Después de seis anuncios, el primero hace más de tres años, finalmente llegó la asistencia por video arbitraje: el famoso VAR desembarca en el fútbol argentino. En la primera etapa solo se implementará en los 14 partidos de cada fecha de la categoría superior.
De todos los estadios del país, solamente 26 fueron habilitados para la implementación del VAR, que tendrá su centro de comandos en el predio de Ezeiza. La AFA informó que invirtió 8 millones de dólares en total y el funcionamiento del VAR tendrá un costo de 5.6 millones de pesos por semana.
Extraoficialmente los dirigentes explican que la llegada del VAR se demoró por la discusión entre la AFA y los clubes sobre los costos. Cada partido cuesta alrededor de 500 mil pesos, monto que será cubierto, en principio, con un anunciante que consiguió la propia Asociación.
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En Argentina los jueces del VAR cuentan con un mínimo de diez cámaras, ocho en los laterales y dos detrás de los arcos. La AFA tiene siete cabinas VOR, conectadas mediante 2800 kilómetros de fibra óptica con los estadios y se supone que la conexión es confiable y veloz para que nada falle.
El director de los árbitros del país, Federico Beligoy dijo que el VAR traerá transparencia y aclaró uno de los puntos más controversiales: se revisan todas las jugadas, algunas se desestiman y en otras se invita al árbitro principal para que la vea ya que, como siempre, es quien toma todas las decisiones.
Los jueces del VAR vienen trabajando desde hace tiempo en pruebas reales durante los partidos, pero para evitar conflictos la AFA decidió que no compartirá los audios internos como hace la Conmbeol, aunque la idea es hacerlo en el próximo campeonato.
Como ocurre en todo el mundo desde el día cero, las cuatro acciones en las que interviene la asistencia son para determinar si corresponde una tarjeta roja, si hubo gol o no, si fue o no penal y en posibles casos de confusión de identidad en una amonestación y/o expulsión.
Un detalle muy importante es que los futbolistas no pueden pedir el VAR, aunque en los hechos parece imposible que no pase. En Argentina la tradición de la protesta está instalada y será difícil erradicarla, pero la recomendación para los jueces es que castiguen con amarilla.
Junto con llegada del VAR otro cambio considerable en el arbitraje argentino fue la vuelta de las designaciones a dedo. Marcelo Benini, periodista que se dedica a la investigación en los ámbitos deportivos, cree que ese es uno más de varios aspectos que deberían revisarse:
"La designación a dedo de los árbitros tanto los del campo de juego como los del VAR, del mismo modo que la modificación abusiva que sufrió la Liga Argentina en los últimos años, configura un modelo no sustentable en el largo plazo. En algún momento el fútbol argentino debe revisar su conducta y someterse a una cierta previsibilidad".
Además, Benini (que escribió el libro "La final bastarda" sobre lo sucedido en la polémica final entre Huracán - Vélez en el 2009) piensa que la corrupción existe entre los árbitros como en otros ámbitos de la realidad cotidiana del país. Faltan pruebas, pero cada tanto aparece algún arrepentido.
El gran tema es cómo funcionará el VAR en un país donde todos dudamos de todo. ¿Se usará bien la herramienta para reducir las injusticias? Seguirá habiendo fallos polémicos, pero se supone que no debería pasar desapercibido un elefante caminando por la mitad de la cancha.
De todas formas, la lógica de no buscar hormigas, pero evitar que pasen mastodontes adelante de los ojos del árbitro sin que este los vea, tiene una zona gris muy polémica porque una infracción en apariencia mínima (una hormiga) puede tener consecuencias grandes como un elefante.
En ese sentido, el periodista Marcelo Benini entiende que con el VAR que se achicarán los márgenes de las injusticias, aún con imperfecciones:
"Los márgenes de la injusticia se van a reducir, aún con imperfecciones. No comprendo el rechazo que genera en ciertos sectores produce esta herramienta porque un referí tendrá ahora la opción sino la obligación de revisar jugadas en las que está en discusión la aplicación del reglamento. Para mí, eso es un paso adelante. Cada uno debe hacerse responsable del buen o mal uso que se le dé".
¿Dejarán de simular los jugadores? ¿Se tomarán rápido y bien las decisiones? ¿Funcionarán correctamente las conexiones? ¿Se caerá la señal? ¿Habrá más aciertos que errores? ¿Cómo reaccionaran los hincas cuando a su equipo le anulen un gol que gritaron con alma y vida?
En el país de Nimo, Lamolina –el original–, Castrilli, Elizondo, Baldassi, Pitana; en el país del telebeam, el mismo que contrató árbitros ingleses para mejorar a los propios, pero decidió sacarlos porque dejaron de ganar los equipos grandes. En el fútbol de ese país hay una nueva estrella: el VAR.
