Dicen que el destino no es una cuestión de azar. Es una cuestión de elección. No es algo que debe ser esperado, es algo que debe ser alcanzado. El Instituto de "Teté" Quiroz en el año 2005, alcanzó a quedarse en Primera División por una cuestión de elección: la del propio entrenador.
Quiroz, nacido en Huracán y técnico del “Globo” en el inicio del Torneo Clausura 2005, abandonó ese cargo tras cinco meses y sin ver un peso para irse precisamente a Instituto, equipo que en ese momento parecía condenado al descenso.
Ese Instituto se aseguró la permanencia al vencer en la promoción, precisamente a Huracán, ganándole con autoridad en el Ducó primero y en Alta Córdoba después, el 10 de julio de 2005.
Pasaron 15 años de aquello y uno piensa que sin ese manotazo de ahogado que la dirigencia dio para contratar a Quiroz, no estaríamos haciendo este informe. Ese Instituto ya no tenía la base del que ascendió con el “Chulo” Rivoira, quien para la máxima categoría se llevó 15 refuerzos.
Rivoira, un ídolo en el banco albirrojo debió irse por la ventana tras las primeras nueve fechas del Apertura 2004 con 1 empate, 1 victorias y 7 derrotas consecutivas. Santiago Raymonda, uno de los pocos sobrevivientes del ascenso recordó ese momento complicado: “Fue un año raro, tuvimos un primer semestre muy malo y todos nos condenaban al descenso”.
Luego arribó el uruguayo Luis Garisto, con quien la cosa no mejoró. La Gloria sólo le ganó a Argentinos y a Vélez en 19 partidos. El técnico uruguayo completó una campaña con el 27 por ciento de los puntos en juego y dejó al equipo en la 19° posición, en zona de descenso, con un coeficiente de 0,680. Sólo 2 victorias, 7 empates y 7 derrotas, una de ellas insólita cuando se completó el partido ante Banfield en el Sola, en dos tiempos de 6 minutos, suficientes para que Martín Andrizzi decidiera al ganador.
En el Clausura 2005, con Garisto, Instituto había perdido 5 de los 6 partidos.
Y entonces apareció Fernando Quiroz, quien para el mundillo futbolístico cordobés era más conocido como un ex jugador que como un técnico. Muchos no apostaban ni dos centavos por él, pero el entrenador se las arregló para que su trabajo sea reconocido.
Quien vio a aquel Instituto recuerda que Quiroz gesticulaba, gritaba, alentaba, corregía, saltaba… El equipo empezó a ser demoledor y promedió dos goles por partido, y sobre un total de 15 compromisos, ganó 9, empató 4 y perdió 2, con una asombrosa efectividad del 69 por ciento. Muchísimo.
“Sabíamos que no teníamos mucho margen y tratamos de resolver rápido los problemas que había, lo logramos con la ayuda de los jugadores”, aseguró “Teté” a Cadena 3.
El Instituto de “Teté” se paró 20 metros más adelante en cancha, atacó y presionó permanentemente a sus rivales. Y empezó a ganar, a gustar, a golear. 4 a 3 a Newell’s, 2 a 1 a Quilmes, 3 a 2 a Almagro, 3 a 1 a Boca, 3 a 2 al en ese momento puntero y futuro campeón Vélez, 4 a 1 a Huracán de Tres Arroyos y 2 a 0 Colón.
Quiroz siempre dijo que el secreto fue el mérito de jugadores, aunque los mismos futbolistas con Rivoira y Garisto no dieron señales de supervivencia. “Patito” Raymonda no olvida que el cambio de entrenador, les dio confianza y levantó el nivel de todos.
“Teté llegó con unas ganas impresionantes de trabajar, muchos de nosotros levantamos el nivel y eso potenció al equipo”, contó el atacante.
Entonces llegó el día. Primero en el Ducó ante el Huracán de Mohamed que tenía a los jóvenes Andújar, Migliore, Mariano Juan, Daniel Osvaldo y Joaquín Larrivey, y al experimentado Roberto Pompei entre otros. Y con muchísima autoridad, sacando la chapa de primera, la Gloria se impuso 2 a 1, dando vuelta el marcador con tantos de Lujambio y Raymonda.
Parece no haber dudas que la mejor versión de Raymonda fue en Instituto. Hizo el tanto para llegar después al “Gol de oro” en el ascenso; participó en la jugada de la conversión del “Tanito” Riggio; en la promoción de ida tiró el centro para el empate de Lujambio y después marcó el desnivel; y en la revancha de esa promoción, marcó un golazo: “Es uno de los más lindos que hice en toda mi carrera, es hermoso”, afirmó Raymonda.
Ese día, el 10 de julio, Huracán pudo empatar pero Caranta, quien se despedía de la Gloria le puso un broche de oro a un torneo que lo tuvo como figura, al detener una pena máxima. Quiroz afirmó que “Caranta fue clave para la campaña”, y el arquero declaró recientemente en Cadena 3 que sueña con volver a “La Gloria”.
Y así “Teté” hizo su destino, marcó su propio camino y se metió el equipo al bolsillo como un puñado de jugadores del Family Game y los sacó como futbolistas de la Playstation. “Fuimos superiores a Huracán y tuvimos mucha personalidad”, sentenció el entrenador.
Hace 15 años, Instituto mantenía la categoría al ganar la promoción ante Huracán. Hace 15 años, el destino puso a Quiroz en el camino de la Gloria. Hace 15 años, “Teté” hechizó a sus dirigidos y a toda Alta Córdoba y se metió en los corazones de los hinchas al lograr casi un milagro futbolístico.
