Matías Suárez no jugaría su último partido en Belgrano, nadie lo sabía y nos enteramos recién cuando el colectivo salió del hotel hacia el Kempes para disputar un amistoso de verano contra Talleres. Se venía un semestre que pintaba bravo para el Pirata.
Dicen que Matías estaba en el vestuario, a punto de empezar la práctica, cuando le sonó el teléfono, del otro lado de la línea estaba Marcelo Gallardo, el técnico de River que venía de ganarle a Boca en Madrid. Cuando cortó, al Oreja le temblaba el cuerpo, no podía creerlo y no sabía qué hacer. Le contó a uno de sus compañeros. Tenía por delante una decisión muy difícil.
Finalmente, el 26 de enero, Matías Suárez firmó contrato con River, había pasado solo cinco días del clásico amistoso y faltaba apenas uno para que Belgrano debutara en el campeonato. La operación se hizo en unos 3 millones de dólares. Muchos hinchas se enojaron por las formas y otros entendieron el fondo.
El primer año de Suárez en el Millonario fue muy bueno, llegó a la final de la Copa Libertadores y salió campeón de la Recopa y la Copa Argentina. Pero, paralelamente, Belgrano descendió de una forma increíble y eso agudizó la bronca de algunos Piratas.
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En el River de Gallardo, Suárez fue de mayor a menor. El impacto más importante lo provocó en la Recopa contra Athletico Paranaense, entró en el segundo tiempo, asistió a Pratto y después liquidó el partido. Luego de eso se ganó la convocatoria a la selección argentina y estuvo en la Copa América de Brasil.
Quizás el mejor partido de Matías Suárez con la banda roja haya sido la ida contra Boca por semifinales de la Libertadores 2019. Esa noche, el equipo de Gallardo le pegó un baile descomunal a su clásico rival y Matías asistió a Nacho Fernández en el segundo gol.
La curva descendente del rendimiento de Suárez en River se explica, entre otras cosas, por las lesiones que lo tuvieron a maltraer sobre todo en el 2023. Con pocas chances de jugar, el cordobés acordó con la dirigencia la rescisión de contrato y rápido arregló con Belgrano.
Guillermo Farré y Luis Fabián Artime siempre dijeron que el Oreja tenía las puertas del club abiertas y el momento llegó. Ya pasaron 18 años desde la aparición de Matías en la primera de Belgrano, después haber hecho inferiores en el club, que lo incorporó desde Unión San Vicente.
Matías Suárez debutó con la camiseta celeste el 29 de octubre de 2006, contra Arsenal. Mario Griguol lo había llevado por primera vez al banco y faltando 15 minutos lo hizo entrar por Soriano. En aquel torneo Apertura jugaría solo 3 partidos; en el Clausura totalizaría 13 encuentros y convertiría su primer gol, de cabeza contra Vélez.
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La temporada 2007/08 sería el despegue definitivo de Matías Suárez, se convirtió en un pieza clave del Belgrano que terminaría perdiendo la promoción contra Racing, jugó 36 de los 38 partidos del año y metió 12 goles, incluyendo un par contra Instituto. En una transferencia histórica e inédita, el Oreja pasó de la B Nacional al Anderletch de Bélgica por 1.200.000 dólares.
En el viejo continente, Matías Suárez la rompió y fue la gran figura de un equipo que tenía, entre otros, a Romelu Lukaku. Ganó 4 ligas y 4 supercopas, fue bota de oro en 2011 y mejor jugador del torneo en el 2012. En total, disputó 241 partidos, con 68 goles y 61 asistencias. Una locura.
En el invierno del 2016, Matías Suárez volvió a Belgrano, que hizo un importante esfuerzo económico para repatriarlo. El primer semestre fue muy bueno, Matías la rompió contra el Coritiba en Brasil por la Sudamericana y el equipo llegó hasta semifinales de la Copa Argentina. Además, el Oreja le convirtió a Talleres en el clásico.
Las temporadas siguientes ya no serían tan buenas, empezó el desfile de técnicos y los triunfos empezaron a escasear, pero Matías cada tanto soltaba unas pinceladas increíbles como el golazo que le hizo a Estudiantes en Alberdi.
El tercer ciclo de Matías Suárez en Belgrano ya es un hecho, vuelve al lugar donde empezó con el gran desafío de darle el mejor final posible a la película de aquel nene que empezó en San Vicente. Matías tiene la gran oportunidad de reivindicarse ante quienes lo cuestionaron y recibirse de ídolo para todos los que lo siempre lo bancaron.
Informe de Mauricio Cóccolo.
