Kylian Mbappé se va del Paris Saint Germain con sensaciones encontradas. Ganó 15 títulos en 7 años en el equipo parisino y, aun así, la sensación general es que se va sin haber logrado su gran objetivo. Sucede que las 15 estrellas ganadas son de competencias locales, y la administración del PSG, hace varios años, tiene una sola obsesión: la Champions League. Mbappé se va como el goleador histórico del club, pero sin haber levantado “La Orejona”.
El destino de Mbappé, precisamente, tiene mucho que ver con ese deseo. Real Madrid lo espera con los brazos abiertos, tras varios años de coqueteo entre el club y el 10 de la selección de Francia.
“El Merengue”, además, podría darle un recibimiento soñado: ya está en la final de la actual edición de Champions y está a un partido de sumar su decimoquinta corona en Europa.
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El traspaso de Mbappé, además de ser “la bomba” del mercado de pases europeo, implica por sus protagonistas un debate mayor: el francés se va de una de las Sociedades Anónimas Deportivas más importantes del mundo a la Asociación Civil más exitosa de la historia. Con el debate candente en Argentina, surge la pregunta: el éxito deportivo, ¿depende más del modelo de gestión o de la capacidad del administrador?
La frustración de Paris Saint Germain por no haber ganado la Champions esta temporada va más allá de Mbappé: la actual gestión ya gastó casi 2 mil millones de euros en fichajes. Llegaron jugadores como Neymar, Ángel Di María, Edinson Cavani, Zlatan Ibrahimovic, Sergio Ramos y el mismismo Leo Messi, pero la “Orejona” no se dio.
Sin explicaciones para el fracaso desde lo deportivo, muchos hinchas apuntan a los dirigentes.
El presidente del PSG es el empresario Nasser Al-Khelaïfi. Tiene 50 años, nació en Doha, la capital de Qatar, y tiene un patrimonio estimado de 16 mil millones de dólares. Se hizo cargo del club en el 2011, cuando el grupo empresario “Qatar Sports Investments” compró la institución, y se hizo cargo del fútbol desde entonces. Por el gran apoyo económico de su país natal, PSG fue acusado en Europa de ser un “club-Estado”. Y, así y todo, con recursos económicos extraordinarios, la gloria deportiva no llegó.
El colmo fue durante la temporada 2021/2022, cuando el ataque del Paris unió a Lionel Messi, Neymar y Mbappé, y los hinchas terminaron abucheando a los jugadores por la falta de logros.
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No se puede culpar exclusivamente a Mauricio Pochettino, director técnico de aquel equipo: Al-Khelaïfi contrató a Carlo Ancelotti, Laurent Blanc, Unai Emery, Thomas Tuchel, Christophe Galtier y Luis Enrique, pero todos pasaron sin pena ni gloria.
Real Madrid es todo lo que Paris Saint Germain sueña con ser alguna vez. “El Merengue” está a punto de jugar su decimoctava final de Champions, ya ganó 14, y sigue agigantando su leyenda como el club más grande del mundo.
Desde su fundación, el 6 de marzo de 1902, el Madrid ha crecido hasta convertirse también en una de las instituciones más poderosas del mundo a nivel económico, pero con un modelo radicalmente distinto al del PSG: el club es de los socios.
Florentino Pérez es el rostro visible del proyecto futbolístico más exitoso de la historia. El empresario español llegó a la presidencia del club por primera vez en el año 2000, con la promesa de campaña de convertir al Real Madrid en el club más grande del mundo. Poco tiempo después lideró uno de los proyectos de marketing más exitosos de la historia del deporte con “Los Galácticos”.
Pero más allá de las cámaras y los fichajes multimillonarios, su éxito se basa en los títulos: desde su llegada al club, 6 Champions League fueron para “La Casa Blanca”.
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Quienes trabajaron con Florentino, generalmente, se rindieron ante su liderazgo. Jorge Valdano, que fue director técnico y manager deportivo del club, destacó alguna vez la “valentía” de Florentino en los momentos difíciles.
Y Santiago Solari, que también fue jugador y técnico del Madrid, habló de una institución grande por sus valores.
El club más ganador de Europa lleva 122 años de historia funcionando como Asociación Civil, y su presidente ya ha explicado que quiere que siga siendo así.
Más allá de los protagonistas del fichaje de Mbappé, vale aclarar que las generalizaciones son injustas. Hay asociaciones civiles que, lejos de la gloria del Real Madrid, se han caracterizado por manejos desastrosos a nivel dirigencial. Y también hay sociedades anónimas como el Manchester City, que desde el arribo del City Group ha escrito las páginas más gloriosas de su historia.
Aunque Real Madrid es una asociación civil y PSG es una sociedad anónima, ambos clubes comparten más similitudes que diferencias. Los dos son instituciones gigantes con todos los recursos a disposición, pero mientras uno no para de dar vueltas olímpicas, el otro vive de frustración en frustración. Ya quedó claro que los millones no pueden comprar la gloria. Entonces, ¿la clave del éxito es el modelo o el administrador?
Informe de Raúl Monti
