Entre tantas, una conocida teoría del mundillo futbolero dice que los técnicos deben tener en su plantel un número 1 y un número 12 bien definidos. Nunca dos número 1, ni tampoco dos número 12. Se supone que lo ideal es contar con un arquero titular indiscutido, un suplente y uno o dos pibes para completar.
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Contra todas las lógicas, Alexander Medina viene usando dos arqueros intercalados en los primeros cuatro partidos de la temporada de Talleres. Guido Herrera atajó en el debut contra Patronato, Marcos Díaz lo hizo frente a Gimnasia, con Newell’s volvió Guido y por la Copa Argentina reapareció Díaz.
Talleres tiene dos arqueros titulares, dos número 1, y el técnico eligió una fórmula muy curiosa para hacerlos jugar a ambos: un partido cada uno. ¿Seguirá así durante todo el año? ¿Debería decidirse por uno relegando al otro al banco? ¿Díaz o Herrera? ¿Herrera o Díaz? Esa es la cuestión.
Suele pasar que los técnicos tienen problemas con los arqueros porque ninguno se termina de ganar la titularidad, pero en Talleres la discusión no pasa por ahí, sino todo lo contrario: ninguno de los arqueros del plantel albiazul, ni Herrera ni Díaz ahora, ni Blázquez ni Caranta antes, cometieron errores como para perder el puesto.
La pulseada por los guantes de Talleres empezó cuando Guido Herrera fue transferido al fútbol de Turquía. La salida a préstamo parecía una decisión acertada en aquel momento, pero para Herrera la experiencia turca no fue buena. Empezó mal de arranque: un día antes del debut no sabía si estaba habilitado, finalmente fue titular y su equipo cayó por 3 a 0. En las tres primeras fechas le hicieron siete goles, perdió el puesto y no volvió a recuperarlo. En diciembre, Guido reconoció que se había apurado al irse, arregló su desvinculación del Malatyaspor y volvió a Talleres.
Paralelamente a la salida de Herrera, Talleres contrató a Marcos Díaz, que llegaba de ser suplente en Boca y se sumó al plantel 10 días antes de que el fútbol se reanudara después del parate por la pandemia. Para el debut contra Newell’s el Cacique Medina eligió a Mauricio Caranta, que ya había anunciado su retiro cuando terminara el torneo.
Con Caranta como titular indiscutido, Marcos Díaz fue al banco mientras que Fragueda y Blázquez completaban el plantel. Caranta generó algunas dudas en las primeras fechas, pero fue levantando su nivel junto con el rendimiento colectivo de un equipo que crecía partido a partido.
Después de la única derrota que sufrió Talleres en la Copa Maradona, contra Lanús, Caranta tuvo que dejar el arco por una molestia física que arrastraba desde hacía varios partidos y le abrió la puerta a Marcos Díaz para que debutara en la T justo frente a Boca. Díaz redondeó una buena actuación contra su ex club, tuvo un par de tapadas importantes aunque cometió un error que casi termina en gol de Capaldo.
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La próxima estación para Talleres sería San Lorenzo y Medina tenía que decidir quién iba al arco: sostenía a Díaz o le devolvía el puesto a Caranta, que ya estaba recuperado de su lesión. El técnico optó por no mover las piezas y mandó al bellvillense al banco. Para la siguiente fecha, Caranta volvió a tener problemas con su lesión y quedó afuera de los convocados.
Contra Atlético Tucumán, a los 8 minutos, Marcos Díaz recibió su primer gol en el arco de Talleres, pero lo peor le pasaría 8 minutos más tarde cuando debió dejar la cancha por un desgarro, Joaquín Blázquez lo reemplazó y tuvo su tan ansiado debut en el club que lo había formado. El pibe, de 19 años, mostró las condiciones que lo habían llevado a las selecciones juveniles y al Valencia de España.
La historia de los arqueros de Talleres en la Copa Maradona tendría un actor invitado que nadie esperaba: Guido Herrera volvió al club el 22 de diciembre, justo cuando Marcos Díaz estaba lesionado, y se especuló con la posibilidad de que pudiera jugar contra Gimnasia, pero los rumores fueron rápidamente desactivados: Herrera no podía ser incluido en el plantel.
En el noveno partido de la temporada Medina puso el tercer arquero titular distinto: Blázquez atajó en el Bosque y Frageda reapareció en el banco. Pero la decisión más fuerte del técnico llegaría en la previa del cruce con Banfield: aunque Díaz ya estaba para volver, el Cacique resolvió dejarlo a Blázquez de titular.
En la última fecha, contra Colón, volvería Marcos Díaz, que otra vez tendría que salir por una lesión sobre el final del juego. En el balance de los 11 partidos de la Copa Maradona, Talleres usó a los cuatro arqueros del plantel: Caranta, Díaz, Blázquez y Fragueda (el único que no tuvo minutos).
Con Mauricio Caranta ya retirado y convertido en técnico, la pelea por el arco de Talleres se redujo a dos opciones: Herrera o Díaz. Después de la pretemporada, para el debut contra Patronato, Medina no solo eligió a Guido sino que además le dio la cinta de capitán. Herrera volvía al club y parecía que se quedaría con el puesto.
Curiosamente, en la segunda fecha contra Gimnasia, el Cacique cambió de opinión y puso a Marcos Díaz en el once inicial. La discusión estaba abierta y el río de rumores no paraba de sonar sobre los motivos y las consecuencias de la salida de Herrera del equipo.
En la previa de Newell’s el tema ya estaba instalado: ¿quién sería el arquero de Talleres? La respuesta llegó casi con el partido mismo y el misterio se develó cuando Herrera volvió a salir encabezando la fila del equipo, de nuevo con la cinta en el brazo derecho.
Algunos pensaron que esa decisión del técnico sería definitiva, pero la inédita rotación de arqueros tendría una vueltita más: para la Copa Argentina el Cacique volvió a poner a Marcos Díaz, que terminaría siendo el héroe de la noche después de atajar tres penales en la definición.
Nunca en la historia de Talleres dos arqueros se habían alternado durante los cuatros primeros partidos de la temporada jugando uno cada uno. Lo más parecido que devuelven el archivo y la memoria pasó en el Nacional del 77 cuando algunas veces Saporiti ponía a Quiroga y otras a Guibaudo.
El Cacique Medina en Talleres abrió un debate poco habitual: ¿quién debería ser el arquero titular, Marcos Díaz o Guido Herrera?
