Diego Armando Maradona supo decir que un futbolista no tenía presión. “Presión tiene el tipo que se levanta a las cuatro de la mañana y no puede llevar cien pesos a su casa”, afirmaba el “Diez”.
Los ejemplos de Diego, y sus derivados, brotan de la boca de muchos futbolistas cuando son consultados al respecto. Quizás es un sentimiento genuino. O, quizás, es una forma de evadir esa misma presión. Porque el fútbol, pasión de multitudes, las tiene. Y el fútbol argentino, pasión potenciada, no se queda atrás.
Para que termine el torneo faltan 10 fechas. Una eternidad. Sin embargo, River y Talleres ya parecen haberse despegado del resto. De darse el mano a mano que muchos avizoran…¿Quién llevará mejor la presión?
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River es hoy el puntero del único frente en el que sigue con vida. “El Millo” acumula cinco victorias al hilo, y contra Banfield, en la fecha pasada, logró sumar de a tres pese a tener un plantel diezmado por los jugadores que fueron citados a sus selecciones para las Eliminatorias.
El hecho de tener tantos futbolistas que son convocados en sus respectivos países no deja de ser un problema para “El Muñeco” Gallardo, que ante “El Taladro” sólo contó con 18 profesionales.
Para el entrenador de River, el torneo local es la gran cuenta pendiente. La liga doméstica constituye la única piedra en el zapato de un ciclo signado por el éxito y la alegría. A falta de 10 fechas, ahora depende de sí mismo, y el objetivo, además de ser el único, pasa a ser casi una obligación para “La Banda”.
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Talleres, por su parte, atraviesa un presente soñado, que lo llevó a estar varias fechas puntero y que lo tiene en semifinales de la Copa Argentina. La doble competencia lo encuentra con vida y chances en ambas, y la ilusión de sus hinchas crece en espiral.
Cuando comenzó el campeonato, la “T” sufrió dos derrotas en los primeros tres partidos. El arranque irregular llevó a que se expandieran las quejas hacia Andrés Fassi por el plantel corto. Por si fuera poco, emergió un cortocircuito entre el presidente y “El Cacique” Medina tras la venta de Federico Navarro a la MLS.
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Sin embargo, “El Matador” se acomodó e inició una increíble racha ganadora: tras el empate sin goles con Boca en el Kempes, ganó 9 de los últimos 11 partidos en la máxima categoría, y hoy está a un punto de River, soplándole la nuca.
A pesar del envión y las expectativas, afrontar la doble competencia con un plantel corto no deja de ser algo a tener en cuenta. El antecedente más cercano está en la primera parte del año, cuando “El Albiazul” se encontró bien parado tanto en la Copa de la Liga Profesional como en la Copa Sudamericana.
Allí, de pronto le tocaron una seguidilla de partidos en pocos días que representaron un desafío. La eliminación ante Colón, a la postre campeón, fue dolorosa, porque Talleres había jugado mejor y los penales le dieron la espalda. Y, encima, se sumó el quedar afuera en el certamen internacional, donde el equipo cordobés había mostrado buenas intenciones en un grupo muy difícil.
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Para el conjunto de barrio Jardín, entonces, aparece la misión de que le dé la nafta para seguir en pie con los dos objetivos en mente. Sabe que está a las puertas de algo grande y de escribir sus páginas más gloriosas, y que tiene con qué. Resta ver si esa ilusión termina de materializarse. Y para eso, se le vienen tres partidos claves en la liga antes de pensar en Godoy Cruz por Copa Argentina: Colón, el propio River, y Lanús.
El cruce entre “El Millo” y “El Matador” del próximo jueves en el Kempes será bisagra, más allá de cómo salga cada uno este domingo. Ese partido, posiblemente, marque un antes y un después en el campeonato.
¿Para Talleres es mejor llegar de atrás, como el que no tiene nada que perder, o sufrirá por la falta de experiencia en instancias decisivas? ¿A River le pesará la obligación de ir por el único objetivo que tiene por delante, o el hambre ganador de Gallardo podrá más?
Las preguntas se disparan mientras falta mucho, pero no tanto, en una semana que seguramente será clave en la definición del torneo. Y las presiones, propias del fútbol argentino, pasión de multitudes por excelencia, jugarán su juego. ¿Quién las sobrellevará mejor? ¿El que va por la única sonrisa que le falta o el que busca su primer y esperado título? ¿Son más las presiones de River, o las de Talleres?
