Ferrourbano: incluso gratis, sería menos caro

Adrián Simioni

La puesta en marcha del Ferrourbano hoy entre la Estación Ferroviaria Mitre, en Córdoba Capital, y Valle Hermoso, en Punilla, genera algunos entusiasmos y muchísimas, muchísimas dudas sobre si servirá para mejorar el transporte público en Córdoba.

De lo que no cabe dudas es de que será espantosamente deficitario. Por empezar, por la escala: con toda la furia, con los 120 pasajeros sentados y los 120 parados que podrían llevar sus dos vagones en sus 16 viajes diarios, trasladaría a unas 2.000 personas, no llegan al 0,4% de los cordobeses que se mueven cada día en los colectivos.

Otra forma de verlo: Trenes Argentinos –la empresa estatal nacional que operará el servicio- tomó para esto 120 nuevos empleados. Es decir que por cada dos pasajeros en los vagones (siempre que el vagón esté a full, incluso con una cantidad compacta de pasajeros parados) habrá 1 empleado cada dos viajeros. Eso si el tren es un golazo.

Y los números, al menos al principio, serán calamitosos. El precio del boleto es irrisorio. Cuesta de 1 a 20 pesos. Un viaje lleno con gente parada, al boleto más barato, recaudará 240 pesos, medio kilo de criollos.

Pero aún si los 16 viajes diarios en total van llenos al tope con pasajeros que pagan los boletos más caros de cada trayecto, la facturación bruta diaria no llegará a 42 mil pesos. Al mes serían menos de 850 mil pesos. Si se destinara toda esa recaudación a pagar los 120 nuevos empleados, cada uno debería cobrar mucho menos de 8.000 pesos al mes, y eso sin contar los aportes patronales. Para afrontar sólo el costo laboral –sin contar los gastos operativos, combustibles, mantenimiento, etc- Trenes Argentinos deberá gastar como mínimo 15 meses que la recaudación máxima teórica que puede llegar a facturar.

O sea: si fuera gratis, el Ferrourbano le costaría al Estado mucho menos de lo que le va costar. Porque lo que se ahorraría en boleteros e inspectores sería mucho más que lo que recaudará en pasajes.

Dicho sea de paso: el boleto se pagará en efectivo. No servirá la tarjeta RedBus y ni habilitarán al menos por ahora la Sube. Los vueltos serán un desafío.

Como dice el periodista Diego Marconetti, el Ferrourbano servirá para una cosa: que los cordobeses tengamos una muestra ínfima de los subsidios desmadrados y grotescos que reciben los trenes de pasajeros del Gran Buenos Aires, que se manejan con los mismos criterios.

Está bueno recibir subsidios. Pero habría que ser más inteligentes y usarlos para algo útil o que al menos se proyecte a futuro y responda a algún tipo de lógica.