Marcelo Bielsa es el loco más cuerdo del fútbol. Su honestidad brutal nos abruma y nos obliga a pensar. Su sentido común, nos expone.
Bielsa es una necesaria excepción dentro un ambiente infectado e hipócrita. Bielsa ilumina y dignifica al fútbol con sus palabras y sus acciones.
/Inicio Código Embebido/
/Fin Código Embebido/
Al "Loco" no debe medírselo por sus éxitos, ni por sus fracasos, sino por su legado, por el mensaje que transmite.
Sobre el fútbol que de sus equipos podemos hablar, discutir, debatir, puede que su propuesta vertical y ofensiva no satisfaga el gusto de todos o ni siquiera de unos pocos.
Es probable que muchos, haga lo que haga, jamás le perdonen el fracasó de la Selección Argentina en el Mundial del 2002, en Japón.
Es muy posible que haber ganado los Juegos Olímpicos, después de 52 años sin haber logrado una medalla de oro en cualquier deporte, invicto y sin goles en contra, para algunos sea una cuestión menor.
En el fútbol, hablar de valores y legados, no se condice con un ambiente exitista y resultadista.
Todo cabe cuando se habla de Marcelo Bielsa. Lo que nadie podrá negar es que sus equipos tienen el sello del técnico, que mejora a sus jugadores y que su propuesta no se traiciona.
En este Grandes del Deporte no vamos a repasar la extensa biografía de este rosarino nacido un 21 de julio de 1955.
Tampoco vamos a puntualizar sus éxitos y sus fracasos, que como les dije, no hacen a la esencia de la grandeza o la pequeñez de nuestro personaje.
Por eso les propongo escuchar, leer, pensar en algunas de sus reflexiones en distintos momentos de su carrera.
Marcelo Bielsa en el vestuario, les hablaba a sus jugadores del Olimpique de Marsella, después de no conseguir el resultado esperado:
“Ustedes juegan así, como jugaron hoy, de aquí hasta el final del campeonato y van a tener el premio que merecen. Yo sé que ahora nada los serena, porque se mataron por ganar el partido, lo merecieron, pero no lo consiguieron. Acepten la injusticia que todo se equilibra al final. Aunque les resulte imposible, no reclamen nada, traguen veneno, es necesario que se hagan fuertes. ¡Los felicito muchachos, a todos, a todos!”.
Bielsa habla sobre su carrera y el fracaso: “Yo soy un entrenador que, en líneas generales, no ha tenido éxitos, no es falsa modestia, sino una afirmación que demuestra mi curriculum. Cuando uno tiene grandes jugadores, es suficiente con no molestarlos demasiado, cuando uno no tiene grandes jugadores el DT tiene que intervenir en su desarrollo".
Bielsa reflexiona sobre lo que significa ganar: "La prioridad es ganar, es indispensable, es el eje, no haber ganado lo vivo como un fracaso. Acá lo importante es certificar con éxitos deportivos el procedimiento de la gestión en un equipo de fútbol”.
El Fair Play y la trampa, según la mirada de Bielsa: "El fair play de tirar la pelota afuera, cuando un jugador está lesionado, solamente se reclama si la tiene el equipo contrario del que está caído, si la tiene el equipo del que está caído, no la tira afuera, sigue atacando. Los jugadores no son unos inmorales, nosotros los hemos convertido en unos inmorales, no son perversos, sino que los hemos educado para ser perversos. Los hacemos perversos, porque si no son perversos, son estúpidos, entonces eligen ser perversos y eso es lo que hay que desarticular, porque nos empeora a todos. Yo no quiero convivir cuatro horas por día con gente especulativa, tramposa, que no tiene autocrítica. Yo quiero convivir con tipos que valga la pena vivir, ellos no tienen la culpa de como son, sino todos los que están a su alrededor, lo hacen así.”
Bielsa se expresa sobre los merecimientos y las evaluaciones: "No deben hacerse en función de lo que se obtiene, sino en función de lo que se merece.”
El DT rosarino reflexiona sobre el éxito y la felicidad: “Yo creo que éxito y felicidad no funcionan como sinónimo. Hay gente exitosa que no es feliz y hay gente feliz que no necesita del éxito. La obligación que tiene todo ser humano es rentabilizar sus opciones para ser feliz. El éxito es una excepción, no es un continuo 'acepten la justicia que todo se equilibra al final'. Los seres humanos desarrollan, combaten, se esfuerzan, pero ganan de vez en cuando. Un amigo me habló del heroísmo del obrero, sin afán político, ni sectorial. Este sí que es fuerte: se levanta cuando los hijos duermen y vuelve cuando los hijos duermen. La producción se mide en función de las posibilidades y no en función de los logros”.
Bielsa les habló a sus jugadores del Marsella sobre lo que significa ser el mejor: Hay una sola respuesta que todo lo que yo diga lo tira por el suelo. Ser el mejor, te quita felicidad, te quita horas con tu mujer, con tus amigos, te quita fiesta, te quita diversión. Ustedes tienen un problema muy grande, muy grande: tienen dinero, pero no tienen tiempos para disfrutar lo que el dinero les da en términos de felicidad. Eso ya lo sé, porque lo he visto infinidad de veces, ustedes necesitan comprar tiempo. Pagarían por poder hacer eso, como pagaría cualquier persona. El éxito te quita la posibilidad de ser feliz. También es una elección, pero ustedes que tienen 20 años tienen que saberlo. Si uno no quiere ser el mejor del mundo, ¿cual es el problema? pero ustedes tienen que saberlo”.
Este es Marcelo Bielsa en estado puro. Tómelo o déjelo.
Insisto en este concepto, a Bielsa no debe medírselo por sus éxitos, ni por sus fracasos, sino por su legado, por su mensaje.
Afirmo que personas como Marcelo Bielsa nos mejoran en el fútbol y fuera del él. No tengo dudas que se trata del loco más cuerdo del fútbol.
Es que el técnico rosarino nos pone frente al espejo y nos invita a pensar, sobre el fútbol y sobre la vida.
Marcelo Bielsa y su honestidad brutal.
