Edgardo Bauza pasó a la historia como el entrenador del seleccionado argentino que menos tiempo duró en el cargo en los últimos 45 años: apenas 252 días, superando los 364 días de “Checho” Batista y los 391 de Jorge Sampaoli. Fueron traumáticos ocho meses en los que no se encontró el rumbo ni la línea futbolística.
El 5 de agosto de 2016 el “Patón” asumió el cargo por la decisión que tomó el titular de la Comisión Normalizadora, Armando Pérez, de poner en el banco de la selección al ganador de la Copa Libertadores con San Lorenzo y, en ese instante, cabeza de grupo del San Pablo de Brasil.
“Fue el más accesible para las posibilidades que tenía la AFA, venía de ser campeón en varios lados y me pareció un hombre indicado en ese momento para dirigir a la Selección Argentina”, señaló Armando Pérez en diálogo con Cadena 3.
Para llegar a Bauza hay que entender que todo empezó el 30 de julio de 2014, con el fallecimiento de Julio Grondona; siguió con el lamentable interinato de Luis Segura y continuó con el bochornoso 38 a 38. La Selección logró mantenerse ajena a estos problemas hasta el 5 de julio de 2016 cuando el “Tata” Martino dijo basta.
Martino había asumido en 2014 tras el subcampeonato en el Mundial de Brasil y llevó a Argentina a dos finales de Copa América que no pudo ganar. Aquel día renunció, cansado de la crisis de AFA que le impidió, entre otras cosas, contar con los jugadores que quería para los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016.
El “Vasco” Olarticoechea, quien estaba al frente del femenino argentino, dirigió aquel Sub-23 que no dio ni pena en los Juegos y no pasó la fase de grupos.
Entonces FIFA intervino AFA, con el guiño del Gobierno, creando un ente normalizador que puso al titular de Belgrano, quizá en imagen el dirigente menos dañado, al frente del mismo y lo primero que hizo fue buscar un entrenador. “Nadie quería participar en ese momento de la Selección", admitió Pérez.
Todo pareció desmadrarse cuando empezó una singular ronda de nombres, con técnicos que eran los grandes candidatos pero que se bajaron al instante como Bielsa, el mismo Sampaoli, Simeone, Pochettino y hasta Gallardo quien criticó con dureza la manera en que se llevaba a cabo la elección del seleccionador.
El desconcierto era tal que hubo reunión con Caruso Lombardi. Y Pérez, diplomático sentenció que no podía negarse a la aspiración de cualquier técnico tuviera pergaminos o no, porque para él los que sueñan y están preparados merecen una chance.
En la consideración de Pérez, el “Patón” llegó a la final de un camino con sólo dos competidores: Ramón Díaz y Miguel Ángel Russo, aunque Bauza se terminó imponiendo por contar con mayor consenso entre los dirigentes consultados. Bauza había sido el primer técnico entrevistado por Pérez, apenas un día después de que asumiera en AFA: fue el viernes 22 de julio, en un viaje relámpago que realizó desde Brasil.
“Bauza era un hombre realmente serio y comprometido. Estaba feliz de poder dirigir en la Selección”, rememoró el actual candidato a la presidencia de Belgrano.
Con Bauza en el banco, Argentina jugó 8 partidos, todos por eliminatorias, sacó 11 puntos de 24 posibles con tres victorias, dos empates y otras tres derrotas dejando un saldo de 45,5% de efectividad. Con un Messi que recapacitó tras su renuncia en Estados Unidos, debutó el 1 de septiembre de 2016 con victoria sobre Uruguay 1 a 0.
“Estaba maravillado con los que eran en ese momento los jugadores de la Selección, cómo funcionaban, la concentración y la predisposición de los chicos. Era tremendamente importante para él”, afirmó Pérez sobre las primeras sensaciones de Bauza al mando de la albiceleste.
Luego de dos empates, en Caracas frente a Venezuela y en Lima ante Perú, la selección perdió el invicto en Córdoba al caer ante Paraguay, partido en donde Agüero malogró un penal.
La doble fecha de noviembre fue agridulce, caída 0-3 ante Brasil, goleada en casa por el mismo resultado contra Colombia y el posterior comunicado de la plantilla de interrumpir el diálogo con la prensa por la información de que un futbolista se había involucrado en un escándalo.
El 23 de marzo, Argentina superó a Chile 1 a 0 y ante un rendimiento paupérrimo, Bauza tuvo una desafortunada frase: “La Selección jugó un partido brillante”, y aunque después explicó que quiso sacarle presión al plantel, lo que dijo, lo dejó marcado.
Su último compromiso fue en la altura de La Paz y derrota ante Bolivia 2 a 0, con un equipo sin Messi, en zona de repechaje al Mundial de Rusia y ahí empezó a perder precisamente la paz. Armando Pérez, pese a bancarlo, dejó entrever cierta crítica al “Patón”: “Tendría que haber hecho cambios y renovar, pero estábamos en una situación difícil”, declaró a Cadena 3.
Apenas asumió Claudio Tapia como presidente de AFA, decidió echarlo, aunque durante unos días dejó que corrieran múltiples rumores para desgastarlo al extremo. La banca de Tinelli, su dirigente en San Lorenzo, no bastó ante las presiones de Angelici y Moyano que ubicaron allí a Sampaoli. El papelón que vino después nos exime de mayores comentarios y para Armando Pérez la llegada de Scaloni fue una bocanada de aire fresco porque hizo lo que no Martino, ni Bauza ni Sampaoli (al que nunca nombró): un recambio.
Pérez supone que la designación de Sampaoli tuvo como objetivo diferenciarse de su gestión, y agregó que después del Mundial “tomaron una decisión importante, tomando una persona que no tenía el currículum para la Selección pero hizo los cambios que tenía que hacer. Fue una decisión arriesgada pero bien pensada”.
Dijo ser una mezcla de Griguol y del “Indio” Solari. De Timoteo porque lo hizo debutar, de Solari por las charlas técnicas. Fue dirigido también por Menotti y Bilardo. Y quedó claro que no pudo jamás imponer su idea en los trabajos de campo como el “Narigón” y menos tuvo el poder de seducción del “Flaco” para convencer con la palabra.
