Como abuelos hablando con sus nietos, así nos sentimos cada vez que evocamos el pasado del fútbol argentino aunque no sea tan atrás en el tiempo. Cambian tantas veces los campeonatos que cada año parece una vida. Recordamos las Promociones y pensamos que fueron hace un montón, pero dejaron de jugarse en el 2012 y apenas se están por cumplir dos décadas desde la primera vez que se disputaron.
Entre tantos rumores de los últimos meses, las Promociones aparecieron como una opción, se habló de una con dos descensos, pero nunca fueron confirmadas. Aunque no habría que descartar que vuelvan. Parece una locura, pero es la AFA.
La primera Promoción de la historia del fútbol argentino terminó a las cinco y media de la tarde del domingo 23 de julio del 2000. El final fue impensado: Almagro ascendió y bajó a Instituto después de empatar 1 a 1 en el Monumental de Alta Córdoba.
La previa de aquellas finales fue increíble. Los cordobeses se cayeron sobre el cierre del campeonato, Juan José López, que era el técnico, se fue a Talleres antes de la Promoción y para el partido decisivo no estuvo “Miliki” Jiménez, por acumulación de amarillas.
Del otro lado, Almagro había licenciado al plantel y tuvieron que salir a llamar a los jugadores, que estaban de vacaciones, para que buscaran la vuelta del club a Primera después de 62 años. El Beto Pascutti había dejado de ser el técnico y Mario Husillos sería su reemplazante. Además, Miele, que era presidente de San Lorenzo, ofrecía un premio económico si ascendían. Todo bien fútbol argentino.
Curiosamente, la otra Promoción de la temporada 99/00 también se resolvió en Córdoba, pero el resultado fue distinto: Belgrano revalidó su lugar en la categoría, aunque tuvo que sufrir hasta el final para conseguirlo. En el Chateau, Quilmes tenía dos goles de ventaja y estaba a 15 minutos de ascender, pero aparecieron Artime y Sosa para cambiar la historia.
Al año siguiente, en el 2001, la película sería parecida pero con menos tiempo para desactivar la bomba. A Belgrano le quedaban apenas cuatro minutos, el Quilmes del Chulo Rivoira se llevaba el premio mayor, hasta que apareció un tal Mugnaini para meter uno de los goles más gritados de la historia del Pirata.
Las Promociones eran un espectáculo para los neutrales, casi siempre se jugaban las dos series el mismo día, una pegadita a la otra, como películas en continuado. El morbo de ver a uno que se aferra a la categoría, mientras el otro lo quiere bajar, quedó reflejado en la dramática definición entre Gimnasia de La Plata y Atlético de Rafaela, en el 2009.
En la ida, Atlético, el equipo que venía de abajo, goleó en Rafaela por 3 a 0 y el grandote Aldo Visconti, con un triplete, pintaba para ser el héroe de la ciudad. Pero la revancha terminaría siendo todo lo opuesto. Faltaban 18 minutos y Gimnasia necesitaba tres goles, peor: cuando faltaba uno, necesitaba dos. Y de la nada, como pasa en las grandes producciones de Hollywood, surgió la estrella. Un petizo, que había entrado en el segundo tiempo, terminó metiendo dos goles agónicos ¡de cabeza! Franco Niell, merecedor del Oscar a la mejor actuación en la historia de las Promociones.
Si vamos a repartir premios, no queda ninguna duda de que la mejor Promoción de todos los tiempos fue la del 2011. Posiblemente hubo otras con más atractivos futbolísticos, pero ninguna será tan recordada como la del 26 de junio cuando Belgrano, en el Monumental, hizo hablar al mundo después de conseguir lo que parecía imposible: mandar al descenso a River.
Otro fenómeno raro que provocaban las Promociones era que invitaban a verlas aunque fueran de categorías menores sin importar quiénes jugaban. Ningún futbolero argentino puede preciarse de tal si no se quedó a ver qué pasaba con el tiro libre de los de amarillo.
Minuto 49 del segundo tiempo, Defensa y Justicia necesita un gol más para quedarse en la B Nacional (un lugar del que nunca descendió). El árbitro reniega pero logra acomodar la barrera. Los de blanco son una muralla, sin embargo, al arquero se le ocurre dar un pasito para el medio. Chau. Miralles la puso en el otro palo y todavía está gritando el gol.
La diferencia de categoría y la ventaja deportiva para el de Primera, muchas veces se igualaban por el envión que traía el equipo del ascenso. Algo de eso pasó con All Boys contra Central en el 2010. Los rosarinos ya habían jugado la Promoción el año anterior, venían cascoteados y querían cerrar la historia cuanto antes. Pero el equipo de Pepe Romero, sin nada por perder, tenía otros planes: ganó 3 a 0 en el Gigante de Arroyito para que no quedaran dudas.
Un caso particular se dio en una de las Promociones del 2004, Talleres había remontado muy malas campañas previas haciendo una gran temporada, terminando tercero en el Clausura y sexto en la tabla acumulada. Sin promedios hubiera clasificado a una copa internacional, pero tuvo que revalidar la categoría y perdió. Perdió increíblemente contra el Argentinos del Polo Quinteros.
De los cinco grandes, el primero que tuvo que pasar por el calvario de la Promoción fue Racing. En el 2008 sufrió un poquito contra Belgrano, pero evitó descender con un empate y una victoria, aunque la imagen que quedó de aquella serie fue el gol errado por Claudio Bustos que pudo torcer la historia a favor del Pirata.
En el 2012, San Lorenzo pasó por los 180 minutos de la Reválida sabiendo que hacía nada River había tropezado con esa piedra. Fueron muy raros aquellos días. Instituto se cayó sobre el final de los puestos de ascenso. El Quilmes de Aníbal Fernández arremetió y ascendió. River subió de punta a punta. Se dijo que el Ciclón tenía arreglada una Promoción contra la Gloria. Suspicacias al margen, Caruso Lombardi agigantó su mito de salvador manteniendo al equipo de Tinelli en Primera.
¿Por qué se dejaron de jugar las Promociones? Nadie lo sabe con precisión, pero una de las teorías dice que Julio Grondona decidió eliminarlas porque generaban demasiada tensión que derivaba en violencia. El punto de quiebre habría sido el cruce entre Nueva Chicago y Tigre, en el 2007, que terminó con un hincha muerto.
Desde el 2000 hasta el 2012 se disputaron 26 Promociones entre clubes de Primera y la B Nacional, los de la máxima categoría ganaron 17 (el 65 %), pero el número no refleja lo que sufrieron los hinchas. En pleno invierno, temblando por el frío y por los nervios. Nervios cruzados: algunos con miedo de bajar y otros con la expectativa de subir.
