minutos ante Villarreal en España, pero una ráfaga de jerarquía y eficacia lo depositó en la final. Pero su camino, signado por el buen juego y el virtuosismo, comenzó el 15 de septiembre del año pasado, cuando superó 3-2 a Milan en un electrizante duelo entre dos grandes del deporte rey.
El equipo inglés integró un durísimo Grupo B, junto al conjunto italiano, Atlético de Madrid y Porto de Portugal. Más allá de los pesos pesados que se encontraron en la misma zona, los de Klopp no dejaron dudas: ganaron sus seis partidos, con 17 goles a favor y 6 en contra, y avanzaron con comodidad y puntaje ideal a octavos de final.
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En esa instancia, el rival fue otro coloso: el Inter de Lautaro Martínez. La ida, en Italia, le alcanzó para sacar la diferencia que le iba a dar la clasificación: Firmino y Salah le dieron el 2-0 en rodeo ajeno. Pese a la derrota por la mínima en la revancha, la tarea ya estaba realizada.
En cuartos, Benfica fue el rival, y también el primer partido fue suficiente para que Liverpool logre una ventaja fundamental: el 3-1 en Portugal le dio oxígeno a los "Reds", y el 3-3 en la vuelta terminó de sellar su boleto entre los cuatro mejores.
En semis, el rival fue el sorprendente Villarreal, y el escenario fue parecido: con pasajes de alto vuelo, un Anfield colmado disfrutó de un triunfo que parecía irremontable. Sin embargo, "El Submarino Amarillo" se puso 2-0 en España en el Estadio de la Cerámica, y las dudas sobrevolaron por un instante los corazones rojos, pero un puñado de minutos le bastaron para darlo vuelta y quedar a 90 minutos de alcanzar la gloria europea por séptima vez en su historia.
Entre sus puntos altos, se encuentra en primer lugar su entrenador. El alemán Jürgen Klopp arribó en 2015 a Liverpool para devolverle su gloria de antaño, y así fue que lo llevó, de la mano de su lujoso estilo, a dos finales de Champions consecutivas: en la primera, cayó justamente ante Real Madrid, en la recordada noche negra del arquero Loris Karius; en la segunda, alzó el trofeo frente a Tottenham.
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El conjunto inglés cuenta, además, con un plantel plagado de estrellas: Allison, Virgil van Dijk, Thiago Alcántara y una ofensiva temible, con Mohamed Salah, Sadio Mané, Luis Díaz y Firmino, por citar algunos. Guiado por esos cracks, su intensidad física y un juego de alto voltaje, junto al aliento de una hinchada que nunca lo dejará caminar solo, Liverpool va por su séptima “Orejona”.
Del otro lado, estará el poderoso Real Madrid, el gran monarca europeo, al que nunca hay que dar por muerto. “El Merengue” logró una clasificación soñada a la final, tras dar vuelta un partido increíble ante el Manchester City de Pep Guardiola.
El camino blanco en la presente Champions comenzó el 15 de septiembre de 2021, con un ajustado triunfo sobre el Inter. Su sendero, sin embargo, no estuvo exento de sorpresas, como la inesperada derrota que sufrió en su casa ante el ignoto Sheriff de Moldavia. A pesar de ello, logró quedarse con el Grupo D, con 15 puntos, 14 goles a favor y apenas 3 en contra.
Primer acto. En octavos asomó su primer gran desafío, y su primera gran remontada. El rival era el PSG de Messi, Neymar y Mbappé, que tenía como gran (y casi único) objetivo la Liga de Campeones. La ida fue para los parisinos, por la mínima. Encima, en la vuelta, en el Bernabéu, Mbappé puso en ventaja al París, y todo parecía perdido. Pero el Madrid es el Madrid. Y tiene un “9” infalible. Ese “9” es Karim Benzemá. Y el francés, casi solo, aprovechó un par de errores, metió tres y desató la euforia en el Real y la crisis en PSG.
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Segundo acto. La película de los cuartos de final tuvo tintes parecidos. En la ida, el equipo de Carlo Ancelotti venció 3-1 a Chelsea en Londres, y parecía que llegaba más tranquilo. Pero nada suele ser como parece en el fútbol, y el equipo inglés se puso 3-0 arriba en la vuelta en el Bernabéu. El Madrid estaba quedando afuera. Otra vez, los fantasmas. Y, otra vez, la mística, Y, otra vez, Benzemá. Rodrygo puso el 1-3 que llevó el partido a la prórroga, y allí el goleador anotó el 2-3 que decretó el milagro y la clasificación a semifinales.
Tercer acto. En un duelo memorable en Manchester, el City superó 4-3 al conjunto blanco. La serie estaba abierta. En la vuelta, en un Bernabéu colmado y expectante, Mahrez puso en ventaja en el complemento al elenco de Pep Guardiola. Parecía historia juzgada. Pero el Madrid es el Madrid. Y, en forma agónica, Rodrygo marcó un doblete que llevó el choque al alargue. Y, allí, ya se veía venir lo que ocurriría. Y, otra vez, Benzemá. Y, otra vez, festejo alocado y triunfo milagroso.
“El Merengue” tiene en el banco a un estratega experimentado y con currículum en grandes clubes como lo es el italiano Carlo Ancelotti, al que se le suma un equipo repleto de estrellas comandadas por Karim Benzemá, que vive su mejor momento. Y, por si fuera poco, cuenta con la tan mentada mística copera, un factor que puede ser determinante para alzar su 14º “Orejona”.
Liverpool y Real Madrid. Real Madrid y Liverpool. Los dos, frente a frente por tercera vez por el título continental. París, la sede de una final de ensueño. En un duelo de titanes, dos reyes de Europa que enarbolaron un torneo magnífico buscan coronarlo con el premio mayor y más esperado por todos: la Champions League.
*Texto de Juan Schulthess, narración de Raúl Monti y edición de audio de Érika Andújar.
