La jueza que avisa que no va a patear penales

Adrián Simioni

El país más extravagante del mundo sigue sumando rarezas. Ahora, una jueza se resiste a jubilarse pero, como precio consuelo, avisa que, mientras tanto, nos quedemos tranquilos porque igual no piensa emitir ningún fallo.

O sea… es difícil de entender. Como me dijo Federico Albarenque cuando intercambiábamos nuestro asombro, es como si Messi firmara contrato con el Inter pero aclarara en una cláusula que él no piensa patear nunca al arco.

¿Cómo se llega a esta situación tan absurda? Bueno, empecemos por decir que se trata de la jueza Ana María Figueroa, una abogada rosarina que los Kirchner pusieron primero como asesora del Archivo Nacional de la Memoria en 2005 y a la que en 2011 hicieron entrar al Poder Judicial, directamente como integrante de la Cámara Federal de Casación Penal, un lugar muy importante adonde van a parar las apelaciones en los casos de corrupción.

Figueroa es hipercristinista, ha fallado sistemáticamente a favor de la Vicepresidenta y hoy, exactamente hoy, cumple 75 años. Por eso, aunque sólo trabajó 12 años en la Justicia, hoy Figueroa debería retirarse y empezar a disfrutar su jubilación como camarista (que en promedio rondan los 2 millones de pesos).

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Pero Cristina Fernández no quiere que se jubile. Porque a la sala de apelaciones que integra Figueroa ya llegaron juicios por corrupción de Hotesur, de Oil Combustibles, del memorándum con Irán y pueden llegar otros litigios e incidentes. Y Figueroa –que además preside la cámara– es el voto seguro que tiene Cristina. Por eso Figueroa les avisó ayer a sus cuatro colegas de la Cámara que seguirá en el cargo aunque se abstendrá de fallar. Es que si lo hiciera, en estas condiciones, todos los condenados pedirían invalidar cualquier fallo en su contra, por la ilegitimidad de la jueza.

Por eso Cristina acumula ya dos fracasos en el Senado. Nunca pudo lograr los votos suficientes para que los senadores extiendan el mandato de Figueroa por 5 años. Y ahora ya es tarde. Hoy Figueroa debería soplar sus 75 velitas e irse a su casa. Pero no lo hará. Se aferra a una resolución del Consejo de la Magistratura que ya caducó en 2018 según la cual, si hay un pedido del Presidente para que el Senado trate la extensión de su nombramiento por cinco años –cosa que el Presidente pidió- entonces puede permanecer en su puesto hasta que finalicen las sesiones del Senado del año siguiente. Esto sería fines de 2024.

Cristina Fernández ruega que una buena elección de Sergio Massa en las Paso y en las generales de octubre le permitan tener suficiente poder para forzar a tres senadores peronistas (uno de Jujuy, otro de Entre Ríos y otro de Río Negro) y otros legisladores a dar quorum y votar la prórroga de 5 años para la custodia más importante de su impunidad.

Mientras tanto la jueza Figueroa se calzará todos los días los botines, las tobilleras y su camiseta de delantera, y saldrá a comerse la cancha. Pero eso sí: ya avisó que no pateará al arco.

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